fe de erratas

4 nov 2012

Las izquierdas y sus alianzas


Photo
Las izquierdas y sus alianzas
Pretender el triunfo electoral con una alianza que ideológicamente confunde y con la selección de un candidato mediáticamente posicionado.
Adolfo Orive


El miércoles 31 de octubre, los dirigentes del PRD —Jesús Zambrano,Miguel Barbosa y Dolores Padierna—, y del Movimiento Ciudadano —Ricardo Mejía—, acordaron establecer una alianza legislativa y política de largo plazo, que conforme un frente durante todo el sexenio, con los dirigentes del PAN —Gustavo Madero, Ernesto Cordero yAlberto Villarreal— con la intención de oponerse sistemáticamente a lo que todos ellos denominaron el regreso del autoritarismo, la corrupción y las prácticas clientelares del PRI. Mi primera crítica a ese acuerdo la haré como ciudadano: ¿qué ya se olvidó que el gobierno panista ha estado impregnado de autoritarismo, corrupción y prácticas clientelares? La realidad es que esas tres epidemias sociopolíticas han devastado al pueblo mexicano desde hace décadas en todo el territorio nacional.
En voz del coordinador de sus senadores —Manuel Bartlett—, el Partido del Trabajo se deslindó de la alianza a largo plazo del PRD-MC-PAN por ser un viraje a la derecha con un partido que, en el caso de la reforma laboral, aprobó la parte medular de esa legislación —la afectación severa del ingreso y los derechos de los trabajadores, mediante las nuevas modalidades de contratación—, tapándole a la opinión pública esa afectación con la cortina de humo del voto secreto y la transparencia en los sindicatos, como lo hicimos saber en varias entrevistas el senador Bartlett y el suscrito. Lo que hace la diferencia entre los partidos de izquierda y el PRI y el PAN es que desde hace casi 30 años estos últimos le han impuesto al pueblo mexicano el modelo neoliberal, y es respecto a éste que nos debemos diferenciar.
Como lo apuntó Rolando Cordera el lunes 15 de octubre: el pragmatismo de la izquierda la ha desdibujado ante la ciudadanía, sobre todo cuando se tejen alianzas inesperadas contra natura. “El PRD —afirma el profesor emérito de la UNAM— tiene que crecer y buscar la constitución de un frente de izquierda poderoso, aun con las masas detrás de López Obrador… y avanzar en la elaboración de un programa real y efectivo que no sea sólo testimonial”. A un frente así le dimos nacimiento el 28 de agosto en la Cámara de Diputados y luego el Frente Legislativo Progresista se firmó también en la Cámara de Senadores. Un frente con comisiones coordinadoras del trabajo legislativo de los tres partidos —PRD, PT y MC— y con una agenda programática que se presentaría ante la ciudadanía como un proyecto de nación alternativo al proyecto neoliberal de la derecha y que, además, le arrebataría al PRI y al PAN la determinación de la agenda nacional.
Los nueve ejes programáticos son los siguientes: 1) seguridad, procuración e impartición de justicia; 2) nueva economía, soberanía energética y desarrollo sustentable; 3) reforma hacendaria; 4) educación, ciencia y tecnología para el desarrollo; 5) estado de bienestar social y democrático de derecho; 6) nuevo régimen político y reforma electoral; 7) democratización de los medios de comunicación; 8) combate a la corrupción; y 9) soberanía nacional y nueva relación con el mundo.
Es definitivamente una señal política contradictoria para los integrantes del PRD y para la ciudadanía el que sus dirigentes opten por promover una alianza de largo plazo con el PAN en lugar de fortalecer el Frente Legislativo de las Izquierdas, haciendo valer sus comisiones coordinadoras y su agenda legislativa en el trabajo cotidiano del Congreso. El llevar a los hechos, semana tras semana, el Frente Legislativo Progresista nos permitiría a las izquierdas ir construyendo confianza entre los actores de los tres partidos, así como las estructuras necesarias para presentarnos unidos con mensajes claros y propositivos en la nueva agenda —no solamente contestatarios— ante la ciudadanía no sólo en las elecciones del año próximo, sino en la forma de gobernar las entidades ya ganadas a través de una matriz de políticas públicas reconocida como de izquierda por la ciudadanía.
¿Por qué no, también, pensar en ganar futuras elecciones haciendo trabajo territorial en los distritos marginados en los que nos ganaron el PRI y el PAN en 2012, por nuestra incapacidad para convencer a los ciudadanos de que su camino es con la izquierda y no con la derecha, por más que ésta gane sus decisiones con programas asistencialistas? Lo anterior, en lugar de pretender el triunfo electoral con una alianza que ideológicamente confunde y con la selección de un candidato mediáticamente posicionado. De los 52 distritos federales clasificados con mayor grado de complejidad por el IFE, el 1 de julio el PRI nos ganó 39 y el PAN cuatro. Están localizados, principalmente, en Chiapas, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Lorenzo Meyer apuntó la necesidad de ganar territorio en su artículo del pasado 1 de noviembre.
Si la derecha de la izquierda se propone ganar el poder para administrar menos inequitativamente el modelo neoliberal, la izquierda de la izquierda debe proponerse la construcción de una economía, una sociedad y un Estado que, aún siendo hegemónicamente capitalistas, transformen el modelo neoliberal en uno que actualice los postulados claramente definidos en la Constitución de 1917, presentándonos ante la ciudadanía como una izquierda unida con un programa claramente definido y explicado, pero, sobre todo, distanciado de la derecha.
2012-11-04 00:00:00

No hay comentarios: