Odio, luego existo
Federico Arreola
SDP 20 de Enero, 2011 - 09:07
Fui amigo de Ciro Gómez Leyva. Trabajé con él durante varios años. En alguna época admiré su trabajo periodístico, que era en mi opinión profesionalmente impecable y éticamente irreprochable.
Si algo guiaba a Ciro en aquellos años era el humanismo, entendido como el respeto absoluto a la dignidad de las personas, de todas las personas. Todas. Sin excepción. Tanto los santos como los peores pecadores.
Hoy lo leo en Milenio, y me duele ver su cambio. Ya no me sorprende lo que escribe. Y hasta puedo decir que en términos racionales lo entiendo. Claro que lo entiendo. El diagnóstico es sencillo: el señor Gómez Leyva perdió la brújula moral o encontró el tesoro del pirata, una de dos. O las dos. Pero no deja de entristecerme su transformación.
Este jueves, en su columna "¡Vamos por ti, JJ!, hace suyas las palabras de uno de sus colegas y afirma que el JJ "tiene una mirada de reptil". Y se lanza al ataque: "Es la cara del enemigo contra el que se pelea en esta guerra de espanto. Sus frases, lógica, agresividad, desdén, desplantes registrados en la espléndida entrevista que le hizo Carlos Loret de Mola formarán parte del mejor archivo para tratar de comprender los tiempos que vivimos".
Y concluye que a los reptiles hay que perseguirlos: "... ir por ellos, localizarlos, desmantelarlos, castigarlos. Si es necesario, matarlos. Tengan miradas de reptil o no".
¿Y la ley? ¿Los derechos humanos? ¿La garantía de que todas las personas, por más delitos que hayan cometido, tienen derecho a defenderse en un juicio justo?
Eso a Ciro, y a muchos como Ciro, les tiene muy sin cuidado. Ellos han decidido primero odiar y después existir.
Pero el odio solo genera odio. Y la sangre, sangre. Si no rompemos el círculo vicioso, a la larga todos vamos a perder.
http://sdpnoticias.com/sdp/columna/federico-arreola/2011/01/20/1189385
Federico Arreola
SDP 20 de Enero, 2011 - 09:07
Fui amigo de Ciro Gómez Leyva. Trabajé con él durante varios años. En alguna época admiré su trabajo periodístico, que era en mi opinión profesionalmente impecable y éticamente irreprochable.
Si algo guiaba a Ciro en aquellos años era el humanismo, entendido como el respeto absoluto a la dignidad de las personas, de todas las personas. Todas. Sin excepción. Tanto los santos como los peores pecadores.
Hoy lo leo en Milenio, y me duele ver su cambio. Ya no me sorprende lo que escribe. Y hasta puedo decir que en términos racionales lo entiendo. Claro que lo entiendo. El diagnóstico es sencillo: el señor Gómez Leyva perdió la brújula moral o encontró el tesoro del pirata, una de dos. O las dos. Pero no deja de entristecerme su transformación.
Este jueves, en su columna "¡Vamos por ti, JJ!, hace suyas las palabras de uno de sus colegas y afirma que el JJ "tiene una mirada de reptil". Y se lanza al ataque: "Es la cara del enemigo contra el que se pelea en esta guerra de espanto. Sus frases, lógica, agresividad, desdén, desplantes registrados en la espléndida entrevista que le hizo Carlos Loret de Mola formarán parte del mejor archivo para tratar de comprender los tiempos que vivimos".
Y concluye que a los reptiles hay que perseguirlos: "... ir por ellos, localizarlos, desmantelarlos, castigarlos. Si es necesario, matarlos. Tengan miradas de reptil o no".
¿Y la ley? ¿Los derechos humanos? ¿La garantía de que todas las personas, por más delitos que hayan cometido, tienen derecho a defenderse en un juicio justo?
Eso a Ciro, y a muchos como Ciro, les tiene muy sin cuidado. Ellos han decidido primero odiar y después existir.
Pero el odio solo genera odio. Y la sangre, sangre. Si no rompemos el círculo vicioso, a la larga todos vamos a perder.
http://sdpnoticias.com/sdp/columna/federico-arreola/2011/01/20/1189385
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