CIUDAD DE MÉXICO.- Las protestas contra el candidato Andrés
Manuel López Obrador inundaron el centro de Ciudad de México este
domingo, previo al primer debate presidencial. Pero no todas fueron
espontáneas.
Muchos de los manifestantes fueron
obligados, bajo amenaza de perder sus empleos, a gritar consignas contra
López Obrador y a favor de Alejandra Barrales y Ricardo Anaya,
ambos candidatos de la coalición 'Por México al Frente' para la jefatura
de gobierno de la CDMX y la presidencia nacional, respectivamente.
Según lo que revelaron en exclusiva a Univision seis funcionarios
forzados a participar en la protesta, recibieron la orden de directivos
del sindicato de empleados del gobierno capitalino.
“Los que nos presentamos ahí fuimos obligados. El que no vaya a la
manifestación a apoyarlos va a ser despedido”, dijo uno de los empleados
de la Secretaría de Salud de la ciudad que prefirió no ser identificado
por temor a represalias.
Univision obtuvo copia de varios chats
con la convocatoria que los empleados aseguran haber recibido en
WhatsApp el sábado por la noche.
Los citaron a un centro deportivo
en el norte de la capital. No les dijeron para qué los querían. El
mensaje era escueto: “Cita domingo 22. Ropa normal sin logos, cómoda.
Convocar a los apoyos”.
Con estos chats dicen sindicalistas de CDMX que los obligaron a protestar contra López Obrador
No era la primera vez que los empleados de las secciones del
sindicato único de trabajadores de la capital recibían instrucciones
similares. Los testimonios obtenidos por Univision indican que al menos en los últimos tres años han sido llevados a distintos eventos con las mismas amenazas y promesas. “Por
lo menos un 80%, 90% de la gente que trabaja en el hospital donde
trabajo no tiene prestaciones laborales. Hay gente que lleva trabajando
7, 8 años y que es su único ingreso para su familia. Obviamente están
esperanzados en que en algún día lleguen pues las prestaciones a las que
tienen derecho y por eso acceden”, dijo Pablo Gómez, un cirujano que ha
sido testigo de las presiones a sus compañeros del sindicato.
En esta ocasión el objetivo era protestar en contra de López Obrador.
Después de varias horas de espera en el deportivo, según su relato, les
repartieron cartelones y pancartas. Los distribuyeron en calles céntricas de la capital para
manifestarse. La orden era comenzar la protesta a las 2:30 de la tarde.
Algunos empleados decidieron no asistir. “Independientemente de que
uno necesite la base, pues tampoco está en venta la dignidad. El
sindicato nos está condicionando que hagamos todo lo que ellos quieren,
todo lo que se les antoja, con la promesa de que tal vez, ni siquiera es
una seguridad, podamos darnos nuestra base”, contó otro de ellos.
Quienes tomaron esta decisión afirman que fueron amenazados con que su comportamiento sería "tomado en cuenta" para darles o no su empleo base. La “base’’ es un contrato permanente de trabajo, con prestaciones y
derecho de antigüedad del que no gozan actualmente la mayoría de estos
trabajadores. Muchos de ellos laboran con contratos temporales que se
renuevan anualmente y no les dan derecho a un retiro pagado. Ellos
aseguran que su líder sindical Héctor Carreón los amedrentó con un audio
de amenaza enviado a sus chats grupales. Univision obtuvo copia de dicho audio,
que decía: “Señores delegados, de una vez les digo, ni se les ocurra irse, eh. Voy a pasar lista ahora y al final para que no se hagan los chistosos a cualquier que se haiga largado (sic)”.
Según los sindicalistas, el mensaje de voz provenía del mismo número al que llamamos para comunicarnos con Carreón.
En una conversación telefónica con Univision, Carreón primero dijo que ese
audio pudo ser de cualquier otro evento y luego negó que se tratase de
su voz. “Amiga, todo eso es mentira, publica lo que quieras, vete a la chi…’’, gritó y colgó.Varios entrevistados aseguran que en las horas
siguientes a la llamada telefónica, el líder amenazó en los grupos de
WhatsApp del sindicato. En esta versión, dijo que investigaría quién
proporcionó información en su contra y ofreció 50,000 pesos mexicanos de recompensa, unos 2,700 dólares, por datos de quiénes habían hablado con la prensa.
Carreón esta al frente de una organización sindical de más de 9,000 miembros. Durante la noche del debate, Univision entrevistó a varios manifestantes que aceptaron ser
integrantes de las distintas secciones del sindicato del gobierno local,
como bomberos y limpia pública, además de salud. Insistieron en que
estaban allí por su voluntad. Según los sindicalistas disidentes,
los participantes en la manifestación ya estaban entrenados para
responder si alguien dudaba de su espontaneidad.
“Fue una de las instrucciones. Si se acercaban reporteros, nos dieron esa indicación de
que dijéramos que no nos enviaba nadie, que íbamos por nuestra propia
cuenta como trabajadores”, reveló otro de los entrevistados durante un
encuentro con Univision. Durante las horas de las protestas, la prensa
mexicana reseñaba la extraña irrupción de carteles y mantas con
vulgaridades en contra de López Obrador en calles centrales de la ciudad. Los empleados eran presionados a reportar que estaban aún allí.
“Varios líderes nos estaban vigilando, cada grupo que se estaba
manifestando llevaba un líder y ese líder llevaba la información a
diferentes grupos”, explicó otro de los empleados.
Estos reportes, de los que Univision obtuvo copia, eran enviados a
varios grupos de WhatsApp en los que compartían ubicación de las
protestas y fotos de los asistentes. En varios mensajes recibían respuestas de aprobación con el contacto de alguien identificado como “jefe Carreón”.Al final de la tarde, les instruyeron regresar las lonas a los líderes para reciclarlas en otra protesta.
“Me sentí humillado y con vergüenza.Al final mucha gente está con Andrés Manuel y cuando estábamos ahí en los semáforos, en las esquinas, nos insultaban, nos querían aventar los carros. Tuve mucho miedo de estar allí”, relató uno de los asistentes.
Los testimonios del sindicato de salud coinciden en que una buena
parte de estas amenazas tienen su origen en una gran precariedad
laboral, que va desde la falta de contratos fijos de empleo hasta la
carencia de materiales y medicamentos.
El cirujano Gómez padece diariamente estos problemas. Asegura que
muchas veces llega a su trabajo sin saber si tendrá siquiera agujas para
inyectar. “Es terrible que se use la situación médica, la situación de
carencias, que se politice, que se obligue a las personas a participar
en eventos o a apoyar grupos políticos a cambio de obtener algunos
beneficios que por ley se están exigiendo, que por ley corresponden”.
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