fe de erratas

14 jun 2012

Con AMLO.- Catón

Con AMLO.- 
Catón
Photo: Con AMLO.- Catón

Las naciones, como los hombres, tienen alma. No sé si esa aseveración sea correcta, pero suena muy bien: podría inscribirse en bronce eterno o mármol duradero. Los sociólogos románticos hablaban de "el alma colectiva", y pensaban que a los grupos humanos los une un espíritu común que les da identidad y coherencia. Yo soy romántico, pero no sociólogo. Ignoro entonces si exista esa tal alma, ese espíritu. Lo que puedo decir es esto: advierto que el ánimo de la Nación está hoy por hoy con López Obrador. Escucho por doquier -y no sólo eso: también por dondequiera- expresiones que favorecen al candidato perredista. Aun en labios de personas que podrían decirse conservadoras, de derecha, oigo decir que se debe dar a AMLO una oportunidad, pues tanto el PRI como el PAN tuvieron ya la suya, y ha llegado la hora de un cambio verdadero que lleve a México por caminos nuevos. Muchos votantes juzgan que López Obrador ganó la elección pasada, y que fue víctima de un fraude que en esta ocasión se debe compensar. A tal grado advierto ese deseo de cambio, que creo que si AMLO pierde la elección muchos mexicanos, sobre todo de las nuevas generaciones, caerán en la frustración, en el desánimo; se apoderará de ellos un sentimiento de desesperanza que los llevará a pensar que México está condenado a seguir en un statu quo del cual nunca ya podrá salir. Esa percepción fortalece a López Obrador y lo está acorazando contra los ataques de sus adversarios. AMLO es ahora lo que Peña Nieto parecía ser hace apenas unas semanas: invulnerable. El tabasqueño puede ahora decir o hacer cualquier cosa: todo lo que haga o diga le será celebrado y aplaudido. Ya se ha visto cómo el asunto del pase de la charola no lo afectó nada. Si en el próximo debate electoral Josefina y Peña Nieto, unidos, se lanzan contra él, lo fortalecerán aún más, pues los electores pensarán que PAN y PRI han trabado secreta alianza para liquidarlo. A la hora en que escribo esto no ha tenido lugar aún el encuentro de López Obrador con los analistas del programa "Tercer grado". Si le fue bien será un triunfo muy estimable para él; si le fue mal no importará, pues sus partidarios asegurarán que fue víctima de un compló de las televisoras. Vuelvo a decirlo a modo de conclusión o corolario: el ánimo de la Nación favorece hoy por hoy a López Obrador. Si ese ánimo se traduce en votos, el resultado de la elección será muy diferente del que al principio de las campañas se auguraba con plena certidumbre. Y es que en política lo único cierto que hay es que todo es incierto. (También esta frase podría inscribirse en bronce eterno o mármol duradero)... FIN.
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Las naciones, como los hombres, tienen alma. No sé si esa aseveración sea correcta, pero suena muy bien: podría inscribirse en bronce eterno o mármol duradero. Los sociólogos románticos hablaban de "el alma colectiva", y pensaban que a los grupos humanos los une un espíritu común que les da identidad y coherencia. Yo soy romántico, pero no sociólogo. Ignoro entonces si exista esa tal alma, ese espíritu. Lo que puedo decir es esto: advierto que el ánimo de la Nación está hoy por hoy con López Obrador. Escucho por doquier -y no sólo eso: también por dondequiera- expresiones que favorecen al candidato perredista. Aun en labios de personas que podrían decirse conservadoras, de derecha, oigo decir que se debe dar a AMLO una oportunidad, pues tanto el PRI como el PAN tuvieron ya la suya, y ha llegado la hora de un cambio verdadero que lleve a México por caminos nuevos.  
Muchos votantes juzgan que López Obrador ganó la elección pasada, y que fue víctima de un fraude que en esta ocasión se debe compensar. A tal grado advierto ese deseo de cambio, que creo que si AMLO pierde la elección muchos mexicanos, sobre todo de las nuevas generaciones, caerán en la frustración, en el desánimo; se apoderará de ellos un sentimiento de desesperanza que los llevará a pensar que México está condenado a seguir en un statu quo del cual nunca ya podrá salir. 
 
 Esa percepción fortalece a López Obrador y lo está acorazando contra los ataques de sus adversarios. AMLO es ahora lo que Peña Nieto parecía ser hace apenas unas semanas: invulnerable. El tabasqueño puede ahora decir o hacer cualquier cosa: todo lo que haga o diga le será celebrado y aplaudido. Ya se ha visto cómo el asunto del pase de la charola no lo afectó nada. Si en el próximo debate electoral Josefina y Peña Nieto, unidos, se lanzan contra él, lo fortalecerán aún más, pues los electores pensarán que PAN y PRI han trabado secreta alianza para liquidarlo. A la hora en que escribo esto no ha tenido lugar aún el encuentro de López Obrador con los analistas del programa "Tercer grado". Si le fue bien será un triunfo muy estimable para él; si le fue mal no importará, pues sus partidarios asegurarán que fue víctima de un compló de las televisoras. 
 
Vuelvo a decirlo a modo de conclusión o corolario: el ánimo de la Nación favorece hoy por hoy a López Obrador. Si ese ánimo se traduce en votos, el resultado de la elección será muy diferente del que al principio de las campañas se auguraba con plena certidumbre. Y es que en política lo único cierto que hay es que todo es incierto. (También esta frase podría inscribirse en bronce eterno o mármol duradero)... FIN.

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