¿Por qué no le creemos a Peña?
José Agustín Ortiz Pinchetti
La única forma en que un político puede ganar la confianza del pueblo es demostrar que se la merece. El arresto de El Chapo
fue un logro importante para el gobierno, sobre todo después de que
había escapado de una cárcel de máxima seguridad sin que nadie pudiera
dar una explicación convincente de lo sucedido. La tercera detención de El Chapo no cambió la percepción popular, que se mostró escéptica y sospechosista.
Desde el primer día de su mandato, EPN ha usado la mentira, la confusión, la media verdad y la contradicción. Apoyado en un complejo de medios alimentado por miles de millones de pesos. Pero somos más avispados de lo que ellos se imaginan y estamos aprendiendo a identificar la falsificación. En la vida de cada día nos damos cuenta de que el desempeño del gobierno es cada vez peor.
Hace unas cuantas horas la policía anticorrupción de España
detuvo a Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, ex presidente
nacional de PRI, aliado de Peña y uno de los mayores contribuyentes a su
campaña. Los cargos: lavado de dinero, malversación y asociación
criminal.
A pesar de que dejó en bancarrota a Coahuila y sus latrocinios y abusos fueron evidentes, en México nadie lo investigó, nadie le formuló cargos, nadie lo molestó. Vivió impune en Cuernavaca y después se fue a España a hacer estudios de grado con los ahorros que logró trabajando de profesor de la SEP.
En uno de sus tantos viajes fue arrestado en Madrid, y no a petición del gobierno mexicano, sino de un juez de Texas. La causa se engrosó con delitos cometidos en España. Todos estamos seguros de que el gobierno encubrió a Moreira. ¿Cómo después de un hecho de esa dimensión EPN puede aspirar a ganar la confianza pública? Conforme avance el tiempo que le queda al sexenio, la desconfianza tenderá a crecer inevitablemente. Las consecuencias son de pronóstico reservado.
Twitter: @ortizpinchetti
A pesar de que dejó en bancarrota a Coahuila y sus latrocinios y abusos fueron evidentes, en México nadie lo investigó, nadie le formuló cargos, nadie lo molestó. Vivió impune en Cuernavaca y después se fue a España a hacer estudios de grado con los ahorros que logró trabajando de profesor de la SEP.
En uno de sus tantos viajes fue arrestado en Madrid, y no a petición del gobierno mexicano, sino de un juez de Texas. La causa se engrosó con delitos cometidos en España. Todos estamos seguros de que el gobierno encubrió a Moreira. ¿Cómo después de un hecho de esa dimensión EPN puede aspirar a ganar la confianza pública? Conforme avance el tiempo que le queda al sexenio, la desconfianza tenderá a crecer inevitablemente. Las consecuencias son de pronóstico reservado.
Twitter: @ortizpinchetti
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