fe de erratas

2 dic 2013

El populismo de la derecha

La miseria de la pensión universal neoliberal


La primera mentira de la llamada pensión universal se encuentra en su nombre: la mayoría de los viejos del país quedarán excluidos de ella. Con verdades a medias o abiertas mentiras, avanza la política económica que expolia a las clases populares. Sus mensajes publicitarios sólo posponen posibles explosiones sociales, pero no las detienen

Como alma gemela del seguro de desempleo, la pensión universal fue malparida entre las brumas del atroz engaño a la población. La postrera hediondez de la miseria a perpetuidad convertida con esa medida en ley de rango constitucional, la cual envuelve a la mayoría de las personas taxonómicamente catalogadas con el inodoro eufemismo de “adultos mayores”. Y con el voluptuoso cuerpo de la fácil manipulación corporativa-electoral de quienes serán agraciados con ese mezquino subsidio, calificado con irritante humor negro como parte del “piso de protección social” peñista y de sus partidos cómplices del Congreso de la Unión, que económicamente, en su versión, representan “el derecho a la seguridad social como un derecho humano y una necesidad económica y social para el desarrollo y el progreso, una herramienta importante para prevenir y reducir la pobreza, la desigualdad y la exclusión social”, según se puede leer en Los criterios de política económica de 2014.

Los beneficios de las variantes asistencialistas predecesoras de esa clase de “piso de protección social” fueron pírricos. Solidaridad, de Carlos Salinas; Progresa, de Ernesto Zedillo; u Oportunidades, de Felipe Calderón, de nada sirvieron para evitar el derrumbe de la presidencia de sus respectivos partidos.
Serán pensiones de la miseria que reproducirán las degradantes formas de vida en que sobrevive el 66.3 por ciento de la población mayor de 65 años y que carece de una pensión, alrededor de 5.7 millones de 8.6 millones, de los cuales
 4.5 millones se encuentran hundidos en la pobreza y la indigencia.

 Nota completa aqui =
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/11/27/la-miseria-de-la-pension-universal-neoliberal/

El populismo de la derecha



Las reformas impulsadas por el presente gobierno empobrecerán aún más a la población y le conculcarán derechos. Ni siquiera el excluyente seguro de desempleo solucionará la precariedad de millones de mexicanos, pues la raquítica suma se perderá entre los aumentos de precios e impuestos que se avecinan. El “rostro social” de esa política no existe:apenas un puñado de personas tendrá derecho a éste por los requisitos que se deben cubrir

Si alguna virtud puede reconocerse a la derecha neoliberal gobernante es su travestismo político, su humor negro populista; su habilidad, audacia y cálculo, aderezados con una gran dosis de cinismo, para combinar programas radicalmente antisociales con otros de apariencia liberales, por medio de los cuales conceden a las mayorías algunos beneficios restringidos, normalmente promovidos por los grupos progresistas y de izquierda que no ponen en riesgo el orden establecido ni su proyecto de nación. Los últimos planes, de naturaleza limitada, o sus soluciones de corto plazo a problemas específicos les permiten modelar una fachada de gobiernos populares, supuestamente preocupados por fortalecer el papel del Estado como defensor de los intereses de la población, la seguridad, el bienestar y la justicia sociales, pero sin reivindicar el intervencionismo y el paternalismo estatista, el cual rechazan ideológica y políticamente, y sin apostatar de su fundamentalismo librecambista.

Al barnizar de “social” sus estrategias neoliberales –por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari las matizó con el eufemismo de “liberalismo social”; Enrique Peña Nieto con el de “reforma social y hacendaria”–, la derecha gobernante muestra su disposición, a menudo forzada por el descontento y las movilizaciones del pueblo, a conceder algunas migajas escasamente seductoras a los damnificados por sus prácticas autoritarias y las secuelas perversas de sus contrarreformas estructurales económicas y sociopolíticas en favor del tiránico e inexistente “libre mercado”, término bajo el cual se oculta el hecho de que los principales beneficiarios de ellas son los grupos oligárquicos y conservadores. A cambio, las elites y su príncipe esperan ganar credibilidad, legitimidad y popularidad entre los beneficiarios, además de cooptarlos; ampliar sus márgenes de dominación y de acción para tratar de asegurar la estabilidad del sistema y el control social que asegure la reproducción ampliada de la acumulación de capital neoliberal, garantizar la continuidad de sus políticas públicas y la profundidad del ajuste estructural y mantener su hegemonía y permanencia en el poder.

Es en esa perspectiva en donde deben ubicarse dos de las iniciativas del Ejecutivo, convertidas en ley por los legisladores y el Congreso de la Unión, las cuales se instrumentarán a partir de 2014: el seguro contributivo contra el desempleo y la pensión mínima que se otorgará “a todos los mexicanos mayores de 65 años”, lo que implicará su otorgamiento a aquellos “que no cuenten con un sistema de ahorro para el retiro o pensión del IMSS [Instituto Mexicano del Seguro Social] o ISSSTE [Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado]”, respetando los apoyos similares concedidos por gobiernos locales, como el capitalino. El segundo punto será revisado en otra oportunidad.
 

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