Javier Sicilia a migrantes: "Perdón por no haber levantado antes la voz"
Por Prometeo Lucero
Miércoles, 14 de septiembre de 2011 a las 21:44
Miércoles, 14 de septiembre de 2011 a las 21:44
La Caravana del Sur, con destino a Chiapas, es la tercera liderada por el poeta Javier Sicilia (Prometeo Lucero).
Lo más importante
- La Caravana del Sur llegó a la frontera entre México y Guatemala
- Su líder, Javier Sicilia, pidió perdón a los migrantes por no haber denunciado antes su situación
- La caravana visitó el albergue de migrantes de Alejandro Solalinde en Ixtepec
- En el lugar se reencontraron migrantes que tenían mucho de no verse
- La caravana continuó su paso hacia el estado de Chiapas
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(CNNMéxico) — El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad recibió a la Caravana del Sur en el paso fronterizo México-Guatemala, en el estado de Chiapas.
En el puente del lado guatemalteco, al que ingresó al anochecer, Javier Sicilia pidió perdón por "no haber levantado antes la voz" y expresó su indignación "por estos actos despreciables" en que la delincuencia "ha perdido todo sentido de humanidad".
Criticó al Instituto Nacional de Migración (INM) y reclamó que "no podemos presentarnos como el país que fue ejemplo de solidaridad" durante la Guerra Civil española, cuando cientos de refugiados fueron recibidos en México.
Dalila, una guatemalteca, saludó la solidaridad de la caravana y explicó que la migración tiene como consecuencias la ruptura del tejido social, pérdida de identidad y rompimiento familiar. Se pronunció por la defensa de los derechos de los migrantes y se refirió a los mexicanos como personas con "una misma historia y destino en común".
Entre uno de los testimonios, una mujer proveniente de Honduras, madre soltera, narró haber sido hostigada sexualmente por un coyote (traficante de personas), quien la amenazó en Arriaga para obligarla a vivir con él.
Tras 15 horas en el tren, la mujer llegó a la casa del Migrante Hermanos en el Camino, del padre Alejandro Solalinde, a quien calificó como "una linda persona". Desde entonces lleva 6 meses colaborando en el refugio.
Julián Lebarón, un líder de una organización civil a favor de las víctimas de la violencia en el estado de Chihuahua, quien se unió a la caravana ayer en Juchitán, escuchó el testimonio. "Me siento muy triste", dijo tras recordad que ha trabajado con salvadoreños y hondureños en los Estados Unidos. "Me causa dolor saber qué pasa en mi país", dijo.
A los guatemaltecos presentes les dio la bienvenida "con los brazos abiertos como hermanos".
Una joven de nombre Paola se pronunció contra la Ley de Seguridad Nacional, pues considera que no solo es impuesta por el Estado sino también por la delincuencia. "Es el último periodo funesto para nuestros países, fundado en el dinero que ha trastocado el principio de comunidad".
Horas antes, la Caravana del Sur hizo una pausa en su recorrido por el sureño estado de Oaxaca para visitar en Ixtepec el albergue de migrantes Hermanos en el Camino, dirigido por el sacerdote Alejandro Solalinde, quien sostuvo una reunión en privado con Javier Sicilia, líder de la marcha por la paz.
En el lugar, algunos migrantes se reencontraron después de un largo tiempo de no tener noticias de sí y fueron recibidos con café, atole y tamales. Las historias de migrantes abundan en el lugar, situado sobre la ruta que siguen los migrantes centro y sudamericanos en su cruce por México hacia Estados Unidos.
Entre otros se encuentra un hombre que dejó a su familia en El Salvador para encontrar un pariente en Estados Unidos y buscarse un empleo. Como campesino en su país ganaba de 6 a 7 dólares semanales, mientras que una vida precaria cuesta al menos
10 dólares.
Con otros 20 migrantes, en su mayoría hondureños, Sicilia pasará la noche agrupado bajo la oscuridad entre los vagones de ferrocarril estacionados en medio de las vías de tren, el calor húmedo y los matorrales.
Los migrantes presentes aseguran que no han recibido agresiones de los cuerpos policiacos, ni de inmigración, ni de la delincuencia en México.
En el sexto día de su recorrido, la Caravana del Sur salió de territorio oaxaqueño e ingresó al estado de Chiapas, donde se reunirá con campesinos, indígenas y migrantes. En Mapastepec, ya se encontraba una multitud esperando en el camino y recibió el convoy con puños de confeti.
El jueves continuará su camino al centro del estado, donde se contempla una reunión con representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), un grupo guerrillero que se levantó en armas contra el gobierno en 1994 en defensa de los derechos de los indígenas.
La Caravana del Sur es la tercera liderada por el poeta Javier Sicilia, luego de una primera realizada de Cuernavaca, Morelos, a la Ciudad de México, y una segunda de la capital mexicana a Ciudad Juárez, considerada la urbe más violenta del país.
Javier Sicilia se convirtió en un activista por los derechos de las víctimas de la tras el asesinato de su hijo a manos de criminales, en marzo pasado, en el estado de Morelos.
De acuerdo a las últimas cifras oficiales sobre las víctimas de la violencia, brindadas en febrero pasado por el exvocero de seguridad Alejandro Poiré, más de 34,600 personas han muerto en relación con el crimen organizado desde 2006, cuando el gobierno federal emprendió su estrategia de combate frontal del crimen organizado.
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En el puente del lado guatemalteco, al que ingresó al anochecer, Javier Sicilia pidió perdón por "no haber levantado antes la voz" y expresó su indignación "por estos actos despreciables" en que la delincuencia "ha perdido todo sentido de humanidad".
Criticó al Instituto Nacional de Migración (INM) y reclamó que "no podemos presentarnos como el país que fue ejemplo de solidaridad" durante la Guerra Civil española, cuando cientos de refugiados fueron recibidos en México.
Dalila, una guatemalteca, saludó la solidaridad de la caravana y explicó que la migración tiene como consecuencias la ruptura del tejido social, pérdida de identidad y rompimiento familiar. Se pronunció por la defensa de los derechos de los migrantes y se refirió a los mexicanos como personas con "una misma historia y destino en común".
Entre uno de los testimonios, una mujer proveniente de Honduras, madre soltera, narró haber sido hostigada sexualmente por un coyote (traficante de personas), quien la amenazó en Arriaga para obligarla a vivir con él.
Tras 15 horas en el tren, la mujer llegó a la casa del Migrante Hermanos en el Camino, del padre Alejandro Solalinde, a quien calificó como "una linda persona". Desde entonces lleva 6 meses colaborando en el refugio.
Julián Lebarón, un líder de una organización civil a favor de las víctimas de la violencia en el estado de Chihuahua, quien se unió a la caravana ayer en Juchitán, escuchó el testimonio. "Me siento muy triste", dijo tras recordad que ha trabajado con salvadoreños y hondureños en los Estados Unidos. "Me causa dolor saber qué pasa en mi país", dijo.
A los guatemaltecos presentes les dio la bienvenida "con los brazos abiertos como hermanos".
Una joven de nombre Paola se pronunció contra la Ley de Seguridad Nacional, pues considera que no solo es impuesta por el Estado sino también por la delincuencia. "Es el último periodo funesto para nuestros países, fundado en el dinero que ha trastocado el principio de comunidad".
Horas antes, la Caravana del Sur hizo una pausa en su recorrido por el sureño estado de Oaxaca para visitar en Ixtepec el albergue de migrantes Hermanos en el Camino, dirigido por el sacerdote Alejandro Solalinde, quien sostuvo una reunión en privado con Javier Sicilia, líder de la marcha por la paz.
En el lugar, algunos migrantes se reencontraron después de un largo tiempo de no tener noticias de sí y fueron recibidos con café, atole y tamales. Las historias de migrantes abundan en el lugar, situado sobre la ruta que siguen los migrantes centro y sudamericanos en su cruce por México hacia Estados Unidos.
Entre otros se encuentra un hombre que dejó a su familia en El Salvador para encontrar un pariente en Estados Unidos y buscarse un empleo. Como campesino en su país ganaba de 6 a 7 dólares semanales, mientras que una vida precaria cuesta al menos
10 dólares.
Con otros 20 migrantes, en su mayoría hondureños, Sicilia pasará la noche agrupado bajo la oscuridad entre los vagones de ferrocarril estacionados en medio de las vías de tren, el calor húmedo y los matorrales.
Los migrantes presentes aseguran que no han recibido agresiones de los cuerpos policiacos, ni de inmigración, ni de la delincuencia en México.
En el sexto día de su recorrido, la Caravana del Sur salió de territorio oaxaqueño e ingresó al estado de Chiapas, donde se reunirá con campesinos, indígenas y migrantes. En Mapastepec, ya se encontraba una multitud esperando en el camino y recibió el convoy con puños de confeti.
El jueves continuará su camino al centro del estado, donde se contempla una reunión con representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), un grupo guerrillero que se levantó en armas contra el gobierno en 1994 en defensa de los derechos de los indígenas.
La Caravana del Sur es la tercera liderada por el poeta Javier Sicilia, luego de una primera realizada de Cuernavaca, Morelos, a la Ciudad de México, y una segunda de la capital mexicana a Ciudad Juárez, considerada la urbe más violenta del país.
Javier Sicilia se convirtió en un activista por los derechos de las víctimas de la tras el asesinato de su hijo a manos de criminales, en marzo pasado, en el estado de Morelos.
De acuerdo a las últimas cifras oficiales sobre las víctimas de la violencia, brindadas en febrero pasado por el exvocero de seguridad Alejandro Poiré, más de 34,600 personas han muerto en relación con el crimen organizado desde 2006, cuando el gobierno federal emprendió su estrategia de combate frontal del crimen organizado.
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