Roja sangre, restos de poesía
Eric Fernández@fdezeric
SDP 2011-04-06
A Javier Sicilia, a todos los mexicanos.
Soy un animal que muerde y que grita en un agitado despertar.
Soy un espiral sin fin.
Soy la consecuencia de sus actos.
Soy dinero.
Soy poder y fuego, balas, llamas que consumen.
Soy uno y muchos cuerpos fragmentados.
Soy todo junto volviéndose una bestia.
Soy yo, comiéndome a mí mismo.
Soy un mensaje más de una comunicación macabra.
Soy yo, desgarrándome para cumplir el propósito de aniquilar mi espejo.
Soy olvido, indiferencia, insensibilidad.
Soy silencio por consigna.
Soy el miedo que ha dejado de sentir miedo así mismo.
Soy una cifra en miles que crece cada día.
Soy el rostro mortal de la ineficacia de los que me engendraron.
Soy promesa jamás cumplida.
Soy el respeto a la locura.
Soy el monumento a los cobardes que trabajan para buscar culpables en todos los lugares menos en la propia casa.
Soy la porquería que descompone todo.
Soy el discurso aburridamente siniestro.
Soy el consuelo pisoteado que no sirve nunca.
Soy un Presidente y un gobierno.
Soy un delincuente y un problema.
Soy lo que quisieras que no fuera, lo que no pediste, lo que ya es.
Soy una guerra.
Soy violencia.
Antes era un país, una esperanza, una vida; hoy soy una roja sangre, unos restos de poesía.
http://www.sdpnoticias.com/columna/1966/Roja_sangre_restos_de_poesia
Eric Fernández@fdezeric
SDP 2011-04-06
A Javier Sicilia, a todos los mexicanos.
Soy un animal que muerde y que grita en un agitado despertar.
Soy un espiral sin fin.
Soy la consecuencia de sus actos.
Soy dinero.
Soy poder y fuego, balas, llamas que consumen.
Soy uno y muchos cuerpos fragmentados.
Soy todo junto volviéndose una bestia.
Soy yo, comiéndome a mí mismo.
Soy un mensaje más de una comunicación macabra.
Soy yo, desgarrándome para cumplir el propósito de aniquilar mi espejo.
Soy olvido, indiferencia, insensibilidad.
Soy silencio por consigna.
Soy el miedo que ha dejado de sentir miedo así mismo.
Soy una cifra en miles que crece cada día.
Soy el rostro mortal de la ineficacia de los que me engendraron.
Soy promesa jamás cumplida.
Soy el respeto a la locura.
Soy el monumento a los cobardes que trabajan para buscar culpables en todos los lugares menos en la propia casa.
Soy la porquería que descompone todo.
Soy el discurso aburridamente siniestro.
Soy el consuelo pisoteado que no sirve nunca.
Soy un Presidente y un gobierno.
Soy un delincuente y un problema.
Soy lo que quisieras que no fuera, lo que no pediste, lo que ya es.
Soy una guerra.
Soy violencia.
Antes era un país, una esperanza, una vida; hoy soy una roja sangre, unos restos de poesía.
http://www.sdpnoticias.com/columna/1966/Roja_sangre_restos_de_poesia
No hay comentarios:
Publicar un comentario