fe de erratas

30 jun 2011

Hartazgo ciudadano’ echará al PAN de Los Pinos: analistas

Hartazgo ciudadano’ echará al PAN de Los Pinos: analistas

John Ackerman, analista político. Foto: Miguel Dimayuga
John Ackerman, analista político.   Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- En el 2000, el “hartazgo ciudadano” sacó al PRI del poder y, 12 años después, el voto popular echará al PAN de Los Pinos por la misma razón, concluyeron analistas políticos y especialistas en medios durante un foro organizado por el Dictamen Ciudadano de Vigilancia del Estado de México, encargado de dar seguimiento al proceso electoral en esa entidad, cuyos comicios se celebrarán este domingo 3 de julio.

En el panel organizado por el director de Dictamen Ciudadano, Bernardo Barranco, participaron los analistas John Ackerman, Sergio Aguayo, José Antonio Crespo, Alonso Zárate y Eduardo Huchim, así como los periodistas Jenaro Villamil y Ricardo Alemán.

Barranco, moderador del evento, señaló que el foro estaba dedicado a escuchar la voz de emergencia de los analistas del proceso electoral, a un día de concluidas las campañas electorales en suelo mexiquense.

Zarate, director general del Grupo Consultor Interdisciplinario, comentó que el proceso electoral mexiquense revela los abusos del poder, pues las elecciones estatales representan “la vitrina de las miserias partidistas”, por la irrupción de gobiernos estatales en el proceso.

Además, queda en evidencia la precaria división de poderes, debido al control del gobernador, Enrique Peña Nieto, en el Congreso local y los organismos autónomos, como el propio Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).

También se evidencian el imperio de las maquinarias partidistas, las alianzas oportunistas entre partidos, las fallas de las alternancias opositoras, así como la violencia, crimen y narcopolítica que imperan en la entidad.

Ackerman, colaborador de Proceso, destacó que la estrategia del PRI en la elección mexiquense se basa en privilegiar el abstencionismo por conveniencia, para repetir el escenario en que Enrique Peña Nieto ganó la gubernatura.

“El fin es desalentar la participación ciudadana. Hay una razón fundada para que no salga a votar la ciudadanía”, dijo y explicó que el PRI le apuesta a que salgan a sufragar 2.2 millones personas, quienes representan el “voto duro” de ese partido.

Denunció que en las últimas semanas se registró un activismo ilegal a favor del candidato del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, mediante la página de internet www.votocatolico.org en que, a través de símbolos católicos, como la Virgen de Guadalupe, se llama a votar el próximo 3 de julio.

“Hay que denunciarlo y que el IEEM retire esta propaganda que beneficia al PAN. Deben PRI y PRD pedir medidas cautelares para retirar esa publicidad”, indicó.

Además, deploró los actos anticipados de campaña del candidato del PRI, Eruviel Ávila, porque ya existe una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que obliga al IEEM a sancionar esa irregularidad.

Después, Ricardo Alemán consideró “poco serias” las posibles sanciones al priista, ya que éstas parten del supuesto de que las instituciones electorales mexiquenses son confiables, y eso es mentira, pues –según él–, el candidato de la coalición Unidos Podemos Más, Alejandro Encinas, no cumplía con los requisitos para el registro y, pese a ello, siguió en la contienda electoral.

Luego, Eduardo Huchim reviró que el PRI quiso monopolizar la postulación de candidatos, pero no lo logró, y destacó que sería difícil concebir una democracia sin partidos políticos, “pues con estos bueyes hay que arar”.

Resaltó la desmesura en los gastos de campaña del priista, pues “son un gran insulto a los núcleos marginales del Estado de México”, y criticó que el gobernador Peña Nieto haya echado a andar “la maquinaria gubernamental” a favor de su candidato. “Es un neocaciquismo”, remató.

En su oportunidad, el investigador de El Colegio de México, Sergio Aguayo, resaltó la actual crisis de los partidos políticos y cuestionó a Encinas, candidato del PRD, PT Convergencia, que hace cuatro meses tenía la oportunidad de ser una opción para ganar la alternativa de gobierno en la entidad, y hoy en día anuncia una derrota anticipada, ya que el PRI actúa “con las mismas tropelías de siempre”.

Destacó que Encinas acusa a los priistas de avalar la llamada ley Peña Nieto, pero no recuerda que los diputados locales de Convergencia también la respaldaron.

“Este es el anticipo de lo que veremos en el 2012” con la elección presidencial, previó. “Se debe trascender la contienda electoral del cochinero”, advirtió.

Por su parte, el periodista de Proceso, Jenaro Villamil, destacó que el proceso mexiquense ha enviado un mensaje claro hacia las elecciones del 2012, ya que los priistas quieren evitar la repetición del “voto cerrado”, construyendo la percepción pública de que el triunfo del PRI en el Estado de México y en la presidencial del 2012 “son inevitables”.

“Hay intereses en promover que no vale la pena la participación ciudadana porque de cualquier manera ganará el PRI y eso genera una alta abstención”, previó, porque de los 10 millones de electores que hay en la entidad, el PRI sólo cuenta con su “voto duro”, con lo que confía ganar por arriba de 7 puntos porcentuales frente a Encinas, candidato de la coalición Unidos Podemos Más.

Villamil dio cifras de las encuestas, en las que destacó que pese a los debates entre los candidatos, no se modificaron las preferencias electorales y deslizó que quizás las encuestadoras “pueden ser factor de división consciente o inconsciente del voto”, y recalcó: “Estamos ante el riesgo de que el sufragio no sea efectivo”.

El último ponente fue el analista José Antonio Crespo, quien destacó el alto precio de las campañas y la falta de decisión del Congreso de la Unión para decidir quiénes serán los tres consejeros que se sumarán al Instituto Federal Electoral, hecho que podría apuntar a una inequidad de cara al 2012.

CONCIENCIA TV: A PESAR DE LA LLUVIA, UN PEQUEÑO BALCONEO DE LOS GASTOS PENDEJOS

CONCIENCIA TV: A PESAR DE LA LLUVIA, UN PEQUEÑO BALCONEO DE LOS GASTOS PENDEJOS

Cheran listos para enfrentar a los delincuentes

NIÑA CHERAN SIN ESCUELA

No me arrepiento del abrazo a Calderón; eso no nos iguala

No me arrepiento del abrazo a Calderón
eso no nos iguala
Se siente incomprendido por la lluvia de críticas que ha recibido
 
Aunque se va a intentar desvirtuar la esencia del diálogo, no podemos dejar de acudir, porque sería alimentar la violencia. Nosotros estamos por encima del Presidente porque somos víctimas. Quiero hablar al corazón de ese hombre, que en un gesto de descortesía atroz nos manoteó en la mesa, señala.
Foto
Con el golpe que me tocó a mí empezó la visibilidad de los no escuchadosFoto Cristina Rodríguez
 
Blanche Petrich
 Periódico La Jornada
Jueves 30 de junio de 2011, p. 10               
 
El poeta Javier Sicilia no niega que el del Castillo de Chapultepec fue un diálogo de sordos  entre el Ejecutivo y las víctimas de la violencia,
  al menos en cuanto al cambio en la estrategia de seguridad que estamos exigiendo.
Pero no admite que sea un fracaso para el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que él encabeza. Ni una claudicación. Logramos romper el monólogo del poder, y ese es un primer paso en un proceso que seguramente va a ser muy largo.


El escritor reconoce que en el entorno del gobierno calderonista  se va a manipular el contenido de estos acercamientos y se va a intentar desvirtuar la esencia del proceso. Pero no por eso podemos dejar de acudir. Negar el diálogo es alimentar la violencia, polarizar al país más de lo que ya está.
Ha transcurrido una semana del encuentro cara a cara entre el Ejecutivo –el presidente Felipe Calderón y su núcleo duro del gabinete de seguridad– y un grupo representativo de 23 familiares de asesinados y desaparecidos en el contexto de la guerra contra el crimen organizado declarada por el gobierno federal. Y el efecto mediático y político tiene perplejo a este hombre que nunca pretendió ser líder de nada.

Antes de ser golpeado por el homicidio de su hijo de 24 años él se dedicaba, como oficio, a construir endecasílabos (el último que escribió empieza así: El mundo ya no es digno de la palabra...). Escribía. Analizaba la realidad desde sus convicciones de cristiano progresista, inspirado por Mohandas Gandhi y Martin Luther King. Hasta que, a finales de marzo, el camino de Juan Francisco, su Juanelo, se cruzó con unos sicarios. El crimen lo lanzó a encabezar una de las movilizaciones ciudadanas más notables de los últimos años.

A estas alturas, Sicilia se siente incomprendido por la lluvia de críticas que ha recibido, principalmente de las izquierdas, con quienes se identifica mucho más que con los sectores conservadores que hoy lo alaban. Entre otros epítetos, le han llamado títere de Calderón y traidor. Claudicante también. En contraste, el poder y la derecha –con la que antagoniza– elogian anticipadamente su voluntad de pactar.

Para el poeta, es incomprensible que, entre cientos de imágenes que se sucedieron el 23 de junio, a lo largo de las tres horas que duró el encuentro en el alcázar, se destacara una sola: la del abrazo con Calderón. No me arrepiento de haberlo abrazado, porque quiero hablarle al corazón de ese hombre; aunque él nos haya manoteado en la mesa, en un gesto de descortesía atroz. Pero ese abrazo no nos iguala. Nosotros estamos por encima de él, porque somos víctimas. Sus funcionarios y sus propagandistas tergiversan lo que ahí sucedió. Ellos tienen el poder y la fuerza...pero no la razón.
Desde que regresó de la caravana –casi 4 mil kilómetros recorridos– sus días se consumen entre reuniones en corto con amigos y críticos; en asambleas y consultas con sus antiguos y nuevos compañeros de ruta; en idas y venidas de Cuernavaca a la ciudad de México, siempre custodiado por policías que asignó el gobierno morelense para su seguridad. Desde aquel viaje pavoroso de regreso de Filipinas (donde se encontraba cuando recibió la noticia de la muerte de su hijo) hasta la fecha no he podido retomar mi vida, mi rutina, mi trabajo cotidiano. No sé hasta dónde me va a llevar este vuelco.

No voy a volver a permitir el detector de metales
Por el momento, su trabajo tiene un plazo: la siguiente reunión con el Ejecutivo, dentro de tres meses. Tengo dos cosas claras. No quiero cambio de sede; es importante que se haga en el Museo de Antropología. Y no voy a permitir que a las víctimas nos pasen por el detector de metales. A los secretarios de Estado no los hacen pasar por ahí, ¿verdad? Pues a nosotros, menos. Hemos demostrado ser intachables, limpios. No vamos a permitir que nos traten como sospechosos. En el Castillo de Chapultepec cometí el error de permitir esa grosería.

Gandhi y el mariscal Smuts
Un amigo de larga data de Sicilia –más que amigo, maestro– acaba de advertirle: No conozco a nadie que vaya tan en cueros a meterse a la boca del lobo como usted lo hizo. Al hombre le cala lo dicho, se nota. Tal vez por eso, al arrancar la entrevista con La Jornada, cuenta lo que en el momento de sentarse a la mesa del alcázar le pasó por la mente.
Me puse a imaginar cómo sería aquel encuentro de Mohandas Gandhi con el mariscal de los boers, el sudafricano Jan Christian Smuts, en Pretoria, en 1914, cuando ambos se sentaron a negociar la ley marcial que confinaba a los inmigrantes hindúes (el antecedente del apartheid)”. 
En ese episodio de la historia, el pacifista le regaló al militar segregacionista unas sandalias que había hecho en prisión. Sicilia le entregó a Calderón no sandalias, sino un escapulario, uno de los muchos que las víctimas le entregaron en el camino. A la larga, Smuts traicionó el acuerdo con Gandhi, pero éste nunca depuso su doctrina de resistencia pacífica mediante la desobediencia civil.
 A muchos observadores y analistas les está costando trabajo entender y aceptar este movimiento, surgido apenas hace tres meses y que ya ocupa tanta atención.

–Porque es complejo, creo. Es una formación espontánea que hereda mucho del zapatismo, desde lo moral, aunque no es igual. El zapatismo, con el que yo me identifico muchísimo, es una construcción lenta, de muchos años. Esto fue casi un relámpago. Lo generan varios actores que no estaban en la escena política, pero que desde hace muchos años hacen política en la sombra; gente que viene de la lucha por derechos humanos, de la teología de la liberación, de la cultura. Ni siquiera fui yo quien lo inició. La articulación del movimiento a partir de la muerte de mi hijo empieza incluso antes de que yo pudiera regresar de Filipinas.

No es que este asesinato fuera diferente a los miles de crímenes anteriores. Fue tal vez la gota que derramó el vaso, porque tocó a un sector, el de la cultura, que no había sido tocado. Habían sido muy golpeados la franja de los segregados, los que nadie pela. O la de los empresarios. Pero esta vez me toca a mí el golpe. Ojalá que no hubiera sido así, ojalá que a nadie le tocara, que no le toque a nadie más. 

Pero entonces empieza a suceder algo que no había pasado todavía: , la visibilidad de los invisibles, de las 
 víctimas no escuchadas, de los familiares que por temor, por desprecio, por soledad, por marginación no habían podido encontrar la coyuntura para ser nombrados.

Así se vio toda la podredumbre de las instituciones. Y esto ocurre en un momento histórico que ya no se parece a la época de Díaz Ordaz, cuando el Ejecutivo era todopoderoso. No, estas son las épocas de Calderón, un presidente obcecado en su estrategia de seguridad, pero ,débil que enfrenta a una República en la que los gobernadores son reyes en su territorio y con un Poder Judicial que ha abonado a la impunidad en una forma atroz.

¿Cómo siente la reacción de la izquierda partidista, del movimiento de Andrés Manuel López Obrador, frente a estas movilizaciones? ¿Cercanos, distantes?
Respetuosos. Nos hubiera gustado que se involucraran más.

Nadie puede negar nuestra legitimidad
Después del sismo del 85, pero también bajo el influjo de las revoluciones en Centroamérica, un grupo de poetas mexicanos iniciaron en 1986 una revista de y para la poesía. Sicilia participaba. De ahí nació una colección de ediciones modestas que se llamó Los cuadernos de la orquesta, que dirigió Eduardo Vázquez. Uno de esos libros, La revelación de los díasSicilia y el potosino Tomás Calvillo fueron los autores– bordaba sobre los principios filosóficos de Gandhi, Lanza del Vasto, Luther King, incluso la madre Teresa de Calcuta. Y Salvador Nava, en pie de lucha contra el caciquismo del PRI. Puro pacifismo. Algo que, admite Sicilia, no es demasiado familiar en la cultura política de los sectores progresistas de México.

¿Será por eso que a algunos sectores les cuesta trabajo comprender ese pensamiento?
Hay una fuerza moral detrás de nosotros. Nadie puede negar nuestra legitimidad. Nadie puede cuestionar la veracidad de lo que grita este movimiento. Nadie puede reclamar que gritemos nuestro dolor y nuestros agravios. Nadie puede desmentir este fondo que desnuda al poder en todos los sentidos. Nuestra base es muy plural: están los empresarios, pero también los de Atenco, los familiares de las víctimas pero también los estudiantes, los intelectuales, los trabajadores despedidos.
 
Esta fuerza acumulada también representa un capital político que puede ser aprovechado con otra intención...
Hay de todo. Esa es precisamente nuestra fuerza y nuestra debilidad. Por ejemplo, lo que vivimos en Ciudad Juárez (donde culminó la caravana, el 11 de junio). Hubo grupos que subieron otras agendas a las asambleas y que nos pusieron en riesgo de perder de vista el reclamo de las víctimas a cambio de exigir un juicio político contra Felipe Calderón o demandar la salida del Ejército de manera irresponsable. Eso desviaba la atención de nuestro objetivo primordial. A eso le dijimos no. Defendimos los seis puntos de la marcha del 8 de mayo porque no nos los sacamos de la manga, fueron producto del consenso con organizaciones que han trabajado, como muchos sectores de la sociedad. Todos quieren utilizarnos, los partidos, el Ejecutivo, los poderes.
Lo importante es no perder de vista que la base del movimiento es el dolor de las víctimas, porque si lo hacemos vamos a entrar a una lógica, a una narrativa que ya conocemos, a una disputa ideológica. Y eso no es lo que queremos.

 –Cuando se habla de los de Juárez se cae en la descalificación, se les señala como los extremistas. El movimiento social en Juárez también tiene una identidad, una historia de resistencia.
Juárez, tan dolido, tiene sus particularidades. Nosotros defendemos lo que quieren los juarenses, pero si Juárez necesita la retirada del Ejército de las calles, que se haga ahí. Como demanda nacional no es una cosa que se pueda discutir y decidir en tres horas. Lo que estamos discutiendo es la estrategia de seguridad nacional, caso por caso, estado por estado. Ese fue el problema de la mesa de la militarización. Ahí se expresó claramente la idea de otros lugares, por ejemplo, los de Cherán, en Michoacán, que dijeron muy claramente que en lo inmediato no quieren la salida del Ejército, lo mismo que los grupos que llegaron de Tamaulipas.
“No hubo consenso. Mi obligación moral era decirles: ‘pues no es así, señores’. Ahora nos acusan de traición. Nosotros pensamos que traición sería permitir la imposición”.

 El debate ciudadano sobre el Ejército apenas empieza
El tema del papel del Ejército casi no se debate en México. Siempre fue tabú, tanto para la clase política como para el movimiento social. ¿Cree que ahora la sociedad ha empezado a analizar y debatir sobre las fuerzas armadas?
Creo que sí; quisiera que sí. Pero los diálogos son largos y éste apenas lleva tres meses. Y tenemos cuatro años y medio de ver al Ejército en las calles de esta manera, de sufrir esta descomposición. Antes de sacar acuerdos debemos debatir y analizar con mucha claridad y profundidad. Sabemos que al meter al Ejército al combate contra el narcotráfico hubo omisiones muy graves por parte del gobierno. Dio a los cárteles carácter de parte beligerante, de ejército regular, lo que es un equívoco fundamental, gravísimo. Además, eludió al Congreso, que por derecho constitucional debe aprobar o vetar la participación de las fuerzas armadas en esas funciones. El Ejército ya está ahí, ya se cometieron todas las barbaridades. ¿Hay que regresarlo a los cuarteles?  
Yo creo que sí. El problema es cómo.
–¿Y cómo?
No lo sé. Nos falta hacer una radiografía muy fina sobre el problema, como la que estamos haciendo con las víctimas. Apenas estamos empezando. No podemos tomar decisiones sobre temas tan delicados sin pensarlo bien. ¿Cómo vamos a ir sacando al Ejército? Hay que mirar experiencias interesantes de autodefensa y discutirlas para que se puedan aplicar en más lugares, para que puedan ser aceptadas. Es verdad que una parte de la izquierda ya empezó ese debate, y esa misma izquierda es la que ahora me dice: no vayas a los diálogos con el gobierno.
–¿Quiénes son?
Ciertas fracciones. Los mismos de Juárez nos dijeron: no vayan al diálogo con Calderón porque los va a traicionar. Y sí, hay traición a la palabra, lo sabemos. En Chiapas los diálogos de San Andrés Larráinzar entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) fueron traicionados (durante el gobierno de Ernesto Zedillo). A pesar de ello, hoy son los mismos zapatistas quienes nos dicen: vayan, tienen que pasar el trámite. No podemos dejar de acudir a los diálogos.
–¿Y qué se logró en el alcázar?
–Hay un plazo y cosas que hacer en estos tres meses.

Vamos a demostrarle a
Calderón que sigue de necio
–¿Diálogo de sordos?
Sí lo fue, en cuanto a la estrategia de seguridad. El Presidente no se movió de su posición. Al próximo diálogo vamos a ir con expertos a discutir las estrategias, a demostrarle a Calderón que hay alternativas y que él sigue de necio.
–¿No cree que el gobierno de Calderón tiene su propio cálculo, que tiene otras intenciones, incluso de cooptación?
De cooptación no creo. A ninguno de nosotros nos va a cooptar con puestos, con dinero. Pero sí intentan tergiversar, desvirtuar el movimiento.

El papá del ajedrecista
Son muchas las instantáneas que guarda Sicilia en la memoria de lo ocurrido el jueves, hace una semana, en el alcázar. Como el rostro ajado de Roberto Galván, de Monterrey –comenta–, un hombre ya mayor que participó en la caravana. Hace años busca a su hijo Roberto Galván Llep, un ajedrecista que fue levantado por la fuerza pública durante un operativo en una plaza, y nunca más supo de él. Años de ser un cero a la izquierda frente al Ministerio Público, de ser ninguneado y humillado por la procuraduría estatal. Y de pronto, en Chapultepec, la esposa del presidente, Margarita Zavala, se le acerca, le habla, le da su número de celular y le dice: Para lo que se le ofrezca. La esperanza resplandeció en su cara.
¿No es muy cruel, un gesto trivial frente a la impunidad absoluta?
Mira, cuando pasamos por Monterrey, a las 12 de la noche, después del mitin, fuimos a ver al procurador estatal. Llevamos nueve casos; lo sentamos frente a las víctimas y lo emplazamos: ¿Por qué no hay solución? Algunos casos llevan tres, cuatro años sin ningún avance. Don Roberto era uno de ellos. ¿Cómo no entender que este hombre sienta por primera vez una esperanza? La señora María Elena Herrera, de Michoacán, buscando como loca en varios estados a Jesús, a Raúl, a Gustavo, a Luis Armando, sus cuatro hijos desaparecidos. Le dicen: véngase a Los Pinos, la vamos a ayudar. ¿Cómo negarles esa rendija de esperanza? No se está haciendo justicia, desde luego, pero esos padres viven el infierno desde que les desaparecieron a sus hijos. Si alguien les dice: al menos te voy a decir dónde está, ¿cómo negarles esa mecha de luz? Eso es lo que no pueden ver los ideologizados de cualquier signo. Yo, sólo por ver que atrajeron el caso de María Elena Herrera, cuyo dolor no me es imaginable, considero que el recorrido de los 3 mil kilómetros valió la pena. Sólo por eso.
–¿Es este un movimiento político?
Es de lo mejor de la política. Es la vida de la polis, la ciudad, en el sentido humano de la palabra, sin intereses partidistas; es el rescate de la relación entre seres humanos.
¿Cuáles son los pendientes más inmediatos?
Todos lo son, pero el tema de las indemnizaciones es importante. Las familias con un hijo muerto, con un padre muerto, no sólo se destruyen anímicamente, sino que se arruinan en lo económico. Por eso es importante revisar el fondo de víctimas. Si hay que ampliarlo, hay que ampliarlo. Por eso la importancia de visibilizar qué le pasó al asesinado, al desaparecido; cómo pasó, investigar, determinar si es inocente o no. Y si lo es, se indemniza, se apoya, se restituye el honor. Si no es inocente, hay que ver qué parte del tejido social se está desgarrando, dónde está lo que estamos dejando de hacer para producir criminales.
En tres meses, en un siguiente encuentro ¿cómo cree que va a encontrar estos temas?
Vamos a exigir resultados. Y vamos a volver a exigir el cambio de la estrategia de seguridad, no vamos a quitar el dedo del renglón.

29 jun 2011

Aristegui - Hay Mas Testigos De Secuestro Masivo De Migrantes (Padre Sol...

Lidia Cacho y la corrupción en México



.........despues de dos años ( ¿¿¿ ahora 5 ??? )
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Aristegui - 'Yo No Estoy En Venta' (@lydiacachosi Campaña Contra Trata D...

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EL PAÍS DE CORDERO… Y EL DE LOS DEMÁS

INVESTIGACIONES 
EL PAÍS DE CORDERO… Y EL DE LOS DEMÁS

Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, trata denodadamente de convencernos de que el país está en plena recuperación y que los mexicanos viven mejor al final del sexenio de Calderón. En eso basa su estrategia para convertirse en el tercer Presidente panista en México. El siguiente análisis muestra, más alla del discurso político a favor y en contra, en qué tiene razón Cordero y en qué se equivoca. En efecto, la economía está mejor, los mexicanos, no. Hay más empleo, pero peor pagado. Somos un país de renta media, pero la desigualdad ha aumentado. El salario mínimo sí creció, pero cada vez se compra menos. En el Excel de Cordero todos estamos mejor. ¿Por qué no lo sentimos? 
Por: Camila Zepeda Lizama    Fecha:  junio 29, 2011  
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Ernesto Cordero está en campaña. Si bien es cierto que parte del trabajo del Secretario de Hacienda es comunicar la política económica  del gobierno federal, la intensidad y el tono de las posiciones del responsable de la economía del país han cambiado significativamente. De 2006 a 2010, se publicaron en promedio seis comunicados al año del Secretario en la página de Hacienda (www.shcp.gob.mx). En ellos se detallaban reuniones importantes, decisiones de política económica o designaciones oficiales. Pero a partir de enero de este año, las declaraciones del titular de la SHCP en apariciones públicas se volvieron muy relevantes: a la fecha se han publicado 31 comunicados.

No es casual que los comunicados del titular de Hacienda normalmente sean tan escasos. Son posicionamientos que en ocasiones provocan movimientos en la bolsa de valores y cambios en las estrategias financieras y fiscales de las empresas. De allí el riesgo de que estos comunicados institucionales sean utilizados con propósitos electorales. Para efectos de este análisis constituyen la mejor fuente para tratar de separar lo institucional de lo partidista, la realidad de la propaganda. Partimos no de las frases banqueteras de Cordero, sino de los comunicados que emanan directamente del Secretario, que son revisados, validados y publicados oficialmente.

Estabilidad y crecimiento, el vaso tres cuartos lleno

“La presente administración ha tomado las decisiones correctas en materia económica, lo que genera hoy un entorno de estabilidad y permite este año esperar un crecimiento conestabilidad de precios y menores tasas de interés”. (Cordero, 25 de marzo 2011).
El Secretario se queja de que en México muchos se empeñan en ver el vaso medio vacío, lo niega y afirma: “en, México el vaso está tres cuartos de lleno”[1]. Hay que darle crédito; el optimismo de Cordero sobre la economía mexicana es compartido por los mercados financieros y organismos internacionales. Incesantemente, Cordero repite en sus declaraciones que gracias al buen manejo de las finanzas públicas, la estabilidad en los precios y las políticas de la administración federal, la economía mexicana se ha recuperado de la reciente crisis económica; tiene razón. En 2010, México creció a una tasa anual real de 5.5% y se espera que en 2011 dicho crecimiento se mantenga entre 4.0 y 5.0 por ciento.
Banco de México, institución autónoma y encargada de mantener la estabilidad de precios, hizo –y ha hecho– un gran trabajo conteniendo la inflación,y la Secretaría de Hacienda (bajo el liderazgo de Agustín Carstens) exitosamente implementó una serie de medidas para hacer frente a los efectos nocivos de la crisis internacional. Cordero puede estar orgulloso, aunque sea una medalla que no le corresponde.

Sin embargo, la pregunta es si la estabilidad y el crecimiento se han traducido en una mejora en la situación económica de las familias mexicanas, como ha insistido Cordero una y otra vez.

Erase un país de renta media…
“Hace mucho que México dejo de ser un país pobre, México es un país de renta media con un problema de pobreza muy serio”. (Cordero, 31 de mayo 2011).
Uno creería que Cordero habría aprendido la lección después del ampliamente fustigado comentario de los 6 mil pesos mensuales, pero claramente el Secretario no se ha percatado de que sus dichos trascienden los muros reservados para políticos y economistas. La declaración es veraz, el problema es la selección de palabras.
De acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, México es efectivamente un país de renta media. En palabras llanas: dividiendo el ingreso bruto del país por el número total de mexicanos en un año, se obtiene el ingreso (o renta) nacional per cápita (por persona), y si se calcula dicho número, resulta que México tiene una renta por persona más elevada que la que corresponde a los países de ingreso mediano alto (ver tabla: INB pér cápita, 2009). Más aún, desde 1990 México es considerado como un país de ingreso mediano alto, aunque cabe resaltar que cada vez se aleja más de los estándares correspondientes a los países de ingreso alto (ver gráfica: INB per cápita).


Sin embargo, decir que hace mucho que México dejó de ser un país pobre (incluso si las palabras de Cordero vengan después acompañadas de un reconocimiento del problema de la pobreza) es una afronta a los 19.5 millones de personas que no tienen suficientes ingresos para alimentarse.


México bien podrá ser un país de renta media pero la distribución de dicha renta deja mucho que desear. La desigualdad de los ingresos en nuestro país es alarmante. Por un lado, 35% de los hogares perciben un ingreso menor a 6 mil pesos al mes  (ver gráfica anterior: Ingreso corriente mensual del hogar) y por otro lado Carlos Slim goza de un lugar privilegiado en la lista de Forbes de los hombres más ricos del mundo. México es un país de renta media y de extremos.

¿El sexenio del empleo?

La recuperación se da en un contexto de estabilidad de precios y en las finanzas públicas, lo que aunado a la reactivación del mercado interno, contribuyó a la generación de 271 mil 235 nuevos empleos en lo que va del presente año. Con ello, de junio de 2009 a abril de 2011 se han creado un millón 108 mil 346 nuevas plazas laborales, cifra que significa 407 mil empleos más de los que se perdieron en la pasada crisis”. (Cordero, 30 de abril 2011).
Otra de las constantes en las declaraciones de Cordero es la generación de nuevos empleos, lo que hace recordar las promesas de campaña de Calderón y su eslogan: “el Presidente del empleo”. Durante los primeros años de la administración calderonista las cosas parecían ir bastante bien en materia laboral, no obstante, con la crisis económica de 2008, el desempleo se disparó.
Ahora revisando los datos duros, se observa un panorama alentador (aunque tampoco tan favorable como para definir este periodo como el sexenio del empleo). Al 31 de mayo de este año, se han generado 327 mil 81 nuevos empleos formales, con lo que se alcanzó la cifra total de 14 millones 938 mil 710 trabajadores asegurados en el IMSS (un máximo histórico).

Si bien el empleo formal se ha recuperado, no es el caso del empleo informal. Hay que aclarar que los trabajadores asegurados al IMSS representan sólo 33% del total de ocupados en México, aproximadamente. De acuerdo con la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), en el primer trimestre de 2011 se registraron poco más de 2 millones 481 mil personas desocupadas y la tasa de desempleo al mes de abril de 2011 (5.17% del total de la población económicamente activa) fue mayor que la registrada en diciembre de 2006 (3.87% de la PEA). Pero tomando en consideración la crisis y comparando la tasa de desempleo en México contra las de los demás países latinoamericanos, el escenario es más bien positivo.


Sin embargo, aunque el empleo se está recuperando, las nuevas plazas laborales no van acompañadas de un buen salario. De acuerdo con datos de la ENOE, la proporción de trabajadores que ganó más de cinco salarios mínimos, bajó 3.4 puntos porcentuales, del cuarto trimestre de 2006 al mismo periodo de 2010, al pasar de 11.9% a 8.6% de la población ocupada. En contraste, aumentó en 2.4 puntos porcentuales la gente que ganó de uno a dos salarios mínimos mensuales, al pasar de 20.3% a 22.7% de la población trabajadora.


La recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo o el mundo feliz

“Por primera vez, en décadas, el poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México, es decir, lo que alcanza para comprar con un salario mínimo, está creciendo por primera vez en México en los últimos años”. (Cordero, 6 de junio 2011).
La noticia se difundió ampliamente y no era para menos. La afirmación de que “ahora lo que alcanza para comprar con un salario mínimo es más”, viniendo de un funcionario cuyo sueldo bruto es de 205 mil pesos al mes, es provocadora. La afirmación además iba acompañada de una presentación con marcado tinte partidista, en la que recalcó: “la caída tan brutal en el poder adquisitivo del salario mínimo se dio en las décadas de los ochenta y noventa, y claramente  la recuperación del  poder adquisitivo comenzó en esta última década”. Más adelante, incluso indicó que, “si es necesario, está dispuesto a debatir y comparar cómo han sido los últimos 10 años de gobierno donde se han presentado estos avances y las siete décadas de las administraciones anteriores”.

Ahora, con esas declaraciones en mente, veamos los datos duros. De 1981 a 2011 el salario mínimo real disminuyó dramáticamente (ver gráfica siguiente, lado izquierdo: Evolución del Salario Mínimo Real) y permanece a la fecha en niveles muy inferiores a los que se percibían en 1980.  Entonces, ¿cómo es posible que Cordero afirme que el poder adquisitivo del salario mínimo se está recuperando?


Para explicar la declaración de Cordero, es necesario profundizar en los datos. Primero, existe una inconsistencia en la información que presenta la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (el organismo que determina el aumento a los salarios mínimos) y el Banco de México. Si tomamos como válidos los datos de CONASAMI, entonces no sólo no ha habido una recuperación, sino todo lo contrario: el poder adquisitivo del salario mínimo sería inferior que el registrado al inicio del gobierno del Calderón, e incluso aún menor al registrado al inicio de la primera administración panista. 

Ahora, si tomamos los datos de Banco de México, entonces es posible justificar el argumento de Cordero. Básicamente lo que calculó es la variación del salario mínimo real entre periodos: de diciembre de 1980 y diciembre de 1990 (-49.4%), luego de diciembre de 1990 a diciembre de 2000 (-35.0%) y, finalmente, de diciembre de 2000 a diciembre de 2010 (2.4%). Lo anterior significa que en los últimos 10 años el salario mínimo real no ha caído, pero tampoco se encuentra en los niveles que se tenía en los ochenta ni a principios de los noventa. En otras palabras, la situación no está empeorando, pero el poder adquisitivo del salario mínimo está a años luz de lo que era hace 30 años.


Resulta además curioso que la recuperación –mínima– del poder adquisitivo de la cuál presume Cordero corresponde exclusivamente a la administración de Fox. Siguiendo la metodología presentada por la SHCP, se puede observar (ver gráfica anterior: Cambio en el Poder Adquisitivo del Salario Mínimo) que de diciembre de 2006 a diciembre de 2010, el salario mínimo real disminuyó 0.8%. Pero, al menos, Cordero estaba diciendo la verdad: en la última década el SM se incrementó 2.4 por ciento.

Sin embargo, aun asumiendo que los datos presentados por Banco de México son los correctos, estos no consideran la caída del poder adquisitivo de los hogares con menor ingreso debido a que los productos de la canasta alimentaria han aumentado en mayor proporción que los correspondientes a la canasta representativa que se utiliza para calcular el valor del salario mínimo real. En otras palabras, las personas que ganan 1 salario mínimo o menos, tienen lo justo para alimentarse, ahora, si el precio de esos alimentos aumenta en mayor proporción que su salario, con el tiempo les alcanza para menos.

Conclusión: En el Excel estamos mejor
Ernesto Cordero enfrenta un problema serio para convertirse en un candidato verosímil. La economía mexicana está en plena recuperación (aunque lejos de ser boyante, avanza de manera inequívoca), pero tales efectos no se han trasladado en un bienestar visible para la mayoría de los mexicanos. En algunos aspectos incluso se ha retrocedido. Para desgracia del Secretario de Hacienda, los ciudadanos votan mucho más en función de su propio bolsillo que de las gráficas del Excel de Cordero. Una y otra vez el Secretario de Hacienda tiene razón cuando habla del avance de los valores macroeconómicos. Una y otra vez se equivoca cuando intenta extender esos avances a las condiciones concretas de vida de los mexicanos. Hay mayor empleo, pero está peor pagado. Ha aumentado el Producto Bruto, pero también la desigualdad.
México ya tiene una economía estable con crecimiento sano, pero ha sido mucho menos eficaz en la elaboración de políticas encaminadas a favorecer a la mayoría de la población. En palabras de Cordero: “la estabilidad económica sólo será importante si se refleja en beneficios para las familias de menores ingresos”. Una ingrata verdad para el propio Secretario. Al final es muy probable que las próximas elecciones lo decidan los mexicanos que ganan 6 mil pesos mensuales o menos.
http://www.sinembargo.mx/29-06-2011/6257
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Siguen amenazas contra Lydia Cacho; Article 19 llama a dar con los culpables

TIEMPO REAL 
Siguen amenazas contra Lydia Cacho; Article 19 llama a dar con los culpables

Por: Redacción / Sinembargo    Fecha:  junio 29, 2011  |  2 comentarios 
 
El pasado 14 de junio, la periodista y defensora de derechos humanos Lydia Cacho recibió nuevamente amenaza directa de muerte. Las amenazas realizadas en esta ocasión vía telefónica y correo electrónico hacen referencia al trabajo como periodista que continua realizando Cacho, lo cual es evidencia del riesgo que continúa enfrentando así como del patrón de persecución y vigilancia al que está sometida. A pesar de ello, la respuesta del Estado ha estado marcada por la dilación y la falta de investigación de los hechos.

Cacho ha recibido varias amenazas y agresiones desde que en 2005 publicó el libro titulado “Los Demonios del Edén, el poder que protege a la pornografía infantil”, en donde reveló la existencia de una red de explotación sexual y pornografía infantil que operaba bajo la protección de políticos y empresarios. Por tal denuncia pública fue víctima de acoso judicial, tortura y numerosos abusos de poder.  Desde entonces ha publicado información en su columna semanal y varios libros sobre temas relacionados con corrupción, trata de personas, crimen organizado, narcotráfico y violencia de género.

Durante el 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a la periodista como resultado de varios actos de vigilancia y hostigamiento por parte de hombres armados. Sin embargo, las agresiones no han cesado. Aún cuando las medidas cautelares atienden a los principios de gravedad y urgencia, las nuevas amenazas evidencian la ineficacia y falta de diligencia del Estado mexicano en la implementación de medidas de protección dictadas por la CIDH.

Pese a la displicencia del Estado en atender las agresiones contra Cacho, ella ha continuado su labor periodística y ha denunciado los hechos de agresión contra ella sin que hasta el momento se haya juzgado ni castigado a los responsables tanto materiales y/o intelectuales de la cada vez más larga lista de agravios en su contra.  ARTICLE 19 ha podido constatar que las medidas dictadas por la CIDH sólo han sido cumplidas en menos de un 50%. A pesar de las amenazas Lydia Cacho publicó la investigación “Esclavas del poder: un viaje al corazón de la trata de mujeres y niñas en el mundo, en el cúal nuevamente revela nombres de tratantes y servidores públicos vinculados con redes de delincuencia organizada, mismas que no han sido investigadas ni perseguidas por el Estado mexicano.

ARTICLE 19 ha recalcado que las amenazas no pueden ser tomadas a la ligera por parte de las autoridades. La mayoría de las violaciones graves a derechos humanos cometidas contra periodistas han estado precedidas de amenazas. Más aún,como en este caso, cuando la vía por la que se realizan puede generar fácilmente evidencia para ubicar a los responsables.

ARTICLE 19 hace un llamado al Estado mexicano para:
  • Cumplir cabal y efectivamente con la implementación de las medidas cautelares otorgadas por la CIDH para proteger a la periodista y defensora de derecho humanos.
  • Investigar las amenazas puntualmente que lleven al juzgamiento y condena de los responsables.
  • http://www.sinembargo.mx/29-06-2011/6795 

Guadalupe Loaeza / Sinembargo / Y la Virgen, ¿por quién votará?

Sacerdote denuncia secuestro de inmigrantes en Veracruz

28 jun 2011

El Movimiento por la Paz y el escapulario

El Movimiento por la Paz y el escapulario
Marco Rascón
 
La espiral de la violencia no terminará por un decreto, sino por un proceso. La razón de Estado es distinta a la razón social, que es víctima no sólo de los delincuentes, sino también de las fuerzas gubernamentales. Si hay 40 mil muertos y cientos de desaparecidos, hay miles de familiares de éstos que fueron obligados a guardar silencio, a esconderse, para no ser criminalizados junto con sus muertos y desaparecidos.
 
El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, representado por Javier Sicilia, abrió una puerta que el gobierno de Felipe Calderón difícilmente podrá cerrar; es un espacio de gran poder para reclamar respuestas contra la impunidad.
 
El gobierno aceptó el diálogo, en el momento de mayor aislamiento. Si los 40 mil muertos eran su victoria, el drama se revierte cuestionando el papel del Estado como repartidor de justicia, dando a las víctimas un peso cualitativo en el proceso. De poco le servirá al gobierno denunciar ante el país que ha sido víctima de la separación de poderes (por ejemplo, caso Hank Rhon), que los ha llevado a exhibirlos como ineptos o, peor aún, como sospechosos de paramilitarismo para realizar ejecuciones extrajudiciales.

Sin duda hay claroscuros en el diálogo de Chapultepec, pero más allá de una comisión de seguimiento o los graves riesgos de manipulación de un gobierno acorralado y débil está haber abierto un espacio de reclamo en el proceso para que miles de esposas y esposos, amigos, padres, hijos y huérfanos puedan salir y reclamar la verdad de cada caso, sin que se les criminalice.

El Movimiento por la Paz demostró que el mal es imperfecto y que tras la versión oficial y mediática de que detrás de cada víctima había un delincuente que merecía la muerte, hoy existe un referente con dignidad y ética ciudadana exigiendo la verdad para cada caso.
El Movimiento por la Paz abrió una herida infectada que se intentó cerrar y hacer de los 40 mil muertos una violencia políticamente correcta, donde nadie reclamaría nada. Esto se acabó.
No puede esperarse mucho de la comisión, pero su simple existencia es el reconocimiento a un interlocutor social, no mediático, que en su andar por el país alienta la denuncia de familiares, abre la herida para ser curada sólo por la verdad.
Es el final de las procuradurías y los ministerios públicos subordinados al Ejecutivo y que tendrá que ser reforma inmediata. De manera directa el diálogo logró que el Ifai demande a la PGR información y verdad jurídica sobre 35 mil víctimas de la violencia que no pueden llamarse delincuentes o culpables, porque nunca fueron juzgados por tribunal alguno y, si no hay veredicto judicial, en principio ninguno es culpable. 

El diálogo derrumbó el estado de excepción impuesto de facto.
Ante eso surgió la descalificación de los detractores y damnificados del diálogo: primero, los que reclamaron a Javier Sicilia abogar y defender delincuentes muertos. Son los que justifican el paramilitarismo y las ejecuciones extrajudiciales por encima del estado de derecho; es el fascismo nacional.
Desde el otro extremo, los que, bajo una supuesta pureza, lo acusan de caudillismo; los que desde la fabricación de derrotas y aberraciones de gran imposición, como el plantón de Reforma en 2006 o la creación de Juanito, acusan al Movimiento por la Paz haber logrado con principios y ética política la construcción del espacio para la denuncia y la exigencia de todas las víctimas de la violencia y obligando a los señores de la guerra a dar sus argumentos.

Si Sicilia y el Movimiento por la Paz lograron sentar al gobierno, ¿qué no hubiera hecho un movimiento sustentado en 15 millones de votos y con una diferencia de 0.25 por ciento respecto al poder del otro lado de la mesa?
El Movimiento por la Paz cuestiona la idea impuesta de que todo diálogo es traición.
El Movimiento por la Paz, al igual que los damnificados de 1985 y los zapatistas en 1994, construyeron con el diálogo espacios para dar perspectiva y cambios. En aquellos diálogos, como ahora en Chapultepec, el reto era avanzar o la derrota efectiva. Construir o el resentimiento. ¡Estar hasta la madre!, pero truncando con inteligencia la espiral de la violencia.
Los detractores silenciosos: el priísmo que azuza y acusa desde atrás, pues el diálogo abre las raíces de la violencia, del narcoestado que nos gobernó hasta que Estados Unidos decidió pagar droga con droga y asignarnos el papel de consumidores al menudeo y mercado interno. Felipe Calderón, en su guerra, no sabe ya para quién ha trabajado reorganizando el mercado para concentrarlo de nuevo. Trabajar para restaurar también el viejo esquema de la droga y que viene de nuevo a administrar el priísmo.

El Movimiento por la Paz oxigena la lucha por los desaparecidos y contra la represión; en su ruta hacia el sur, permitirá reconectar la dignidad de los mexicanos con Latinoamérica y sus migrantes.
Javier Sicilia, al colgarle el escapulario a Felipe Calderón, no le puso una medalla le puso encima toda la responsabilidad histórica sobre esta guerra.
http://www.marcorascon.org

Los claroscuros del diálogo de Chapultepec

Los claroscuros del diálogo de Chapultepec
Luis Hernández Navarro
 
El diálogo entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y el presidente Felipe Calderón en el Castillo de Chapultepec ha desatado un intenso y enconado debate. Los medios de comunicación y los periodistas tradicionalmente afines al gobierno federal lo presentan como una muestra de la capacidad de Felipe Calderón de escuchar a sus detractores. Sectores importantes de la izquierda y el mundo intelectual lo cuestionan.
 
Se trata de un asunto complicado. No debiera ser una cuestión de principios, sino de correlación de fuerzas. Toda lucha que no sea insurreccional –e incluso ésta en ciertos momentos– está obligada a negociar con el gobierno. Más aún, una movilización que exige justicia, reparación de daños y modificación de políticas tiene el imperativo de dialogar.

Dentro del movimiento hay quienes critican el diálogo argumentando que Felipe Calderón es un mandatario espurio, carente de legitimidad. Planteado así, el asunto se vuelve una cuestión ideológica sin salida. Por supuesto que Calderón carece de legitimidad. Más aún, esa falta de legitimidad es precisamente la que lo ha llevado a encabezar la guerra contra el narcotráfico. Sin embargo, dialogar o no dialogar no es asunto de legitimidad del adversario, sino de fuerza. Los movimientos dialogan con quien tiene la capacidad para resolver sus demandas. Y una convergencia de víctimas que exige justicia tiene necesariamente que emplazar y tratar con el responsable de que se haga justicia y se modifique la política que la propició.

El Movimiento por la Paz logró que el Presidente de la República se reuniera con sus integrantes para sostener un diálogo público. Un grupo de víctimas que cuestiona radicalmente su política dijo al jefe del Ejecutivo lo que quiso delante de los medios masivos de comunicación y Felipe Calderón les respondió. Se trata de un hecho inusitado en el país. Lo es tanto por la tradición autoritaria de los gobernantes como por el clima de confrontación que vivimos.

Hasta ahora, las víctimas no habían tenido oportunidad de hablar con el Presidente como lo hicieron. Cuando en febrero de 2010 María de la Luz Dávila expresó a Calderón en Ciudad Juárez: Disculpe, señor Presidente, yo no le puedo dar la bienvenida porque no lo es, lo tuvo que hacer entre forcejeos y a contracorriente.

Las víctimas que tomaron la palabra en Chapultepec lo hicieron no para engrandecer la figura presidencial, sino para decir su verdad y reclamar justicia. No hicieron concesiones. Fueron actores centrales del diálogo, no personal de acompañamiento. Dijeron a Felipe Calderón cosas muy fuertes. Salvador Campanur Sánchez, representante indígena, le señaló: 
A nosotros nos agreden las autoridades que desconocen nuestro derecho a la autonomía y libre determinación, criminalizan nuestras luchas, roban nuestras riquezas y aplican una política nacional de exterminio contra nosotros.

Sin embargo, Felipe Calderón salió fortalecido del encuentro. Defendió su estrategia de guerra. No cedió un ápice en su posición. Reafirmó lo dicho el pasado 5 de mayo: tenemos la razón, la ley y la fuerza. Utilizó a los medios masivos de comunicación en su favor. Y se tomó la foto con sus críticos.
Para muchos de quienes consideran que su presidencia es espuria, la reunión fue un fracaso total, y hasta una traición. Para ellos, lo central no es la reivindicación de las víctimas, ni que éstas hayan dicho su palabra, ni la dignificación de su causa, ni que ante la opinión pública hayan dejado de ser sospechosas de defender delincuentes para convertirse en damnificados legítimos. No. Lo importante, según su lógica, es que Calderón se legitimó.

Sin embargo, es importante mirar el diálogo desde otra perspectiva. El Movimiento por la Paz es, fundamentalmente, una convergencia de víctimas que reclama justicia, con un programa que cuestiona al conjunto de la clase política y no sólo al Presidente. No pone en el centro de su acción la legitimación o deslegitimación de la figura presidencial. No es un movimiento que mire de cara a las elecciones de 2012, ni que rija su acción a partir del fraude electoral de 2006. Es otra cosa, tiene otros orígenes, otro horizonte y otro lenguaje. Querer que se comporte como un movimiento social de oposición tradicional es renunciar a comprender su naturaleza y su lógica.

A pesar de su nombre, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad no es aún un movimiento, sino un fenómeno de solidaridad colectiva en torno a Javier Sicilia. No es una organización permanente, sino un estado de ánimo. Alrededor del dolor y la convocatoria del poeta se han nucleado las emociones y el hartazgo de miles de ciudadanos consternados con la inseguridad pública, la violencia y la militarización del país. El diálogo le proporcionó un nivel superior de presencia política.

Hasta hace tres meses ninguna fuerza política o social había logrado dar visibilidad nacional a la situación que viven las víctimas de la guerra contra el narcotráfico. La convocatoria de Javier Sicilia dio un vuelco dramático a esta situación. Lo que la izquierda no quiso, no supo o no pudo hacer fue conseguido por el poeta y su equipo. Hablando desde una cultura católica 
radical y pacifista y desde las víctimas logró agrupar el descontento social contra la militarización.
 A esta convocatoria se ha sumado una variopinta congregación de actores políticos y sociales que padecen el bloqueo político del actual régimen de partidos. También sectores de la Iglesia católica que padecen sin deberla el costo de las barbaridades perpetradas por su jerarquía. En los hechos, el Movimiento por la Paz abrió una brecha por la que esos actores excluidos han comenzado a colarse.

 Para valorar el diálogo de Chapultepec resulta útil la réplica de Mefistófeles en el Fausto, de Goethe:
Gris es la teoria  y verde el  arbol de oro de la vida. En los claroscuros del encuentro es posible encontrar un hecho de gran relevancia: las víctimas se han convertido en sujetos de cambio. Eso tiene más importancia para el país y su democratización que el que Felipe Calderón se haya fortalecido a corto plazo.