¿Cómo surgió el reportaje de la casa presidencial?
https://www.youtube.com/watch?v=KUux0dsQQVo
MÉXICO, D.F. (apro).- La opulenta mansión de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera en Las Lomas de Chapultepec, una de las tantas propiedades de la pareja presidencial, emerge de entre una maraña de relaciones e intereses políticos y empresariales, cuyo distintivo es la opacidad.
Y ya se sabe: En la turbiedad prospera la corrupción y toda suerte de complicidades.
Emblemático de esta trama de intereses, opacidad y excesos es Arturo Montiel Rojas, cuyo enriquecimiento fue solapado por su sucesor en el gobierno del Estado de México, su sobrino Enrique Peña Nieto, cuya fortuna, a su vez, sigue siendo también muy turbia.
No sólo auspició Peña una duda razonable sobre el origen de sus bienes cuando asentó, en su declaración patrimonial, que seis de las nueve propiedades inmobiliarias que posee –el 65%– le fueron “donadas” y al no declarar montos de sus cuentas, sino que incumplió con el mandato legal de incluir los bienes de su cónyuge, Angélica Rivera Huerta.
¿Cuántas propiedades posee la esposa del presidente de la República? No se sabe, porque Peña decidió no declararlas y lo conocido es sólo lo que ella ha dicho públicamente: Que posee una casa en Miami y otra en Palmas 1325, justo a un lado de la ubicada en Sierra Gorda 150, la que descubrió el equipo de Carmen Aristegui como propiedad de la pareja presidencial que no está declarada y que custodia el Estado Mayor Presidencial (EMP).
“Esta casa (de Palmas 1325) como la de Miami me las he comprado con el fruto de todos mis años de trabajo”, le contó Angélica Rivera al reportero Alberto Tavira, en 2009, pero en realidad esa propiedad –con un valor de 27 millones 651 mil 744 pesos– se la transfirió Televisa el 14 de diciembre de 2010, a sólo 17 días de que se casó con Peña, siendo gobernador del Estado de México....sigue http://www.proceso.com.mx/?p=387295
La mujer del César
J. A. Hinojosa, la clave
‘‘Negocios y elecciones’’
Puerta a la represión
https://www.youtube.com/watch?v=KUux0dsQQVo
La turbia riqueza de Peña y ‘La Gaviota’
La 'casa blanca' de la pareja presidencial. Foto: Especial |
MÉXICO, D.F. (apro).- La opulenta mansión de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera en Las Lomas de Chapultepec, una de las tantas propiedades de la pareja presidencial, emerge de entre una maraña de relaciones e intereses políticos y empresariales, cuyo distintivo es la opacidad.
Y ya se sabe: En la turbiedad prospera la corrupción y toda suerte de complicidades.
Emblemático de esta trama de intereses, opacidad y excesos es Arturo Montiel Rojas, cuyo enriquecimiento fue solapado por su sucesor en el gobierno del Estado de México, su sobrino Enrique Peña Nieto, cuya fortuna, a su vez, sigue siendo también muy turbia.
No sólo auspició Peña una duda razonable sobre el origen de sus bienes cuando asentó, en su declaración patrimonial, que seis de las nueve propiedades inmobiliarias que posee –el 65%– le fueron “donadas” y al no declarar montos de sus cuentas, sino que incumplió con el mandato legal de incluir los bienes de su cónyuge, Angélica Rivera Huerta.
¿Cuántas propiedades posee la esposa del presidente de la República? No se sabe, porque Peña decidió no declararlas y lo conocido es sólo lo que ella ha dicho públicamente: Que posee una casa en Miami y otra en Palmas 1325, justo a un lado de la ubicada en Sierra Gorda 150, la que descubrió el equipo de Carmen Aristegui como propiedad de la pareja presidencial que no está declarada y que custodia el Estado Mayor Presidencial (EMP).
“Esta casa (de Palmas 1325) como la de Miami me las he comprado con el fruto de todos mis años de trabajo”, le contó Angélica Rivera al reportero Alberto Tavira, en 2009, pero en realidad esa propiedad –con un valor de 27 millones 651 mil 744 pesos– se la transfirió Televisa el 14 de diciembre de 2010, a sólo 17 días de que se casó con Peña, siendo gobernador del Estado de México....sigue http://www.proceso.com.mx/?p=387295
La mujer del César
J. A. Hinojosa, la clave
‘‘Negocios y elecciones’’
Puerta a la represión
Julio Hernández López
La clave está en el
intermediario y vendedor. Concediendo, sin suponer, que hubiese sido
tanta la riqueza acumulada por la señora Angélica Rivera durante su
carrera de actriz de telenovelas como para realizar una operación de
compraventa a plazos de una residencia valuada en 86 millones de pesos,
la historia de exculpación anunciada ayer por el vocero de Los Pinos se
enfanga al llegar al quid empresarial: Juan Armando Hinojosa Cantú (JAHC).
El agradecido amigo Hinojosa Cantú es el accionista principal de la
firma a través de la cual la señora Rivera hace las operaciones de
adquisición de la magna casa, pero también, en un triángulo financiero
al estilo que ya es clásico en el historial mexicano de política y
negocios, de un consorcio largamente beneficiado por el esposo de la
compradora cuando aquél era gobernador del estado de México y ahora
desde la Presidencia de la República (el más reciente intento de
engrosar las cuentas bancarias del vendedor en abonos de la mansión de
Las Lomas de Chapultepec se ha dado en el contexto del grupo de empresas
que estuvieron a punto de llevarse uno de los negocios del sexenio, el
del tren rápido de México a Querétaro).El 30 de julio de 2012, entre los fragores posteriores a la compra del despacho llamado Presidencia de la República, el Astillero publicado en algunos diarios del interior del país hablaba de ‘‘Negocios y elecciones; los Hinojosa, Edomex, Monex; familias en el poder y ciclos políticos y muertes’’.
Es infrecuente que esta columna recurra a sus propios textos ya publicados, pero en esta ocasión es posible que la repetición ayude a precisar el perfil del factor clave en el proceso de enriquecimiento de la fiscalmente revisable señora Rivera.
A raíz de la muerte del joven José Armando Hinojosa García, luego de que el helicóptero en que viajaba cayera apenas había salido de una fiesta de cumpleaños de Peña Nieto en el rancho Cantalagua, propiedad de su pariente Mayolo R. del Mazo, se escribió aquí que el muerto era ‘‘hijo de un empresario clave en el proceso de conversión de la riqueza pública en privada a través del clásico sistema de concesiones, contratos privilegiados y favoritismo abierto que luego es usado para financiar y ‘‘apoyar’’ las siguientes aspiraciones electorales del jefe político, en este caso Enrique Peña Nieto. El padre, Juan Armando Hinojosa Cantú, tamaulipeco de origen, se convirtió en el beneficiario mayor de los procesos de adjudicación de obras y negocios públicos durante las administraciones de Arturo Montiel Rojas y Enrique Peña Nieto (Miguel Alvarado publicó en junio de 2011 una buena relatoría, titulada Hangar Eolo http://bit.ly/Qq2ndn).’’
El joven difunto ‘‘puso al servicio del candidato presidencial priísta, entre otros rubros, el de la ,transportación aérea faraónica tanto para viajes personales (sobre todo a Miami) como en la campaña recién terminada (el aparato accidentado la noche del sábado reciente fue utilizado varias veces por Enrique Peña Nieto). Pero las relaciones empresarial y electoralmente peligrosas no quedan allí: su empresa, Eolo, forma parte del grupo HIGA, que entre otros negocios con dedicatoria se encargó de construir el aeropuerto de Toluca junto con la española OHL (cuyas artes de salpicadura de ganancias también llegan a la capital del país) y el Grupo de Abogacía Profesional de la peñanietista familia Fraga, que a su vez forma parte del entramado que desemboca en Monex y el dinero lavado para pago de los operadores electorales del fraude extracasillas del pasado primero de diciembre’’.
El joven Hinojosa García ‘‘había contraído matrimonio en el
año 2007 con Rosa Herrera Borunda, hija del entonces gobernador del
estado de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, en presencia del propio Peña
Nieto y del entonces subsecretario de finanzas de la administración
local, Javier Duarte de Ochoa.’’ Otra relación notable de negocios de
los Hinojosa era ‘‘con la familia Hank Rhon, siempre alineada con el
Grupo Atlacomulco. Cuando el Movimiento Progresista comenzó a documentar
los excesos de gasto de campaña de Peña Nieto, sobre todo respecto a la
proliferación de anuncios espectaculares, saltó también la evidencia
del excesivo uso de aparatos aéreos en la movilización del candidato
presidencial, sus principales operadores de campaña y sus invitados.
Manuel Camacho Solís fue uno de los primeros en advertir la relación de
los Hinojosa, los cuantiosos negocios privilegiados en el estado de
México y la conexión con Jorge Hank Rhon.’’
En esa columna de julio de 2012 se caracterizaba a Hinojosa Cantú como ‘‘depositario de grandes secretos financieros de la familia política priísta que busca encaramarse en la Presidencia de la República” (el Astillero de aquella ocasión, en http://bit.ly/1tRw4ov). Tal es el intermediario y vendedor, al que no se puede acusar jurídicamente de prestanombres, que va haciendo realidad a la señora Angélica Rivera, sus hijos y esposo, el sueño de contar con una mansión de alrededor de 7 millones de dólares.
Siete meses antes de la mencionada columna, en enero de 2012, la señora Rivera ya había firmado un contrato con Ingeniería Inmobiliaria del Centro, propiedad de Hinojosa, para adquirir dos predios a espaldas del que ella ya tenía, con el propósito de ‘‘ampliar el espacio de su casa habitación’’ (¡Y vaya que lo amplió espectacularmente, en metros cuadrados y en construcción de súper lujo!)
La mujer del César no sólo ha de ser casta en sus negocios, sino parecerlo.
La conferencia de prensa del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, el pasado viernes (ese día, este tecleador difundió un texto y un video bajo el título ‘‘‘Cansadas autoconfesiones de un Estado criminal’’’, en http://bit.ly/10Dk534) pretendió establecer las condiciones para una nueva fase del conflicto de una parte de la sociedad con sus actuales gobernantes.
La nueva trama pretende facilitar la argumentación de Enrique Peña Nieto en el extranjero, sujetar el caso Iguala de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos a tiempos procesales de duración indefinida y justificar acciones represivas contra los insumisos.
A unas horas de que EPN viajara a China, la puerta de Palacio Nacional estrenó, mediante provocaciones protegidas, esa tentativa peñista de ‘‘reordenamiento’’. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández
En esa columna de julio de 2012 se caracterizaba a Hinojosa Cantú como ‘‘depositario de grandes secretos financieros de la familia política priísta que busca encaramarse en la Presidencia de la República” (el Astillero de aquella ocasión, en http://bit.ly/1tRw4ov). Tal es el intermediario y vendedor, al que no se puede acusar jurídicamente de prestanombres, que va haciendo realidad a la señora Angélica Rivera, sus hijos y esposo, el sueño de contar con una mansión de alrededor de 7 millones de dólares.
Siete meses antes de la mencionada columna, en enero de 2012, la señora Rivera ya había firmado un contrato con Ingeniería Inmobiliaria del Centro, propiedad de Hinojosa, para adquirir dos predios a espaldas del que ella ya tenía, con el propósito de ‘‘ampliar el espacio de su casa habitación’’ (¡Y vaya que lo amplió espectacularmente, en metros cuadrados y en construcción de súper lujo!)
La mujer del César no sólo ha de ser casta en sus negocios, sino parecerlo.
La conferencia de prensa del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, el pasado viernes (ese día, este tecleador difundió un texto y un video bajo el título ‘‘‘Cansadas autoconfesiones de un Estado criminal’’’, en http://bit.ly/10Dk534) pretendió establecer las condiciones para una nueva fase del conflicto de una parte de la sociedad con sus actuales gobernantes.
La nueva trama pretende facilitar la argumentación de Enrique Peña Nieto en el extranjero, sujetar el caso Iguala de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos a tiempos procesales de duración indefinida y justificar acciones represivas contra los insumisos.
A unas horas de que EPN viajara a China, la puerta de Palacio Nacional estrenó, mediante provocaciones protegidas, esa tentativa peñista de ‘‘reordenamiento’’. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
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Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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