Enrique Dueñas Pérez
Se llamaba Victoria Dorenlas. Indigena tlaxcalteca.
Victoria Dorenlas era mesera de un bar a donde acudían pintores e intelectuales de la talla de Diego Rivera.
Jorge Gonzalez Camarena (hermano de Guillermo, el notable jalisciense
inventor de la Tv a color) fue pintor y muralista autor de la obra ya
famosa. El narra que batalló para convencer a esta hermosa indígena para
que posara y diera vida a su obra «La Patria»(1962), que hoy ya todos
recordamos.
Ella se negaba a posar para Camarena porque tenía pavor a su marido. Era casada. Su marido era un pistolero y guarura. Le amenazaba descargando a cada rato su pistola con balazos cerca de sus pies. Le advertía que si posaba la mataría.
Un dia Gonzalez Camarena pasó por su casa, vió la señal de luto y pensó lo peor. El se baja del auto y pregunta. Resultó ser que quien había muerto era el rufian, su marido. Lo asesinaron....... «El que a hierro mata...»
El destino de Victoria estuvo de su lado-y del país-.
Victoria Dorenlas quedó viuda a los 19 años.
Gonzalez Camarena dejó pasar los días de luto: ya lo demás es historia (para regocijo de nuestros ojos y no pocos corazones).
Victoria Dorenlas se mudó a París a vivir con un artista. Desde entonces no se sabe de ella.
La belleza tiene el precio del anonimato.
Ella se negaba a posar para Camarena porque tenía pavor a su marido. Era casada. Su marido era un pistolero y guarura. Le amenazaba descargando a cada rato su pistola con balazos cerca de sus pies. Le advertía que si posaba la mataría.
Un dia Gonzalez Camarena pasó por su casa, vió la señal de luto y pensó lo peor. El se baja del auto y pregunta. Resultó ser que quien había muerto era el rufian, su marido. Lo asesinaron....... «El que a hierro mata...»
El destino de Victoria estuvo de su lado-y del país-.
Victoria Dorenlas quedó viuda a los 19 años.
Gonzalez Camarena dejó pasar los días de luto: ya lo demás es historia (para regocijo de nuestros ojos y no pocos corazones).
Victoria Dorenlas se mudó a París a vivir con un artista. Desde entonces no se sabe de ella.
La belleza tiene el precio del anonimato.
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