"Sábado de gloria" (11 de febrero, 2014)
John M. Ackerman
A Juan Francisco Kuykendall, mártir y héroe de la patria, justicia ya.
Las largas vacaciones legislativas, lamentablemente, han culminado, y
los diputados y senadores federales han vuelto a poner manos a la obra
para continuar con la destrucción de las instituciones públicas y el
saqueo de lo que queda de la economía popular. Hubiera sido mejor que se
quedaran perezosos en la playa deshojando sus margaritas. Así harían
menos daño a la nación.
2013 fue un año de derrotas históricas para las causas populares. Con la
“reforma energética” se allana el camino para el saqueo de la riqueza
nacional por las empresas petroleras trasnacionales. Con la “reforma
fiscal”, los pequeños y medianos empresarios, así como todos los
trabajadores del país, tendremos que pagar más para llenar el hueco
generado por la privatización de la industria petrolera y la evasión
fiscal de los grandes grupos empresariales. Con la “reforma de
telecomunicaciones”, las mismas empresas de siempre lucrarán con el
jugoso negocio de un nuevo canal de televisión que no hará más que
reproducir el viejo esquema de desinformación de Televisa y TV Azteca.
Con la “reforma financiera”, el gobierno se convierte en guardaespaldas
de los bancos y defensor de la especulación financiera. Y con la
“reforma política” se crea un nuevo monstruo burocrático que será aún
menos eficaz que el IFE en controlar los gastos y la legalidad
electorales. También se eternizarán en el poder los mismos políticos de
siempre por medio de la reelección inmediata de diputados y senadores
plurinominales que no rinden cuentas a absolutamente nadie.
Con razón la caída del Índice de Confianza del Consumidor en enero de
2014 fue la más grande que ha sufrido el país desde hace 11 años. La
reducción de 6.2% en un mes es el equivalente a 15.5% a una tasa anual.
Estos datos simplemente vienen a reflejar lo que todos ya sabemos
respecto de la profunda desconfianza de la sociedad no solamente en la
economía nacional, sino también en el sistema político entero.
Mientras, Enrique Peña Nieto cada día se parece más a Vicente Fox quien
siempre insistía que todo iba “viento en popa” aun cuando el país se
caía en pedazos. A la consolidación de la rapiña y la corrupción, Peña
Nieto la llama una “profunda actualización del orden constitucional”. Y
para el nuevo presidente priísta el sistemático ataque a los derechos
humanos y sociales es un signo de que "el País ha renovado su proyecto
de Nación".
Felipe Calderón también tenía una notable obsesión con celebrar la
destrucción del país como una supuesta señal del éxito de su gobierno.
Cada masacre fue un indicador de los supuestos avances de su “guerra”
contra las drogas y más sangre significaba que se acercaba cada vez más a
la victoria final. De la misma manera, Peña Nieto aplauda el
desmembramiento del país y su entrega a intereses oligárquicos y
financieros internacionales.
La buena noticia es que la cámara de eco que la clase política ha
establecido a su alrededor por medio de su control sobre los medios de
comunicación la ha hecho creer que realmente tiene el sartén por el
mango. De lo que no se da cuenta es que cada día menos personas confían
en las mentiras propagadas por la televisión, la radio comercial y gran
parte de los medios impresos. El acceso a fuentes alternativas de
información por medio de las redes sociales ha roto definitivamente y
para siempre con el lazo de dependencia entre la conciencia humana y la
prensa mercenaria.
Hoy la mejor forma para informarse de lo que realmente sucede en el país
y el mundo es apagando el televisor y encendiendo una computadora. Y
una vez que se toma este primer pequeño pero gran paso, la acción, la
crítica y la protesta ciudadana empiezan a fluir naturalmente. Por
ejemplo, los contundentes discursos de los representantes populares del
nuevo “Congreso Popular”, instalado el pasado 5 de febrero, fueron un
reflejo de la enorme conciencia y compromiso del pueblo mexicano. Un
gran número de participantes incluso viajaron miles de kilómetros para
participar en el acto, desde Chiapas, Tijuana, Yucatán, Tamaulipas,
Michoacán y Oaxaca, entre otros estados. Solamente 40% de los 2,652
congresistas inscritos provenían del Distrito Federal. Allí todos
juntos con gran valentía revocaron la contra-reforma energética en
ejercicio de la soberanía popular plasmada en el artículo 39
constitucional.
Recordemos que las partes más lesivas de la contrareforma energética no
fueron incluidas en el mismo texto constitucional sino escondidas en una
serie de artículos “transitorios” cuyo incumplimiento no tiene sanción
alguna. Por ejemplo, la reforma al artículo sexto constitucional en
materia de transparencia publicado el 20 de julio de 2007 fijó un plazo
de un año para realizar las modificaciones correspondientes a la
legislación secundaria. Pero no fue sino hasta el año pasado, 5 años
después de la fecha límite, que finalmente se realizaron las reformas.
No ha habido ni habrá castigo alguno por este incumplimiento porque
simplemente no existe sanción alguna en la ley. Y hace unos días se
promulgó una nueva reforma constitucional en materia de transparencia
que revierte varias de las determinaciones aprobadas en 2007.
Así que más allá de las importantes acciones de la consulta popular, los
amparos en contra de la reforma y el juicio a Peña Nieto por traidor a
la patria, lo más importante hoy sería detener directamente la
aprobación de cualquier reforma a las leyes secundarias en materia
energética.
Los traidores están preparados para otro albazo legislativo. Con toda
alevosía, fijaron el 19 de abril de 2014, Sábado de Gloria, como la
fecha límite para la aprobación de las reformas a las leyes secundarias
en materia energética. Así como ocurrió el pasado 12 de diciembre, una
vez más intentarán utilizar las tradiciones populares del pueblo
mexicano para tapar sus fechorías.
No esperemos hasta aquella fecha para lamentar la supuesta apatía del
pueblo mexicano. Mejor actuemos desde ahora para hacer todo lo que esté a
nuestro alcance para frenar la culminación del atraco. El próximo 18
de marzo se conmemorará el 76 aniversario de la expropiación petrolera
implementada por el General Lázaro Cárdenas del Río. Convirtamos aquel
fecha en una fiesta cívica nacional de protesta y dignidad que envíe una
señal clara a la clase política que ya no toleraremos más abuso, robo y
represión.
Twitter:@JohnMAckerman
(C) John M. Ackerman, Todos los derechos reservados
(Publicado en Revista Proceso, No. 1945)
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