De #AMLO, Harry Potter y Guillermo Sheridan, El León Desgarrado
Héctor Palacio @NietzscheAristo
SDP 2011-04-08
Primero, aclaraciones:
A). Como no percibo ingresos de la UNAM ni de Letras Libres ni del Sistema Nacional de Investigadores, que me rediman del fardo de la existencia, me demoro en referirme al texto de Guillermo Sheridan del pasado 22 de marzo en El Universal.
B). “El León Desgarrado” es el sobrenombre que le ha quedado a Sheridan después de mi texto: “La UNAM, sin chovinismos y sin leones…”. Refiere su valiente capacidad de denuncia de toda suerte de entuertos, excepto las irregularidades de sus jefes Krauze y Narro, o de cualquier otro que sea su patrón en turno.
En esta ocasión casi estaré de acuerdo con el autor de Los contemporáneos ayer (qué gracia y exageración la de un distinguido profesor universitario, me dijo hace mucho: “El tipo le debiera besar a usted los pies por haber leído su libro, ¡nadie lo lee!”; alguien más lo describe como antipatiquísimo y como creyéndose “Jesús reencarnado”, recordando a Ibargüengoitia).
En su texto “AMLO y Harry Potter”, El León Desgarrado pretende nuevamente ironizar a costillas de López Obrador, su villano preferido (en su versión para Letras Libres,
“Es un honor estar con Harry Potter”, agrega chascarrillos “hilarantes” –más bien infames- que no causan sino, única, la hilaridad desdentada y descocada del autor; lo imagino frente al espejo). Y aunque vuelve a fallar al cabo (recordar “All you need is #AMLOVE “: http://sdpnoticias.com/sdp/columna/nietzsche-aristofanes-nietzschearisto/2010/07/28/1085895 ), no le falta razón a su propósito original.
Se mofa Sheridan del contenido del apartado
“Lectura, asignatura pendiente” (página 214) del capítulo diez, “El Estado de bienestar y el derecho a la felicidad”, del
Proyecto Alternativo de Nación presentado por López Obrador en el Auditorio Nacional. Y se burla porque en dicha sección, después de un diagnóstico sobre la miserable condición de la educación y, en particular, sobre la crisis de la lectura en México, se propone como modelo a seguir para el estímulo del joven lector al “fenómeno llamado Harry Potter” (“…es decir, millones de libros que en una diversidad de idiomas, han atrapado a niños y adolescentes de todo el mundo. Este fenómeno nos prueba que cuando los contenidos están vinculados a la edad, a los intereses de los lectores el placer de leer es todo un acontecimiento… La venta de millones de libros en todo el mundo de Harry Potter nos prueba que la formación de lectores sí es posible”).
Cualquiera, bueno, hasta la abuela de Sheridan (y la abuelita de Batman), reiría cuando menos de este yerro de la comisión encargada del documento en cuestión.
El León Desgarrado hace un periplo por sus habituales fobias en contra de AMLO con tal de reprocharle este entuerto sobre la literatura infantil “seria” (vaya paradoja), infligido por el político como consecuencia de su objetivo por crear lectores y alentar la lectura “vinculada a la edad” (qué disparate). Y le otorgo la razón a Sheridan porque antes que en el modelo planteado, uno pensaría en autores como los hermanos Grimm, Melville, Stevenson, Perrault, Wilde, etc., o el propio Galeano que él recomienda.
Y por más que se estire el esfuerzo, no imagino a González Pedrero, Córdova, Pérez Gay o Meyer –entre otros miembros destacados de la comisión elaboradora del documento- leyendo Harry Potter con la febril fruición de un adolescente contemporáneo para posteriormente indicar o aprobar su inclusión en el proyecto referido. Es más, ni al mismo López Obrador; tal vez a sus hijos. Pero sin duda, alguien dentro de la comisión propuso y alguien aprobó. Gazapo colectivo.
Sheridan ríe. Y en el placer onanista olvida, sin embargo, lo fundamental en el Proyecto, que por otro lado, como para él la nación está cerca de convertirse en una nueva potencia campeona en paz y democracia, le tiene sin cuidado y continúa muriéndose de la risa ya no como león, como hiena autocomplaciente. Como académico, como ensayistas, debiera (¡oh, el deber!, así como hay gente a quien la lectura de Ulysses y Finnegan’s wake le cae pesada –grata memoria de Salvador Elizondo-, a Sheridan le dañó en exceso ser colector de artículos de Jorge Ibargüengoitia; ha sido su cruz), debiera interesarse al fin por los agravios a la educación a manos de la “maistra” Gordillo, los entuertos de la SEP panista, los baldones del Banco Mundial sobre la educación básica. Debiera, como investigador serio (desconozco qué tipo de plaza tiene en la UNAM; ¿va al ISSSSSSSSSSTE Sheridan?), echar al menos un lacónico vistazo al diagnóstico de la rigurosa y prestigiada comisión encargada del Proyecto Alternativo de Nación, no quedarse en la ocurrencia del cómico de la legua, no suspirar por las noches de La Corcholata en Aventurera. Si así lo hiciera, con todo y lo execrable, Harry Potter sería lo de menos. Vería que...
Vería que, “¡káaan kan kan kaaan, kan kaaan!”, (es Luis de Alba que aquí irrumpe abruptamente en escena en papel de Peritos, creo), vería que no todo es Harry Potter en el documento. En los diez capítulos se manifiesta una grave preocupación por las condiciones del país, así como un diagnóstico detallado y una serie de propuestas en distintos aspectos impostergables como son: impulsar una ética republicana y combatir la corrupción, frenar los monopolios, abolir privilegios fiscales, revitalizar al campo y propiciar la soberanía alimentaria, promover una conciencia ambiental y sobre el cambio climático, defender la diversidad cultural, democratizar el acceso a los medios masivos, promover un pensamiento crítico y, para muchos utopía de utopías, garantizar el derecho a la felicidad.
Pero esto no le interesa a Sheridan. No.
Pero dejemos por ahora al León Desgarrado frente al espejo mirándose reír, fraguando una más de sus chocopatoaventuras.
http://sdpnoticias.com/columna/2021/De_AMLO_Harry_Potter_y_Guillermo_Sheridan_El_Leon_Desgarrado
Héctor Palacio @NietzscheAristo
SDP 2011-04-08
Primero, aclaraciones:
A). Como no percibo ingresos de la UNAM ni de Letras Libres ni del Sistema Nacional de Investigadores, que me rediman del fardo de la existencia, me demoro en referirme al texto de Guillermo Sheridan del pasado 22 de marzo en El Universal.
B). “El León Desgarrado” es el sobrenombre que le ha quedado a Sheridan después de mi texto: “La UNAM, sin chovinismos y sin leones…”. Refiere su valiente capacidad de denuncia de toda suerte de entuertos, excepto las irregularidades de sus jefes Krauze y Narro, o de cualquier otro que sea su patrón en turno.
En esta ocasión casi estaré de acuerdo con el autor de Los contemporáneos ayer (qué gracia y exageración la de un distinguido profesor universitario, me dijo hace mucho: “El tipo le debiera besar a usted los pies por haber leído su libro, ¡nadie lo lee!”; alguien más lo describe como antipatiquísimo y como creyéndose “Jesús reencarnado”, recordando a Ibargüengoitia).
En su texto “AMLO y Harry Potter”, El León Desgarrado pretende nuevamente ironizar a costillas de López Obrador, su villano preferido (en su versión para Letras Libres,
“Es un honor estar con Harry Potter”, agrega chascarrillos “hilarantes” –más bien infames- que no causan sino, única, la hilaridad desdentada y descocada del autor; lo imagino frente al espejo). Y aunque vuelve a fallar al cabo (recordar “All you need is #AMLOVE “: http://sdpnoticias.com/sdp/columna/nietzsche-aristofanes-nietzschearisto/2010/07/28/1085895 ), no le falta razón a su propósito original.
Se mofa Sheridan del contenido del apartado
“Lectura, asignatura pendiente” (página 214) del capítulo diez, “El Estado de bienestar y el derecho a la felicidad”, del
Proyecto Alternativo de Nación presentado por López Obrador en el Auditorio Nacional. Y se burla porque en dicha sección, después de un diagnóstico sobre la miserable condición de la educación y, en particular, sobre la crisis de la lectura en México, se propone como modelo a seguir para el estímulo del joven lector al “fenómeno llamado Harry Potter” (“…es decir, millones de libros que en una diversidad de idiomas, han atrapado a niños y adolescentes de todo el mundo. Este fenómeno nos prueba que cuando los contenidos están vinculados a la edad, a los intereses de los lectores el placer de leer es todo un acontecimiento… La venta de millones de libros en todo el mundo de Harry Potter nos prueba que la formación de lectores sí es posible”).
Cualquiera, bueno, hasta la abuela de Sheridan (y la abuelita de Batman), reiría cuando menos de este yerro de la comisión encargada del documento en cuestión.
El León Desgarrado hace un periplo por sus habituales fobias en contra de AMLO con tal de reprocharle este entuerto sobre la literatura infantil “seria” (vaya paradoja), infligido por el político como consecuencia de su objetivo por crear lectores y alentar la lectura “vinculada a la edad” (qué disparate). Y le otorgo la razón a Sheridan porque antes que en el modelo planteado, uno pensaría en autores como los hermanos Grimm, Melville, Stevenson, Perrault, Wilde, etc., o el propio Galeano que él recomienda.
Y por más que se estire el esfuerzo, no imagino a González Pedrero, Córdova, Pérez Gay o Meyer –entre otros miembros destacados de la comisión elaboradora del documento- leyendo Harry Potter con la febril fruición de un adolescente contemporáneo para posteriormente indicar o aprobar su inclusión en el proyecto referido. Es más, ni al mismo López Obrador; tal vez a sus hijos. Pero sin duda, alguien dentro de la comisión propuso y alguien aprobó. Gazapo colectivo.
Sheridan ríe. Y en el placer onanista olvida, sin embargo, lo fundamental en el Proyecto, que por otro lado, como para él la nación está cerca de convertirse en una nueva potencia campeona en paz y democracia, le tiene sin cuidado y continúa muriéndose de la risa ya no como león, como hiena autocomplaciente. Como académico, como ensayistas, debiera (¡oh, el deber!, así como hay gente a quien la lectura de Ulysses y Finnegan’s wake le cae pesada –grata memoria de Salvador Elizondo-, a Sheridan le dañó en exceso ser colector de artículos de Jorge Ibargüengoitia; ha sido su cruz), debiera interesarse al fin por los agravios a la educación a manos de la “maistra” Gordillo, los entuertos de la SEP panista, los baldones del Banco Mundial sobre la educación básica. Debiera, como investigador serio (desconozco qué tipo de plaza tiene en la UNAM; ¿va al ISSSSSSSSSSTE Sheridan?), echar al menos un lacónico vistazo al diagnóstico de la rigurosa y prestigiada comisión encargada del Proyecto Alternativo de Nación, no quedarse en la ocurrencia del cómico de la legua, no suspirar por las noches de La Corcholata en Aventurera. Si así lo hiciera, con todo y lo execrable, Harry Potter sería lo de menos. Vería que...
Vería que, “¡káaan kan kan kaaan, kan kaaan!”, (es Luis de Alba que aquí irrumpe abruptamente en escena en papel de Peritos, creo), vería que no todo es Harry Potter en el documento. En los diez capítulos se manifiesta una grave preocupación por las condiciones del país, así como un diagnóstico detallado y una serie de propuestas en distintos aspectos impostergables como son: impulsar una ética republicana y combatir la corrupción, frenar los monopolios, abolir privilegios fiscales, revitalizar al campo y propiciar la soberanía alimentaria, promover una conciencia ambiental y sobre el cambio climático, defender la diversidad cultural, democratizar el acceso a los medios masivos, promover un pensamiento crítico y, para muchos utopía de utopías, garantizar el derecho a la felicidad.
Pero esto no le interesa a Sheridan. No.
Pero dejemos por ahora al León Desgarrado frente al espejo mirándose reír, fraguando una más de sus chocopatoaventuras.
http://sdpnoticias.com/columna/2021/De_AMLO_Harry_Potter_y_Guillermo_Sheridan_El_Leon_Desgarrado
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