Todo tiene un límite
No podremos aguantar mucho tiempo más la corrupción y la impunidad de los funcionarios públicos blindados por el gobierno federal.
¡El país está en picada!
Tenemos que reaccionar para evitar que la caída sea estrepitosa y las consecuencias irreversibles.
Estamos a tiempo de pedir cuentas y fincar responsabilidades a los que aprovechando cargos públicos se han enriquecido a costa del pueblo empobrecido, y no sólo eso sino que han abierto las puertas de par en par para que empresarios deshonestos y abusivos se apoderen de nuestras riquezas naturales, a cambio de espejitos de colores.
La semana pasada, durante su gira semanal, Andrés Manuel López Obrador advirtió que el gobierno calderonista no castigará al ex director de operaciones de la CFE, Néstor Moreno Díaz, por recibir sobornos de la empresa Lindsey Manufacturing Company, ya que en esos actos de corrupción están implicados el ex director de la paraestatal, Alfredo Elias Ayub y el presidente pelele, Felipe Calderón. Y también informó que el pasado 15 de septiembre los directivos de la CFE sólo le pidieron a Moreno Díaz su renuncia, mientras que el Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó a una corte de California decomisar
25 millones 136 mil 694 dólares a la empresa Lindsey Manufacturing Company (LMC) por haber sobornado con un yate, un Ferrari y dinero en efectivo a funcionarios de la CFE. No sabemos con certeza si en Estados Unidos castigan al que mata a la vaca, lo cierto es que a quien le amarra la pata sí lo van a castigar.
Andrés Manuel tiene toda la razón al asegurar que nadie será castigado, porque si cae uno caen todos y eso no lo van a permitir. Así que con tal de salvar su propio pellejo, los que deben y pueden aplicar la ley e implantar métodos correctivos para acabar con la corrupción, se niegan a hacerlo, total, aquí nunca pasa nada. La gente aguanta y las protestas son descalificadas por los medios de comunicación, que llaman PELIGRO a todo lo que implique cambios y combate a la corrupción, de la que forman parte.
Por ahí, algún medio impreso informa con lujo de detalles sobre las prácticas corruptas de los funcionarios públicos solapados por el gobierno, y eso sirve de válvula de escape para que la gente crea que existe libertad de expresión, sin embargo, los periodistas honestos que se atreven a denunciar la corrupción pasan a la lista negra de políticos y delincuentes de cuello blanco, y a partir de ahí su vida pende de un hilo.
La historia se repite sexenio tras sexenio, unos se quedan, otros se van pero TODOS cubren su cuota para mantenerse impunes.
Sólo uno, si me equivoco corríjanme por favor, se ha negado a pactar con los corruptos, y eso le costó la Presidencia de la República que el pueblo le otorgó.
Aprovechando que no ha perecido en un trágico “accidente”, se lanzará de nuevo a contender por la Presidencia, a pesar de que los dados están cargados hacia la derecha, llámese PRI, PAN o PRD “moderado”.
Como que ya va siendo hora de que los mexicanos dejemos de creer en la fatalidad y en que nuestro destino es sufrir. Además, hay que apostarle siempre a una salida sin violencia.
Si nos organizamos y cuidamos las casillas y los votos, el fraude estará en chino.
Si convencemos a más mexicanos de que la única manera de revertir las desgracias es trabajando unidos por el bien de todos, y no por defender la impunidad de unos cuantos, podemos poner el límite a este sistema de corrupción que está carcomiéndolo todo y sacrificando el futuro de los que vienen detrás.
No vaya a ser que la cuerda se reviente por lo más delgado y entonces sí, que dios nos agarre confesados.
http://sdpnoticias.com/columna/4085/Todo_tiene_un_limite
¡El país está en picada!
Tenemos que reaccionar para evitar que la caída sea estrepitosa y las consecuencias irreversibles.
Estamos a tiempo de pedir cuentas y fincar responsabilidades a los que aprovechando cargos públicos se han enriquecido a costa del pueblo empobrecido, y no sólo eso sino que han abierto las puertas de par en par para que empresarios deshonestos y abusivos se apoderen de nuestras riquezas naturales, a cambio de espejitos de colores.
La semana pasada, durante su gira semanal, Andrés Manuel López Obrador advirtió que el gobierno calderonista no castigará al ex director de operaciones de la CFE, Néstor Moreno Díaz, por recibir sobornos de la empresa Lindsey Manufacturing Company, ya que en esos actos de corrupción están implicados el ex director de la paraestatal, Alfredo Elias Ayub y el presidente pelele, Felipe Calderón. Y también informó que el pasado 15 de septiembre los directivos de la CFE sólo le pidieron a Moreno Díaz su renuncia, mientras que el Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó a una corte de California decomisar
25 millones 136 mil 694 dólares a la empresa Lindsey Manufacturing Company (LMC) por haber sobornado con un yate, un Ferrari y dinero en efectivo a funcionarios de la CFE. No sabemos con certeza si en Estados Unidos castigan al que mata a la vaca, lo cierto es que a quien le amarra la pata sí lo van a castigar.
Andrés Manuel tiene toda la razón al asegurar que nadie será castigado, porque si cae uno caen todos y eso no lo van a permitir. Así que con tal de salvar su propio pellejo, los que deben y pueden aplicar la ley e implantar métodos correctivos para acabar con la corrupción, se niegan a hacerlo, total, aquí nunca pasa nada. La gente aguanta y las protestas son descalificadas por los medios de comunicación, que llaman PELIGRO a todo lo que implique cambios y combate a la corrupción, de la que forman parte.
Por ahí, algún medio impreso informa con lujo de detalles sobre las prácticas corruptas de los funcionarios públicos solapados por el gobierno, y eso sirve de válvula de escape para que la gente crea que existe libertad de expresión, sin embargo, los periodistas honestos que se atreven a denunciar la corrupción pasan a la lista negra de políticos y delincuentes de cuello blanco, y a partir de ahí su vida pende de un hilo.
La historia se repite sexenio tras sexenio, unos se quedan, otros se van pero TODOS cubren su cuota para mantenerse impunes.
Sólo uno, si me equivoco corríjanme por favor, se ha negado a pactar con los corruptos, y eso le costó la Presidencia de la República que el pueblo le otorgó.
Aprovechando que no ha perecido en un trágico “accidente”, se lanzará de nuevo a contender por la Presidencia, a pesar de que los dados están cargados hacia la derecha, llámese PRI, PAN o PRD “moderado”.
Como que ya va siendo hora de que los mexicanos dejemos de creer en la fatalidad y en que nuestro destino es sufrir. Además, hay que apostarle siempre a una salida sin violencia.
Si nos organizamos y cuidamos las casillas y los votos, el fraude estará en chino.
Si convencemos a más mexicanos de que la única manera de revertir las desgracias es trabajando unidos por el bien de todos, y no por defender la impunidad de unos cuantos, podemos poner el límite a este sistema de corrupción que está carcomiéndolo todo y sacrificando el futuro de los que vienen detrás.
No vaya a ser que la cuerda se reviente por lo más delgado y entonces sí, que dios nos agarre confesados.
http://sdpnoticias.com/columna/4085/Todo_tiene_un_limite
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