Comparto con ustedes la columna que motivó mi censura del portal SDP Noticias el miércoles pasado. Un lector se la rifó y recuperó el texto del caché de Google.
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¿Qué hacemos con Noroña?
Erich Moncada
SDP Noticias 09 de Febrero, 2011 - 10:53
Entiendo la enfermiza obsesión de don Federico Arreola, algunos columnistas de SDP y la derecha recalcitrante con Gerardo Fernández Noroña. Ese terrible hombre es un Hugo Chávez en potencia y debe ser detenido a como dé lugar, aunque en el proceso terminen por dividir el movimiento con la noble intención de salvarlo... de nosotros mismos.
La figura de Noroña ha terminado por polarizar a un importante sector que ve en este político una amenaza peor o igual que las acciones de todos los deleznables actores políticos juntos. Pero nadie acierta en proponer en alguna solución práctica para "tirar" este "verdadero lastre" para la izquierda mexicana.
Por más que don Fede, autoridad incuestionable en asuntos de etiqueta y buenas costumbres, se escandaliza por los modos, lo poco caballeroso, lo majadero, bravucón, arrogante, calumniador, ofensivo, presuntuoso y petulante que es el diputado petista, no atina a proponerle a sus lectores y al movimiento lopezobradorista qué medidas se pueden adoptar para deshacernos inmediatamente de este peligroso y provocador individuo que amenaza la estabilidad de nuestra justa y pacífica nación.
¿Le aplicamos la ley del hielo? ¿Lo desaforamos para ya no escuchar sus alocadas intervenciones y para que deje trabajar en paz a los educados diputados del Congreso? ¿Evitamos que se postule a un cargo público? ¿Le expedimos un certificado de expulsión de nuestro movimiento? ¿Lo mandamos matar? Apenas así podrían callarlo y veo que a muchos no les molestaría tomar esta opción con tal de que sus oídos no se contaminen con las palabras de este subversivo.
Los detractores de Fernández Noroña le dedican críticas implacables, pero noto una desesperación cada vez mayor porque no logran cambiar la opinión de un pueblo cansado "de tanta pinche transa" (AMLO dixit, octubre 2003). Huy, disculpen la majadería estimados lectores. Por favor, no me saquen del movimiento por grosero.
Erigidos en policías morales, algunos compañeros presumen ser inclusivos y denuncian la intolerancia del vecino, pero atacan a quien decide ejercer su libertad de expresión de forma irrestricta sólo por proteger la imagen de un candidato presidencial cuyas más graves amenazas son superiores a los desplantes de un diputado gritón.
¿Exagero? Cuando Andrés Manuel ha reiterado en múltiples ocasiones que no tenemos enemigos sino adversarios, colegas como La Navidad califican a Gerardo Fernández como un "enemigo del movimiento" (05.02.2011). ¿Ahora resulta que también somos enemigos los que no pensamos como ellos? Supongo que no verían con malos ojos tirar el "lastre" que representamos.
Ahora, supongamos que nos "deshacemos" de Noroña. ¿Quién será el o la siguiente? Jesusa Rodríguez no canta mal las rancheras. No se vayan con la finta de que ahí parará la cosa.
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¿Qué hacemos con Noroña?
Erich Moncada
SDP Noticias 09 de Febrero, 2011 - 10:53
Entiendo la enfermiza obsesión de don Federico Arreola, algunos columnistas de SDP y la derecha recalcitrante con Gerardo Fernández Noroña. Ese terrible hombre es un Hugo Chávez en potencia y debe ser detenido a como dé lugar, aunque en el proceso terminen por dividir el movimiento con la noble intención de salvarlo... de nosotros mismos.
La figura de Noroña ha terminado por polarizar a un importante sector que ve en este político una amenaza peor o igual que las acciones de todos los deleznables actores políticos juntos. Pero nadie acierta en proponer en alguna solución práctica para "tirar" este "verdadero lastre" para la izquierda mexicana.
Por más que don Fede, autoridad incuestionable en asuntos de etiqueta y buenas costumbres, se escandaliza por los modos, lo poco caballeroso, lo majadero, bravucón, arrogante, calumniador, ofensivo, presuntuoso y petulante que es el diputado petista, no atina a proponerle a sus lectores y al movimiento lopezobradorista qué medidas se pueden adoptar para deshacernos inmediatamente de este peligroso y provocador individuo que amenaza la estabilidad de nuestra justa y pacífica nación.
¿Le aplicamos la ley del hielo? ¿Lo desaforamos para ya no escuchar sus alocadas intervenciones y para que deje trabajar en paz a los educados diputados del Congreso? ¿Evitamos que se postule a un cargo público? ¿Le expedimos un certificado de expulsión de nuestro movimiento? ¿Lo mandamos matar? Apenas así podrían callarlo y veo que a muchos no les molestaría tomar esta opción con tal de que sus oídos no se contaminen con las palabras de este subversivo.
Los detractores de Fernández Noroña le dedican críticas implacables, pero noto una desesperación cada vez mayor porque no logran cambiar la opinión de un pueblo cansado "de tanta pinche transa" (AMLO dixit, octubre 2003). Huy, disculpen la majadería estimados lectores. Por favor, no me saquen del movimiento por grosero.
Erigidos en policías morales, algunos compañeros presumen ser inclusivos y denuncian la intolerancia del vecino, pero atacan a quien decide ejercer su libertad de expresión de forma irrestricta sólo por proteger la imagen de un candidato presidencial cuyas más graves amenazas son superiores a los desplantes de un diputado gritón.
¿Exagero? Cuando Andrés Manuel ha reiterado en múltiples ocasiones que no tenemos enemigos sino adversarios, colegas como La Navidad califican a Gerardo Fernández como un "enemigo del movimiento" (05.02.2011). ¿Ahora resulta que también somos enemigos los que no pensamos como ellos? Supongo que no verían con malos ojos tirar el "lastre" que representamos.
Ahora, supongamos que nos "deshacemos" de Noroña. ¿Quién será el o la siguiente? Jesusa Rodríguez no canta mal las rancheras. No se vayan con la finta de que ahí parará la cosa.
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