En lunes 19 de junio el periódico estadunidense The New York Times
reveló que el gobierno mexicano había hecho espionaje en contra de
periodistas, luchadores de los derechos humanos, miembros de
organizaciones no gubernamentales, entre otros.
El jueves 22 de junio, en un evento en
San Juan de los Lagos, Jalisco, Peña Nieto en su discurso no solamente
negó que el gobierno hiciera esas prácticas, sino que expresó que se
investigará hasta las últimas consecuencias y se castigará a los
denunciantes, no a los espías. Después quiso enmendar la plana, pero ya
nadie le creyó. La investigación se la encarga a la Procuraduría General
de la República, la cual sería juez y parte. El resultado sería lo
mismo que cuando la Secretaría de la Función Pública lo exentó del
conflicto de intereses. Solo faltará que le pongan una estrellita por bien portado.
Hemos llegado al colmo con Peña Nieto.
Defiende lo indefendible, más bien trata de defenderse él mismo al
mencionar que a veces recibe mensajes de desconocido origen y que no le
extrañaría que en algún momento se filtrara el contenido de llamadas que
hacía, aunque tenía cuidado con lo que decía. En medicina eso se llama
esquizofrenia.
Es necesario comentar algunos aspectos
del espionaje. No lo justifico. Siempre ha existido y quienes lo
practican son los gobiernos, porque poseen todos los medios para
hacerlo. Antes era la intervención de los teléfonos residenciales, no
existían celulares y mucho menos internet. Ahora es más fácil con todos
los medios electrónicos que proliferan y con todos los programas que se
pueden diseñar.
¿A quiénes se espiaba? Pues a los
opositores del gobierno, a los periodistas, a activistas, a los
religiosos y a quien se le diera la gana. Era muy fácil de detectar,
cuando uno contestaba se escuchaba un ruido que no era normal y pues uno
debería tener cuidado de lo que decía (o a propósito se decían cosas
que no tenían ningún sentido).
Esas mismas llamadas, cuando le convenía
al gobierno, las filtraba y las daba a conocer públicamente.
Posteriormente, el espionaje se modernizó y ya fue por medio de videos.
Éstos se pueden editar y sólo dar a conocer lo que inculpa al espiado.
En algunas casos se preparaba le escena para que pareciera lo más real
posible.
Ahora ya se emplean programas como
Pegasus, para intervenir los teléfonos celulares y, como ya es normal
utilizar este medio de comunicación, resulta una forma de tener
detectado a los espiados, porque se puede intervenir el audio y la
cámara de los dispositivos móviles. No cualquier hijo de vecina puede
adquirir el programa, pero el gobierno sí lo puede y debe de tener.
...................sigue
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