CARTA DE RICARDO FLORES MAGON A NICOLAS T BERNAL
Mi querido Nicolás:
Me refiero a tu querida carta del 30 de noviembre último. Con ella recibí 5 dólares, enviados bondadosamente por el camarada Rubio; por tu mismo conducto hago manifiesta mi profunda estimación por el camarada, ya que el dinero es siempre una necesidad para un prisionero.
La camarada Erma Barsky, de Nueva York, me escribió la semana pasada. Me dice que el licenciado Harry Weinberger fue a Washington la semana antepasada a urgir una decisión en mi asunto, pues sabe que muchos amigos y eminentes influencias han pedido al gobierno mi libertad por razón de ir quedándome ciego rápidamente. En el Departamento de Justicia se dijo al señor Weinberger que nada puede hacerse en mi favor si no hago una solicitud de perdón... Esto sella mi destino; cegaré, me pudriré y moriré dentro de estas horrendas paredes que me separan del resto del mundo, porque no voy a pedir perdón. ¡No lo haré!
En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfalleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celos fanáticos, y esa cosa es mi honra como luchador.
Pedir perdón significaría que estoy arrepentido de haberme atrevido a derrocar al Capitalismo para poner en su lugar un sistema basado en la libre asociación de los trabajadores para producir y consumir y no estoy arrepentido de ello; más bien me siento orgulloso de ello. Pedir perdón significaría que abdico de mis ideales anarquistas; y no me retracto, afirmo, afirmo que si la especie humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad y libertad, y justicia social, deberá ser por medio del anarquismo.
Así pues, mi querido Nicolás, estoy condenado a cegar y morir en la prisión; mas prefiero esto que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera mis amigos quizá inscriban en mi tumba: "Aquí yace un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: "Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas".
Con fraternal cariño para nuestros compañeros, se despide tu hermano,
Ricardo Flores Magón
CARTA DE RICARDO FLORES MAGON A NICOLAS T BERNALCARTA DE RICARDO FLORES MAGON A NICOLAS T BERNAL
Mi querido Nicolás:
Me refiero a tu querida carta del 30 de noviembre último. Con ella recibí 5 dólares, enviados bondadosamente por el camarada Rubio; por tu mismo conducto hago manifiesta mi profunda estimación por el camarada, ya que el dinero es siempre una necesidad para un prisionero.
Mi querido Nicolás:
Me refiero a tu querida carta del 30 de noviembre último. Con ella recibí 5 dólares, enviados bondadosamente por el camarada Rubio; por tu mismo conducto hago manifiesta mi profunda estimación por el camarada, ya que el dinero es siempre una necesidad para un prisionero.
La camarada Erma Barsky, de Nueva York, me escribió la semana pasada. Me dice que el licenciado Harry Weinberger fue a Washington la semana antepasada a urgir una decisión en mi asunto, pues sabe que muchos amigos y eminentes influencias han pedido al gobierno mi libertad por razón de ir quedándome ciego rápidamente. En el Departamento de Justicia se dijo al señor Weinberger que nada puede hacerse en mi favor si no hago una solicitud de perdón... Esto sella mi destino; cegaré, me pudriré y moriré dentro de estas horrendas paredes que me separan del resto del mundo, porque no voy a pedir perdón. ¡No lo haré!
En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfalleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celos fanáticos, y esa cosa es mi honra como luchador.
Pedir perdón significaría que estoy arrepentido de haberme atrevido a derrocar al Capitalismo para poner en su lugar un sistema basado en la libre asociación de los trabajadores para producir y consumir y no estoy arrepentido de ello; más bien me siento orgulloso de ello. Pedir perdón significaría que abdico de mis ideales anarquistas; y no me retracto, afirmo, afirmo que si la especie humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad y libertad, y justicia social, deberá ser por medio del anarquismo.
Así pues, mi querido Nicolás, estoy condenado a cegar y morir en la prisión; mas prefiero esto que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera mis amigos quizá inscriban en mi tumba: "Aquí yace un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: "Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas".
Con fraternal cariño para nuestros compañeros, se despide tu hermano,
Ricardo Flores Magón
En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfalleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celos fanáticos, y esa cosa es mi honra como luchador.
Pedir perdón significaría que estoy arrepentido de haberme atrevido a derrocar al Capitalismo para poner en su lugar un sistema basado en la libre asociación de los trabajadores para producir y consumir y no estoy arrepentido de ello; más bien me siento orgulloso de ello. Pedir perdón significaría que abdico de mis ideales anarquistas; y no me retracto, afirmo, afirmo que si la especie humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad y libertad, y justicia social, deberá ser por medio del anarquismo.
Así pues, mi querido Nicolás, estoy condenado a cegar y morir en la prisión; mas prefiero esto que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera mis amigos quizá inscriban en mi tumba: "Aquí yace un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: "Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas".
Con fraternal cariño para nuestros compañeros, se despide tu hermano,
Ricardo Flores Magón
.................tomado de facebook
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