El polémico "negocio" de los contratistas de EE.UU. en México
Ignacio de los Reyes
BBC Mundo, México
El papel de Estados Unidos en la lucha contra el narco está siendo, según las autoridades mexicanas, esencial para poder frenar al crimen organizado en el país. Pero esa colaboración no está siendo gratis.
Esta guerra también se estaría convirtiendo en un negocio redondo para las empresas contratistas estadounidenses que, según datos del Senado de Estados Unidos, han ganado en un periodo de cuatro años US$170,6 millones a través de contratos con los Departamentos de Defensa y Estado.
El paquete prometido de la Iniciativa Mérida, US$1.400 millones de ayuda estadounidense a México y Centroamérica en su lucha contra el crimen y el narcotráfico, estaría gastándose, asegura el relator, "en la venta de tecnología de guerra …y en manos de los contratistas".
"Los millones que EE.UU. dice destinar a ayudar a la guerra contra el narcotráfico acaban (gastándose) en la venta de tecnología de guerra …y en manos de los contratistas"
"Los millones que EE.UU. dice destinar a ayudar a la guerra contra el narcotráfico no llegan directamente a los gobiernos locales", le dice a BBC Mundo el presidente del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre la Utilización de Mercenarios, José Luis Gómez del Prado.
México es el segundo país de América Latina donde más contratos se han realizado para asistir en la lucha contra el narcotráfico desde 2005, sólo superado por Colombia, que acapara el 80% de los contratistasJosé Luis Gómez del Prado, ONU
Estos contratos con empresas privadas contemplan la prestación de servicios como el mantenimiento de aviones, entrenamiento, labores de logística, inteligencia, vigilancia o tecnologías de la información.
La llegada de dólares para los contratistas no ha parado de crecer desde que hace 5 años se iniciara la ofensiva mexicana a los cárteles del narcotráfico.
En México, el gasto estadounidense en contratistas alcanzó su máximo en 2008 (con US$64.4 millones), coincidiendo con el comienzo de la Iniciativa Mérida.
El informe sostiene que en todo el continente EE.UU. ya ha pagado al menos US$3.100 millones a contratistas en la lucha contra las drogas. En sólo cuatro años, este gasto creció en un 32%.
Controvertida colaboración
En México, el debate sobre la presencia de trabajadores extranjeros se intensificó esta semana, después de que un
clic artículo publicado por el diario New York Times sugiriera que la Casa Blanca estaría planeando enviar un equipo de contratistas que trabaje con las unidades especiales mexicanas de lucha contra el narco. En un comunicado, el gobierno de México rechazó pronunciarse sobre la veracidad del artículo, aunque aclaró que "el personal extranjero no lleva a cabo ninguna labor operativa ni porta armas" en México.
En la actualidad, los programas de asistencia a través de la Iniciativa Mérida son de carácter gubernamental, con agentes de EE.UU. que no van armados.
Y oficialmente no existen en México fuerzas privadas similares a las que han operado en países como Irak o Afganistán a través de compañías como Blackwater-Xe.
Pero según dice Gómez del Prado, hace años que la ONU dispone de reportes sobre empresas privadas de seguridad estadounidenses compuestas por ex militares que trabajan en suelo mexicano en la protección de intereses privados, formación, asesoramiento…
Este Grupo de Trabajo, con sede en Ginebra (Suiza) ya pidió en 2009 explicaciones al gobierno mexicano sobre la supuesta participación de empresas de seguridad estadounidenses en el país.
Según un informe presentado por la ONU, desde 2006 se tienen denuncias de empresas militares y seguridad de EE.UU. que supuestamente entrenaron en el estado de Guanajuato a policías federales mexicanos en prácticas de tortura.
Otro de los informes recibidos por el grupo se refiere al reclutamiento de ex militares de EE.UU. "con experiencia internacional" para vigilar instalaciones de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
"Hemos estado realizando informes en Honduras, Ecuador, Perú, Chile… los dos únicos países de Latinoamérica donde no hemos podido llevar a cabo una misión sobre el terreno son México y Colombia, a pesar de que hemos insistido mucho", dice Gómez del Prado.
El gobierno mexicano no pudo confirmar a BBC Mundo el estado de esas solicitudes.
Sin armas
El asunto de la participación estadounidense en la lucha contra el narcotráfico no es ajeno a la polémica en México, donde existe una negativa histórica a la intervención foránea, luego de un pasado marcado por invasiones y guerras con el vecino del norte.
Pero hay un tema, el de la prohibición de portar armas para extranjeros, que parece ser la clave de los recelos entre los los sectores nacionalistas del país.
Revelaciones como el operativo Rápido y Furioso, por el cual agentes federales de EE.UU. habrían permitido el tráfico controlado de armas a territorio mexicano, levantaron una polvareda política en la que no faltaron acusaciones de entreguismo al presidente mexicano. Y de colonialismo al estadounidense.
"En México, la contratación de ex militares se limita a la protección de empresas privadas americanas: hoteles, industrias… pero por ahora no les veremos armados en la lucha al narco como ha ocurrido en Colombia"
Raúl Benítez Manaut, UNAM
El anuncio de que aviones estadounidenses no tripulados sobrevolaron el territorio nacional como parte del combate al crimen organizado no ayudó a calmar a algunos sectores mexicanos.
Por eso, explica el experto en seguridad Raúl Benítez Manaut, "en el corto plazo no veremos a contratistas armados norteamericanos" trabajando con autoridades locales, como ha ocurrido en otros países del continente.
"La práctica de contratar mercenarios está muy extendida en todo el mundo. En México, básicamente se limita a la contratación de ex militares para la protección de empresas privadas americanas: hoteles, industrias… pero por ahora no les veremos armados en la lucha al narco como ha ocurrido en Colombia", le dice a BBC Mundo este especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN)."Otra cosa es que vengan sin armas, fuera de cualquier programa de gobierno, como asesores que llegan a vender su conocimiento", apunta Benítez Manaut.
¿Quién los controla?
Mientras el gasto de Washington en contratistas no ha parado de crecer dentro de su estrategia de combate al tráfico de drogas en América Latina, el control gubernamental sobre estas empresas sigue generando muchas dudas, según el documento de la senadora demócrata Claire McCaskill.
Ni el Departamento de Estado ni el de Defensa disponen de sistemas adecuados para monitorear estos contratos y su coste, señala el estudio, algo en lo que coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.
"Los agentes gubernamentales estadounidenses (trabajando en el Exterior) tienen ataduras, los vigila el Congreso de su país", asegura Benítez Manaut, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)."Pero los contratistas son más libres", dice. "No los vigila nadie. En ningún país del mundo".
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