3 de diciembre de 2011
Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
Al finalizar cinco años de su gobierno, Felipe Calderón se vanagloria de una firme conducción macroeconómica y ha manejado mediáticamente los números “buenos”, hasta conseguir los interesados elogios de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Sin embargo, un vistazo a las cifras oficiales del desempleo, el subempleo y la pobreza en México –sobre todo en comparación con otros países latinoamericanos– revelan una realidad bastante más pobre. Extremadamente pobre.
Muy propio de la época preelectoral, el presidente Felipe Calderón celebra exultante las buenas noticias económicas. Pero calla, ni pío dice, cuando los datos y las cifras dan cuenta de un saldo ominoso, sobre todo en el ámbito de lo social, de sus recién cumplidos cinco años de gobierno.
Apenas el 22 de noviembre, cuando el Inegi dio a conocer que la economía mexicana creció 4.5% en el tercer trimestre del año –cifra ciertamente inesperada, muy por arriba de lo estimado por los analistas y el propio gobierno–, Calderón se ufanó y gritó a los cuatro vientos lo bien que está el país. Chacoteó en Los Pinos, en una reunión con empresarios de la vivienda: ........................................sigue
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