fe de erratas

27 sept 2011

AMLO, el adversario principal



AMLO, el adversario principal





Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre


Humberto Moreira lo planteó con toda claridad: el adversario a vencer por el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto o Manlio Fabio Beltrones, es 
Andrés Manuel López Obrador.

A insistencia de los colegas que todos los lunes son recibidos con una taquiza en las oficinas de Insurgentes Norte y Luis Donaldo Colosio, el exgobernador que según voces panistas e independientes endeudó mucho a Coahuila, lo repitió dos y tres veces para que nadie suponga que el juicio obedece a uno de esos exabruptos que emite cuando no se apega a las tarjetas que él mismo o sus asesores preparan.


Como es natural, en la dirigencia del partido que el pasado fin de semana fue emplazado por Felipe Calderón a “renovarse o morir”, lo que hasta hoy no tiene la menor consecuencia en lo que hace Acción Nacional, Gustavo Madero juró que si el partido que preside derrotó al PRI en 2000 y en 2006 al PRD, lo volverá a hacer el 1 de julio de 2012. Con esa lógica de argumentación del señor que para subrayar su condición norteña se refiere a sus adversarios como “batos” y “gachos”, el PAN puede adelantar los resultados de la contienda de 2018.


Pero más allá de los delirios futuristas del chihuahuense, que no tienen correspondencia con las encuestas hechas al gusto del cliente y las que no, la imagen televisiva y fotográfica del rostro desencajado de Ernesto Cordero habla más que el discurso que pronunció para presentar a los que eran integrantes del equipo de campaña del gobernador de Jalisco y ahora se sumaron al propio. Allí, con cara de sorprendido y voz pastosa, aseguró que Josefina Vázquez o Santiago Creel son mejores que cualesquiera otros candidatos, por supuesto que menos él, el consentido de Los Pinos.


Con el diagnóstico de Moreira Valdés quedó en su justa dimensión el ejercicio realizado por GEA-ISA y difundido con singular alegría por el diario que encabeza Carlos Marín, y que presentó a Marcelo Ebrard como puntero de las izquierdas en las preferencias ciudadanas e incluso dentro del Partido de la Revolución Democrática. Como se recordará, la encuestadora saltó a la fama por ser la primera que a principios de 2006 mostró a Calderón Hinojosa en un sólido segundo lugar e inesperadamente lo convirtió en el primero, desde el espacio noticioso de CNI Canal 40, conducido por Ciro Gómez Leyva. Las direcciones generales de Petróleos Mexicanos y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, como es bien sabido, fueron asignadas a los dos socios principales de la casa encuestadora, pero sus desempeños fueron tan eficaces que ya no viven del erario.


También el jefe de Gobierno del Distrito Federal, aunque con mucha cautela, marcó su distancia con el diagnóstico hecho por el profesor y aliado de Elba Esther Gordillo, y que plantea: “Siendo fríos y claros, en las encuestas nuestra competencia real es Andrés Manuel López Obrador. Para ser claros y sinceros (…) López Obrador fue creciendo y superó al PAN”.


Madero Muñoz no puede ni quiere asumir que cuando buena parte de las encuestas por encargo o sin él, favorecen a Enrique Peña Nieto –quien tuvo su primera incursión en el DF como aspirante presidencial y resultó un fracaso al presentarse al informe del senador converso René Arce–, el Revolucionario no está en condiciones de darse el lujo de equivocar sus prioridades en materia de adversarios, 12 años después de ser formalmente expulsado de Palacio Nacional.


El de Moreira es un diagnóstico que también pone en relieve que una parte importante del electorado reconoce la tenacidad, consecuencia con un proyecto político y firmeza de López Obrador frente al que, según ellos, fue impuesto en la Presidencia.



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