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24 ene 2012

Demagogia, arma para ganar - LA FARSA DE FERRIZ DE CON Y LOS PLURIS

Demagogia, arma para ganar - LA FARSA DE FERRIZ DE CON Y LOS PLURIS

Demagogia, arma para ganar:
Luis Javier Valero

Analista político

Hacer durante la campaña algunas de las propuestas aparentemente más sentidas por la población, sin que en ellas se encuentren necesariamente razones válidas para concretarlas, o porque de plano son imposibles de realizar, o que sólo se hacen eco de las opiniones más conservadoras, y por qué no decirlo, más cargadas de ignorancia, es uno de los rasgos característicos de la clase política mexicana (con sus excepciones, obviamente).
Durante meses, el conductor radiofónico Pedro Ferriz y algunas de las organizaciones más reaccionarias han hecho circular –Ferriz en su programa– en la internet una campaña a fin de desaparecer la figura de los diputados plurinominales, por ser, sintetiza el escribiente sus argumentos, extremadamente nocivos para el país.
Como si la categoría de plurinominales –en realidad, diputados de representación proporcional– los convirtiera en los más dañinos, a diferencia –en esta concepción– de los de mayoría relativa, es decir, los derivados de la elección directa.
Ahora, en el curso de la precampaña de los aspirantes a las candidaturas al senado del PAN, el ex alcalde capitalino, Carlos Borruel, retomó tal postura –además de proponer la disminución del número de legisladores, de sus dietas y prerrogativas (¿también las compensaciones, tan altamente elevadas en su gestión municipal?) – y la ampliación de los períodos ordinarios de sesiones, además de pronunciarse por “una verdadera reforma de estado (que) será la que coloque a los mexicanos por encima de sus gobernantes; no somos subalternos de los legisladores, somos hombres y mujeres que merecemos la libertad”.

La propuesta de Borruel llevaría a que la Cámara de Diputados estuviese integrada por solamente 300 miembros, es decir, solo accederían a ella los triunfadores de las elecciones en los distritos.

Lanzada así la propuesta, dados los elevados índices de rechazo popular a los legisladores, y ausente en la mayoría de la gente la noción de la proporcionalidad necesariamente presente –o que debiese existir– en los órganos colegiados de gobierno, entonces se logra altos grados de simpatía para quien la promueve, pero refleja cuán lejos estamos de vivir en una democracia desarrollada.

Si se atendiera tal propuesta, llegados a las posiciones extremas, podría darse el caso –como lo fue en algunas ocasiones en el pasado, antes de 1997– de que un partido podría ganar todos los distritos con distintas ventajas en cada uno de ellos, pero que de acuerdo con la realidad actual sí se podría delinear un panorama más o menos cercano. Es decir, podría un partido ganar en los 300 distritos con una votación general de alrededor del 40 por ciento, otro partido, sin triunfos de mayoría, obtener 35 por ciento y otro el restante 25 por ciento.

Pues bien, en términos de la propuesta de Borruel, significaría que el primer partido tendría 300 diputados y los demás, ninguno. Por tanto, el 60 por ciento de la población (por lo menos los votantes) no tendría representación en ese órgano parlamentario.
Y ese es el principal problema de tal propuesta, que adolece del más elemental estudio de la sociedad moderna, de sus tendencias presentes; del necesario conocimiento de la necesidad de la construcción de un régimen democrático, pues el mundo –casi por entero– camina a la conformación de regímenes parlamentarios, en los que la principal característica es la representación proporcional de todas las fuerzas políticas participantes en los procesos electorales, pero que obtiene en amplias capas de los sectores medios de la población –aquellos con acceso a la internet– muy grandes simpatías, fundamentalmente por el desconocimiento de éstas acerca de aquellos temas, o también, al hartazgo de muchísimos mexicanos hacia la clase política.

Más aún, esa propuesta, ni siquiera en su propio partido la aceptan, en algún momento varios de sus militantes y candidatos la enarbolaron, pero le costaría mucho a un partido que puede perder la Presidencia de la República, y los abundantes puestos y jugosos salarios devengados, perder también la posibilidad de quedarse con cerca de un centenar de diputados federales.

No, no tiene viabilidad alguna tal propuesta, sólo la pretensión de ganar votos en la interna, a como dé lugar.


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