fe de erratas

14 nov 2014

actricilla que no trabaja ¿de dónde va a pagar otros 60 millones ???



Emilio: informa, aunque sea en las mangas del chaleco, sobre el contrato de exclusividad de EPN con Televisa y del "jacalito" de Las Lomas
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Inadmisible que el Presidente tenga una casa de ese valor. Es una vulgaridad.
La imagen del presidente de México es, ante sus compatriotas y ante el mundo, la de un mandatario brutalmente enriquecido. Brutalmente desprestigiado....
#Opinión Se busca Presidente honesto

+La Casa Blanca de Peña-Rivera, un agravio a México

+ La conexión EPN – La Gaviota- Hinojosa- Televisa

Del presidente de México se mofan en la televisión estadounidense:

“También, como Obama, Peña Nieto tiene una Casa Blanca”, dice la conductora de Univisión, hablando de un “nuevo escándalo” para la Presidencia mexicana.

La Casa Blanca mexicana. La mansión. La casota de Las Lomas.

La propiedad –según Los Pinos- pertenece a Angélica Rivera, alias “La Gaviota”, ex actriz de telenovelas de Televisa, esposa de Peña Nieto y Primera Dama de México. De acuerdo al valioso reportaje del Portal Aristegui Noticias, cuesta siete millones de dólares y le fue transferida a Rivera por Televisa. Toda una comedia del poder político-empresarial mexicano.

¿Acaso fue la casa transferida a La Gaviota en pago por los favores recibidos?

Lo cierto es que la mansión Peña-Rivero allí está, a los ojos de todos, como símbolo de la riqueza política de un país cuya mitad de la población es pobre. Como emblema del agravio del abuso del poder político-económico en México. Como muestra irrefutable de que hay un conflicto de intereses entre el presidente de México, su familia y el Grupo Higa, propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, empresario beneficiado con obras por miles de millones de pesos durante el gobierno de Peña en el Estado de México.

Y con base en el reportaje del portal dirigido por la periodista Carmen Aristegui, traducimos que en esta trama no hay coincidencias:

-Televisa le transfiere una mansión a “La Gaviota”.

-Ingeniería Inmobiliaria del Centro (IIC), filial del Grupo Higa, registra a su nombre la mansión presidencial.

-Hinojosa Cantú fue uno de los empresarios favorecidos por Peña Nieto en el Edomex.

-La esposa del Presidente de México –según Los Pinos-, ha comprado una mansión de 7 millones de dólares. Por transparencia y ética -¡es nada menos que la esposa del presidente de la República!-, está obligada a revelar de dónde salió ese 30% de enganche que dio para adquirirla, alrededor de 25 millones de pesos. Aún más: si ya no trabaja como actriz, ¿de dónde va a pagar los otros 60 millones de pesos restantes?

El asunto podrá ser legal. Tal vez. Sí, pero no ético ni moral.

¿Por qué las dudas y las sospechas de corrupción apabullan, exhiben y desprestigian a Enrique Peña Nieto?

Por su bien ganada fama pública de poco transparente. Allí están sus nueve propiedades citadas en su declaración patrimonial, seis de ellas vía “donación” sin que, hasta hoy, se sepa quién se las regaló.

¿Quién o quiénes hicieron millonario al Presidente de México?

Eso es algo que ignoramos.

Peña Nieto es visto, ante los ojos de la mayoría de los mexicanos, como un Presidente millonario, enriquecido indudablemente, cuyo origen de su fortuna es oscuro y dudoso. Un presidente tan rico como inculto. Tan opulento como anti literario. Sí: tiene razón Alejandro Páez Varela en su columna en este portal: una mansión sin libreros.

Y una casa sin libros es como un cuerpo sin alma.

Y un cuerpo sin alma se corrompe, se extravía.

Peña Nieto es, hoy por hoy y más allá de filias o fobias, un Presidente poco respetado en su país. Es visto con escepticismo y muchas dudas por la prensa extranjera, en cuyas portadas y portales se habla de un Presidente con mucho dinero. Y nada más.

La mansión de la pareja presidencial abona al deterioro de un Presidente en picada, a unos días de que apenas cumpla su segundo año de gobierno. La pesadilla peñista aún tiene cuatro años por delante. Pesadilla, al menos, para la mayoría de los mexicanos.

La Casa Blanca de Peña-Rivera simboliza su enriquecimiento agraviante, nebuloso, escandaloso, inmoral.

Por su trayectoria política, por su formación como hijo predilecto de la corrompida y nociva escuela política mexiquense, por sus antecedentes como gobernador en el Edomex, Peña Nieto se mira como a un Presidente oscuro. Manipulador. Deshonesto.

No, la honestidad política, moral y ética de Peña Nieto, nada más no se le dan. Son la antítesis de cómo se forja a los políticos mexiquenses: bajo los signos de la opacidad, de la demagogia, de la retórica, del encubrimiento, de la deshonestidad pública e intelectual, aptitudes reunidas, de sobra, por el maestro de Peña: el hoy futuro diputado federal Arturo Montiel, multimillonario también, secuestrador de sus propios hijos y con orden de aprehensión en el extranjero. ¡Vaya tipo!

Así formaron a Peña Nieto. Así aprendió. Así gobierna. No nos llamemos sorprendidos.

Una desgracia para México, justo cuando lo que más urge es un Presidente (a) honesto, con ética, eficaz, transparente. Tendremos que esperar cuatro años más para tener uno así en Los Pinos.

(Si al lector le interesa documentar la trayectoria de Peña Nieto desde sus tiempos en el Edomex, y para tener una visión con mayor respaldo informativo de la presidencia que ha ejercido, cito algunos trabajos periodísticos del columnista: libro “Abuso del poder en México”. Editorial Santillana/Aguilar. Capítulo “Ellos, los priistas”. Subcapítulo “Peña Nieto”; columnas en SinEmbargoMX: “Peña: el Presidente oscuro (16/X/2013); “A un año, ¿quién es el señor Peña”? (4/XII/2013); “Y Peña Nieto compró la elección” (19/III/2014), y “¿Por qué no crece Peña Nieto? (11/VI/2014).

*****

Que no nos traten de confundir: el punto no es que la Casa Blanca Peña-Rivera fue transferida por Televisa a “la Gaviota”, que la amplio con “la casa del vecino” (Eduardo Sánchez dixit), o que dio un cómodo enganche y pagará mensualidades millonarias para acabar de cubrir el costo total. No es por ahí.

Los conflictos políticos y de interés, son diversos y graves:

El Presidente de México y su esposa viven en una mansión de 7 millones de dólares, apenas en el segundo año de gobierno. (Tener una propiedad de esa dimensión y costo y sin justificarlo plenamente, le costaría el cargo a Barack Obama o a Rodríguez Zapatero. Allá sí. Aquí no).

Hay un evidente conflicto de interés: la mansión de la pareja presidencial está a nombre de una compañía cuyo propietario fue favorecido con varios miles de millones de pesos por obras cuando Peña Nieto era gobernador del Edomex. Imposible ser malpensado.

El presidente de México vive –o vivirá- en una residencia de casi noventa millones de pesos, cuando durante su gobierno la pobreza ha aumentado: de acuerdo a Cuauhtémoc Cárdenas con cifras del INEGI, durante el primer año y medio del gobierno peñista, hubo 3 millones 600 mil nuevos pobres. Inadmisible entonces que el Presidente tenga una casa de ese valor. Es una vulgaridad.

La imagen del presidente de México es, ante sus compatriotas y ante el mundo, la de un mandatario brutalmente enriquecido. Brutalmente desprestigiado.

Y todavía faltan cuatro años de gobierno.

A ver si dejan algo.

Twitter: @_martinmoreno 
http://ow.ly/Ea6pp 
Foto: Cuartoscuro.
‪#‎Opinión‬ Se busca Presidente honesto
+La Casa Blanca de Peña-Rivera, un agravio a México
+ La conexión EPN – La Gaviota- Hinojosa- Televisa
Del presidente de México se mofan en la televisión estadounidense:
“También, como Obama, Peña Nieto tiene una Casa Blanca”, dice la conductora de Univisión, hablando de un “nuevo escándalo” para la Presidencia mexicana.

La Casa Blanca mexicana. La mansión. La casota de Las Lomas.
La propiedad –según Los Pinos- pertenece a Angélica Rivera, alias “La Gaviota”, ex actriz de telenovelas de Televisa, esposa de Peña Nieto y Primera Dama de México. De acuerdo al valioso reportaje del Portal Aristegui Noticias, cuesta siete millones de dólares y le fue transferida a Rivera por Televisa. Toda una comedia del poder político-empresarial mexicano.
 ¿Acaso fue la casa transferida a La Gaviota en pago por los favores recibidos?
Lo cierto es que la mansión Peña-Rivero allí está, a los ojos de todos, como símbolo de la riqueza política de un país cuya mitad de la población es pobre. Como emblema del agravio del abuso del poder político-económico en México. Como muestra irrefutable de que hay un conflicto de intereses entre el presidente de México, su familia y el Grupo Higa, propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, empresario beneficiado con obras por miles de millones de pesos durante el gobierno de Peña en el Estado de México.

Y con base en el reportaje del portal dirigido por la periodista Carmen Aristegui, traducimos que en esta trama no hay coincidencias:
-Televisa le transfiere una mansión a “La Gaviota”.
-Ingeniería Inmobiliaria del Centro (IIC), filial del Grupo Higa, registra a su nombre la mansión presidencial.
-Hinojosa Cantú fue uno de los empresarios favorecidos por Peña Nieto en el Edomex.
-La esposa del Presidente de México –según Los Pinos-, ha comprado una mansión de  
7 millones de dólares. Por transparencia y ética -¡es nada menos que la esposa del presidente de la República!-, está obligada a revelar de dónde salió ese 30% de enganche que dio para adquirirla, alrededor de 25 millones de pesos. Aún más: si ya no trabaja como actriz, ¿de dónde va a pagar los otros 60 millones de pesos restantes?

El asunto podrá ser legal. Tal vez. Sí, pero no ético ni moral.
¿Por qué las dudas y las sospechas de corrupción apabullan, exhiben y desprestigian a Enrique Peña Nieto?
Por su bien ganada fama pública de poco transparente. Allí están sus nueve propiedades citadas en su declaración patrimonial, seis de ellas vía “donación” sin que, hasta hoy, se sepa quién se las regaló.
¿Quién o quiénes hicieron millonario al Presidente de México?
Eso es algo que ignoramos.

Peña Nieto es visto, ante los ojos de la mayoría de los mexicanos, como un Presidente millonario, enriquecido indudablemente, cuyo origen de su fortuna es oscuro y dudoso. Un presidente tan rico como inculto. Tan opulento como anti literario. Sí: tiene razón Alejandro Páez Varela en su columna en este portal: una mansión sin libreros.
Y una casa sin libros es como un cuerpo sin alma.
Y un cuerpo sin alma se corrompe, se extravía.

Peña Nieto es, hoy por hoy y más allá de filias o fobias, un Presidente poco respetado en su país. Es visto con escepticismo y muchas dudas por la prensa extranjera, en cuyas portadas y portales se habla de un Presidente con mucho dinero. Y nada más.
La mansión de la pareja presidencial abona al deterioro de un Presidente en picada, a unos días de que apenas cumpla su segundo año de gobierno. La pesadilla peñista aún tiene cuatro años por delante. Pesadilla, al menos, para la mayoría de los mexicanos.

La Casa Blanca de Peña-Rivera simboliza su enriquecimiento agraviante, nebuloso, escandaloso, inmoral.
Por su trayectoria política, por su formación como hijo predilecto de la corrompida y nociva escuela política mexiquense, por sus antecedentes como gobernador en el Edomex, Peña Nieto se mira como a un Presidente oscuro. Manipulador. Deshonesto.

No, la honestidad política, moral y ética de Peña Nieto, nada más no se le dan. Son la antítesis de cómo se forja a los políticos mexiquenses: bajo los signos de la opacidad, de la demagogia, de la retórica, del encubrimiento, de la deshonestidad pública e intelectual, aptitudes reunidas, de sobra, por el maestro de Peña: el hoy futuro diputado federal Arturo Montiel, multimillonario también, secuestrador de sus propios hijos y con orden de aprehensión en el extranjero. ¡Vaya tipo!
Así formaron a Peña Nieto. Así aprendió. Así gobierna. No nos llamemos sorprendidos.

Una desgracia para México, justo cuando lo que más urge es un Presidente (a) honesto, con ética, eficaz, transparente. Tendremos que esperar cuatro años más para tener uno así en Los Pinos.
(Si al lector le interesa documentar la trayectoria de Peña Nieto desde sus tiempos en el Edomex, y para tener una visión con mayor respaldo informativo de la presidencia que ha ejercido, cito algunos trabajos periodísticos del columnista: libro “Abuso del poder en México”. Editorial Santillana/Aguilar. Capítulo “Ellos, los priistas”. Subcapítulo “Peña Nieto”; columnas en SinEmbargoMX: “Peña: el Presidente oscuro (16/X/2013); “A un año, ¿quién es el señor Peña”? (4/XII/2013); “Y Peña Nieto compró la elección” (19/III/2014), y “¿Por qué no crece Peña Nieto? (11/VI/2014).
*****
Que no nos traten de confundir: el punto no es que la Casa Blanca Peña-Rivera fue transferida por Televisa a “la Gaviota”, que la amplio con “la casa del vecino” (Eduardo Sánchez dixit), o que dio un cómodo enganche y pagará mensualidades millonarias para acabar de cubrir el costo total. No es por ahí.

Los conflictos políticos y de interés, son diversos y graves:
El Presidente de México y su esposa viven en una mansión de 7 millones de dólares, apenas en el segundo año de gobierno. (Tener una propiedad de esa dimensión y costo y sin justificarlo plenamente, le costaría el cargo a Barack Obama o a Rodríguez Zapatero. Allá sí. Aquí no).
Hay un evidente conflicto de interés: la mansión de la pareja presidencial está a nombre de una compañía cuyo propietario fue favorecido con varios miles de millones de pesos por obras cuando Peña Nieto era gobernador del Edomex. Imposible ser malpensado.

El presidente de México vive –o vivirá- en una residencia de casi noventa millones de pesos, cuando durante su gobierno la pobreza ha aumentado: de acuerdo a Cuauhtémoc Cárdenas con cifras del INEGI, durante el primer año y medio del gobierno peñista, hubo 3 millones 600 mil nuevos pobres. Inadmisible entonces que el Presidente tenga una casa de ese valor. Es una vulgaridad.
La imagen del presidente de México es, ante sus compatriotas y ante el mundo, la de un mandatario brutalmente enriquecido. Brutalmente desprestigiado.
Y todavía faltan cuatro años de gobierno.
A ver si dejan algo.
Twitter: @_martinmoreno http://ow.ly/Ea6pp
Foto: Cuartoscuro.

https://www.facebook.com/SinEmbargoMx/photos/a.220898467942752.61106.185881304777802/876681269031132/?type=1&fref=nf 

La fructífera amistad Higa-Los Pinos   



Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera durante el desfile del 16 de septiembre. Foto: Eduardo Miranda
Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera durante el desfile del 16 de septiembre.
Foto: Eduardo Miranda
Lejos de los contratos federales durante los dos sexenios panistas, a Juan Armando Hinojosa Cantú le volvió a sonreír la fortuna al llegar Enrique Peña Nieto a la Presidencia. Y no es que le hubiera ido mal antes: sus empresas fueron favorecidas con obras de infraestructura en el Estado de México cuando el actual jefe del Ejecutivo era gobernador. Esto es resultado de una sólida y larga amistad entre el empresario tamaulipeco y el político mexiquense.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El presidente Enrique Peña Nieto y Juan Armando Hinojosa Cantú tienen una relación de amistad, de proveeduría gubernamental y hasta de financiamiento hipotecario que a menos de dos años de la presente administración federal y sin transparentar la totalidad de los contratos obtenidos por las empresas del segundo, se traduce en más de 22 mil millones de pesos.

En el intento de justificar una presunta propiedad de Peña Nieto en las Lomas de Chapultepec, el vocero presidencial, Eduardo Sánchez Hernández aseguró que la residencia de Sierra Gorda 150 es propiedad de la primera dama, Angélica Rivera y que aún la está pagando… a la empresa Ingeniería Inmobiliaria del Centro, propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú.
Alejado de los negocios con el gobierno federal durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, el tamaulipeco Hinojosa –avecindado en el Estado de México– ha obtenido ahora contratos de obra que podrían considerarse entre los más cuantiosos de la administración peñanietista.
El empresario preside el Grupo Higa, corporativo que agrupa, según su página de Internet, a Constructora Teya, Mezcla Asfáltica de Alta Calidad, Publicidad y Artículos Creativos y Señales y Mantenimiento.
Pero hay otras razones sociales que también han obtenido contratos y son del empresario. Es el caso de la empresa de taxis aéreos Eolo Plus y de las contratistas de obra Controladora de Operaciones de Infraestructura, Consorcio Integrador del Ramo de la Construcción y Autopistas de Vanguardia.
Los contratos asignados a las empresas de Hinojosa Cantú en lo que va del actual sexenio se documentaron a partir de un seguimiento realizado por Proceso en distintos portales digitales gubernamentales, pues aunque se supone que la información debe colocarse por completo en el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT), una característica de la administración peñanietista es la tardía o insuficiente actualización de datos.
Entre las obras localizadas figura la ampliación del hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, localizable en los registros públicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), donde se describe que el contrato fue asignado a Constructora Teya por un monto de 100 millones de pesos (mdp).
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1985, ya en circulación)
http://www.proceso.com.mx/?p=387856 

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