La miseria de la pensión universal neoliberal
La primera mentira de la llamada pensión universal se encuentra en su nombre: la mayoría de los viejos del país quedarán excluidos de ella. Con verdades a medias o abiertas mentiras, avanza la política económica que expolia a las clases populares. Sus mensajes publicitarios sólo posponen posibles explosiones sociales, pero no las detienen
Como alma gemela del seguro de desempleo, la pensión universal fue malparida
entre las brumas del atroz engaño a la población. La postrera hediondez
de la miseria a perpetuidad convertida con esa medida en ley de rango
constitucional, la cual envuelve a la mayoría de las personas
taxonómicamente catalogadas con el inodoro eufemismo de “adultos
mayores”. Y con el voluptuoso cuerpo de la fácil manipulación
corporativa-electoral de quienes serán agraciados con ese mezquino
subsidio, calificado con irritante humor negro como parte del
“piso de protección social” peñista y de sus partidos cómplices del
Congreso de la Unión, que económicamente, en su versión, representan
“el derecho a la seguridad social como un derecho humano y una necesidad
económica y social para el desarrollo y el progreso, una herramienta
importante para prevenir y reducir la pobreza, la desigualdad y la
exclusión social”, según se puede leer en Los criterios de política económica de 2014.
Los beneficios de las variantes
asistencialistas predecesoras de esa clase de “piso de protección
social” fueron pírricos. Solidaridad, de Carlos Salinas; Progresa, de
Ernesto Zedillo; u Oportunidades, de Felipe Calderón, de nada sirvieron
para evitar el derrumbe de la presidencia de sus respectivos partidos.
Serán pensiones de la miseria que
reproducirán las degradantes formas de vida en que sobrevive el 66.3 por
ciento de la población mayor de 65 años y que carece de una pensión,
alrededor de 5.7 millones de 8.6 millones, de los cuales
4.5 millones se
encuentran hundidos en la pobreza y la indigencia.
Nota completa aqui =
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/11/27/la-miseria-de-la-pension-universal-neoliberal/
El populismo de la derecha
Las reformas impulsadas por el presente gobierno empobrecerán aún más a la población y le conculcarán derechos. Ni siquiera el excluyente seguro de desempleo solucionará la precariedad de millones de mexicanos, pues la raquítica suma se perderá entre los aumentos de precios e impuestos que se avecinan. El “rostro social” de esa política no existe:apenas un puñado de personas tendrá derecho a éste por los requisitos que se deben cubrir
Si alguna virtud puede reconocerse a la
derecha neoliberal gobernante es su travestismo político, su humor negro
populista; su habilidad, audacia y cálculo, aderezados con una gran
dosis de cinismo, para combinar programas radicalmente antisociales con
otros de apariencia liberales, por medio de los cuales conceden a las
mayorías algunos beneficios restringidos, normalmente promovidos por los
grupos progresistas y de izquierda que no ponen en riesgo el orden
establecido ni su proyecto de nación. Los últimos planes, de naturaleza
limitada, o sus soluciones de corto plazo a problemas específicos les
permiten modelar una fachada de gobiernos populares, supuestamente
preocupados por fortalecer el papel del Estado como defensor de los
intereses de la población, la seguridad, el bienestar y la justicia
sociales, pero sin reivindicar el intervencionismo y el paternalismo
estatista, el cual rechazan ideológica y políticamente, y sin apostatar
de su fundamentalismo librecambista.
Al barnizar de “social” sus estrategias
neoliberales –por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari las matizó con el
eufemismo de “liberalismo social”; Enrique Peña Nieto con el de “reforma
social y hacendaria”–, la derecha gobernante muestra su disposición, a
menudo forzada por el descontento y las movilizaciones del pueblo, a
conceder algunas migajas escasamente seductoras a los damnificados por
sus prácticas autoritarias y las secuelas perversas de sus
contrarreformas estructurales económicas y sociopolíticas en favor del
tiránico e inexistente “libre mercado”, término bajo el cual se oculta
el hecho de que los principales beneficiarios de ellas son los grupos
oligárquicos y conservadores. A cambio, las elites y su príncipe esperan
ganar credibilidad, legitimidad y popularidad entre los beneficiarios,
además de cooptarlos; ampliar sus márgenes de dominación y de acción
para tratar de asegurar la estabilidad del sistema y el control social
que asegure la reproducción ampliada de la acumulación de capital
neoliberal, garantizar la continuidad de sus políticas públicas y la
profundidad del ajuste estructural y mantener su hegemonía y permanencia
en el poder.
Es en esa perspectiva en donde deben
ubicarse dos de las iniciativas del Ejecutivo, convertidas en ley por
los legisladores y el Congreso de la Unión, las cuales se instrumentarán
a partir de 2014: el seguro contributivo contra el desempleo y la
pensión mínima que se otorgará “a todos los mexicanos mayores de 65
años”, lo que implicará su otorgamiento a aquellos “que no cuenten con
un sistema de ahorro para el retiro o pensión del IMSS [Instituto
Mexicano del Seguro Social] o ISSSTE [Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado]”, respetando los apoyos
similares concedidos por gobiernos locales, como el capitalino. El
segundo punto será revisado en otra oportunidad.
de las desigualdades sociales.
Nota completa aqui = http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/11/20/el-populismo-de-la-derecha/
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