Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).– Desde que “Los Chuchos”
llegaron a la presidencia nacional del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) en 2008, la fuerza política empezó con una dinámica
que la llevó al declive y a convertirse en un partido “satélite” del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), que provocó una desbandada
de líderes de peso.
Los roces entre el fundador del instituto político, Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano, y la cúpula que domina al partido encabezada por la corriente
interna Nueva Izquierda (NI) de Jesús Ortega Martínez, terminaron con
la renuncia del primero y la hegemonía de los segundos.
Ahora, a diferencia de 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador se lanzó
por primera vez a la contienda electoral por la Presidencia de la
República, el Sol Azteca está en unas cuantas manos: las de “Los
Chuchos”: Ortega Martínez, Jesús Zambrano Grijalva, Carlos Navarrete
Ruiz y sus aliados, como Héctor Bautista López, actual secretario
general y coordinador de la corriente Alternativa Democrática Nacional
(ADN).
De acuerdo con analistas y con perredistas que en su momento criticaron
el actuar de “Los Chuchos”, el grupo político cometió varios errores,
entre ellos, su política de alianzas “progresista” con la derecha, la
firma del Pacto por México que secundó las reformas estructurales del
Presidente Enrique Peña Nieto, el respaldo a candidatos de la talla de
José Luis Abarca Velázquez –acusado de la desaparición de los 43
normalistas de Ayotzinapa– en Iguala, y el minimizar la salida del
partido de López Obrador y Cárdenas Solórzano.
Sin embargo, y a pesar de los errores, los expertos dicen que a la
cúpula que domina al PRD no le importa perder a la izquierda electoral y
quedarse con el “cascajo” de un partido moribundo, siempre y cuando, la
franquicia sea rentable.....sigue
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