fe de erratas

7 may 2010

Apoyar al débil

Apoyar al débil

Polimnia Romana

4Envía
07 de Mayo, 2010 - 10:16 | 2 comentarios
 
En su columna de ayer, Francisco Rodríguez escribió:
Calderón llama a apoyar al Ejército. Por lógica, se apoya lo que está débil, suelto, flojo, cayéndose… ¿Cuál es la situación de las Fuerzas Armadas, entonces, si requieren apoyo?”

No es posible que a la población civil que vive atemorizada por la presencia de los soldados en las calles, que disparan a todo lo que se mueve, se le pida que apoye al Ejército. Además, qué clase de apoyo necesitan las Fuerzas Armadas que no le haya sido dado por el gobierno usurpador. Han recibido aumentos salariales excesivos comparados con los incrementos a los salarios de maestros, médicos y obreros.

No se ha tocado ni con el pétalo de una rosa a quienes acribillan niños, jóvenes, mujeres y ancianas en el supuesto combate al narcotráfico. Tampoco se han tomado en cuenta las recomendaciones de  la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de los Organismos Internacionales que señalan múltiples violaciones a la población civil por parte de militares.

¿A qué viene esa solicitud de Calderón?

 En lo que va del sexenio no ha solicitado apoyo para la gente empobrecida por las políticas económicas que sostiene a pesar de que está más que probado que no funcionan, tampoco ha pedido ayuda para los desempleados, para los familiares que han sufrido la pérdida de sus seres queridos, como los padres de los 49 niños que murieron quemados en una guardería subrogada por el IMSS, a los que hasta la fecha no se les ha hechos justicia, y no hablemos de los miles de mexicanos que siguen esperando la ayuda del gobierno por los desastres naturales que los dejaron sin un lugar dónde vivir, sin sus pertenencias, sus cosechas, sus animales y sus medios de supervivencia.

Cuándo ha pedido ayuda para los jóvenes que no encuentran un espacio en las universidades, para los ancianos, para los discapacitados, para los indígenas que siguen siendo hostigados en sus pueblos y despojados de sus tierras. Es una soberbia que espanta pretender que el pueblo aplauda una medida antinacional, porque eso ha sido sacar al Ejército a las calles, ir en contra de la integridad de la nación. 

Peor aún resulta que Calderón necesite la simpatía del pueblo por una institución que él se encargo de desvirtuar.

La impresión que da es que tiene un gran temor de perder la seguridad que el Ejército le brinda, porque el pueblo no sólo lo desprecia sino que reconoce su ineptitud y su corta visión. Lo cierto es que Calderón sin el Ejército está perdido.


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