Rápida ruptura
Los representantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezados por el poeta Javier Sicilia y el padre Miguel Concha, no se presentaron a los encuentros programados en la Cámara de Diputados para establecer las bases del diálogo público entre el movimiento social y los legisladores federales de San Lázaro.
La razón de su inasistencia al encuentro fue su inconformidad con la aprobación, en lo general, del dictamen de Ley de Seguridad Nacional.
El mismo Sicilia expresó que se sentía traicionado por los legisladores, desde luego sin aclarar que no TODOS levantaron el dedo por consigna ni mencionar a los legisladores que rechazaron el dictamen y que dieron argumentos de peso, muchos de los cuales fueron recogidos de distintas voces de la sociedad civil que nos alertan sobre el riesgo de aceptar una Ley que violará los derechos y las garantías individuales consagradas en la Constitución.
El poeta Javier Sicilia dijo que la suspensión del diálogo se mantendrá mientras no haya señales de parte del poder político por reconocer el movimiento social como parte intrínseca en la solución de los graves problemas que vive el país, y el poder político seguramente estará feliz con la ruptura de un diálogo que nunca emprendió.
Qué bueno que este movimiento que encabeza Sicilia se indigne por la traición de algunos legisladores, y qué pena que no reconozca a los que han demostrado que representan al pueblo y velan por el interés general y no de unos cuantos.
Muchos medios de comunicación maximizaron la instalación del supuesto diálogo entre las autoridades responsables del desastre que vivimos y un sector de la sociedad civil, compuesto en su mayoría por deudos y víctimas de esta guerra.
Ahora no dicen nada de la rápida ruptura del “diálogo”, que no prosperó porque no fue diálogo sino monólogo.
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