fe de erratas

14 nov 2011

*Elecciones erradas * Fintas a tres voces

*Elecciones erradas
*Fintas a tres voces
*Bucareli: cuatro caídas
*Especulaciones aéreas

Julio Hernández López

No puede emerger una autoridad consolidada de un proceso tan sucio como el que se ha vivido en Michoacán. Ya podrán adjudicarse los candidatos todos los triunfos exprés que se les antoje, pero han envenenado las aguas políticas y han prostituido la vida institucional, así que sus proclamas victoriosas y el desenlace técnico al que se llegue no son más que tramos porosos en espera de soluciones políticas y sociales de fondo.

A primera hora todos se dan por ganadores. Cocoa lo hace con más enjundia, apoyada por un Gustavo Madero que demuestra pésima madera de actor a la hora de fingir alegría mayúscula por el presunto triunfo de la hermana del Primer Hermano. Fausto Vallejo le apuesta a la supuesta solidez y asegura al respetable público que él no andaría engañando con números falsos si el triunfo no estuviera asegurado. Y el rezagado Silvano Aureoles hace esfuerzos casi dolorosos por aparentar que también está convencido de que él ganó o de un virtual empate con el priísta Vallejo. Tres candidatos distintos y un solo drama michoacano verdadero.


Juegos numéricos sin sustento para ocultar el mal de fondo: las elecciones de Michoacán fueron sistemática y sustancialmente adulteradas desde el inicio, con una candidata familiar apoyada de manera abierta por la administración federal, más un aspirante priísta respaldado por la maquinaria oscura del cártel tricolor de gobernadores y ex gobernadores, y un perredista al que no impulsaron ni algunos de sus principales compañeros de partido y que hubo de cargar a cuestas con el demérito de la deplorable gubernatura de Leonel Godoy.
En ese pleito de mafias, lo más natural es que la disputa de territorios y mercados vaya mucho más allá de lo que una sana competencia daría por terminado en ciertos plazos y términos. PAN y PRI parecen encaminarse a una reyerta mayor, con tramos dedicados a la letra jurídica y otros a la marrullería y el golpeteo directo.

El espectáculo electoral de Michoacán concede apenas unas horas de máxima relevancia al tema de la muerte del secretario de Gobernación y siete personas más, que a su vez desplazó del foco de atención temas como, por ejemplo, el terrible golpe asestado por Human Rights Watch al gobierno calderonista de la muerte. La sucesión implacable de temas de escándalo concede caducidad cada vez más breve a los asuntos que en otras circunstancias recibirían prolongada atención.
..........sigue 

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