Carta abierta a
Ricardo Monreal
Apreciado
Ricardo:
Ya
párale.
Nadie
te condenó a muerte (ni siquiera a la muerte política) ni te
ofendió ni te faltó al respeto ni dejó de tomarte en cuenta.
Simplemente no obtuviste una candidatura. No es para tanto. Hay vida
(política y de la otra) más allá de las jefaturas de gobierno.
¿Te
eligen? Bien, pues a fajarse con la responsabilidad.
¿No te eligen? no importa: perteneces a una organización en la que confías y otro compañero hará el trabajo y estarás bien representado. Hay muchísimas otras tareas en las que resultas necesario y puedes desempeñar con gran eficiencia y experiencia. Bueno, yo así pienso.
¿No te eligen? no importa: perteneces a una organización en la que confías y otro compañero hará el trabajo y estarás bien representado. Hay muchísimas otras tareas en las que resultas necesario y puedes desempeñar con gran eficiencia y experiencia. Bueno, yo así pienso.
Y
pienso también que estás quedando como un niño berrinchudo, como
un ególatra y como un ambicioso. Estás haciéndote a ti mismo un
daño infinitamente mayor que el que le haces a Morena y a la causa
de López Obrador. Estás despedazando tu prestigio y tu autoridad
moral. Te expones al menosprecio de quienes han sido nuestros
adversarios desde hace mucho tiempo. No digo que no se apresten a
sacarte el jugo pero harán precisamente eso: utilizarte; nada más.
Me
parece que sería lamentabilísimo que recorrieras hasta el final la
ruta que empezaste a andar tras la selección de la candidatura para
el GDF; sería una pérdida para el proyecto de transformación del
país y para ti mismo, y una ganancia magra y circunstancial para
quienes se empeñan en mantener al país en su rumbo actual al
abismo.
Una
rectificación de tu parte, en cambio, sería un acto de grandeza que
miles de compañeros en Morena recibiríamos con empatía y con
admiración.
Casi
no nos conocemos y no hemos tenido más que una o dos ocasiones para
platicar. Te cuento ahora: no me gusta tu estilo de hacer política
pero
por encima de asuntos estilísticos, que no son muy sustanciales, te considero un dirigente y un compañero que durante muchos años ha ostentado una militancia leal, honesta y tremendamente eficaz, y pienso también que eres un político y un funcionario hábil y muy inteligente.
por encima de asuntos estilísticos, que no son muy sustanciales, te considero un dirigente y un compañero que durante muchos años ha ostentado una militancia leal, honesta y tremendamente eficaz, y pienso también que eres un político y un funcionario hábil y muy inteligente.
Penúltimo:
escribo exclusivamente por mí y firma mi conciencia. Y, claro, dudo
mucho que lo expuesto en esta misiva tenga alguna incidencia en tus
decisiones, pero me siento obligado a expresarte con franqueza
mi sentir.
Y
antes, en todo caso, de que nos encontremos en trincheras
confrontadas, te mando un abrazo.
Pedro
Miguel
México,
D.F., 13 de septiembre de 2017.-
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