fe de erratas

16 jun 2011

Caravana de la Paz: cuando las minorías se deciden

Caravana de la Paz: cuando las minorías se deciden

Autor: Álvaro Cepeda Neri *
Sección: Conjeturas
 
17 Junio 2011
Históricamente, ni siquiera en las auténticas revoluciones es cierto (salvo muy contadas excepciones) que las mayorías irrumpen en la escena pública ganando las calles, o inician los movimientos sociales que comienzan como revueltas, mítines, protestas que a veces conducen a revoluciones o a tales conflictos de presión social contra los gobernantes que logran cambiar el presente de la sociedad. Las últimas investigaciones nos muestran que son las minorías las que dan origen a tales sucesos, convocando a las mayorías, más el estudio de la Historia (con mayúscula, como Historia de la Humanidad), los medios que nos informan sobre que siempre son individualidades agitando y conmoviendo a las minorías (como el caso de la valiente luchadora Luz María Dávila, y del poeta Javier Sicilia), los principios de acciones colectivas que si persisten y suman más apoyos sociales y políticos logran ser parteaguas para los virajes históricos.

Así la marcha-caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, llamada, también la Marcha del Consuelo, por tanto dolor y baños de sangre que siguen dejando los delincuentes por ajustes de cuentas entre sí, y sus desafíos a los militares en funciones de policía, en una guerra que ha enlutado a cientos de miles de familias (así sean solamente 40 mil homicidios o más de 100 mil, sin contar las miles de mujeres asesinadas por machismo y violencia), por que sus hijos, sus esposos, sus hermanos y sus padres fueron “daños colaterales” de la embestida calderonista contra, sobre todo, unos matones del narcotráfico armados por vendedores estadunidenses; ya que el gobierno de ese país se niega a cancelar esa venta, pues así asegura el abastecimiento de la droga para su consumo interno. Es decir: armas por cocaína, marihuana y drogas sintéticas.
La caravana atravesó más de la mitad del territorio, culminando en Ciudad Juárez (y ante el monumento al estadista Benito Juárez), a lo largo de la cual las minorías más activas, más conscientes y decididas, demostraron que la población está en alerta máxima y de un momento a otro será el detonador para activar a las mayorías, en demanda de paz y soluciones a la inseguridad. 
 Ya no es posible que continúe la guerra (la “no-guerra”) de Calderón y cuya estrategia militar está llevando al país al callejón sin más salida que el golpe de Estado que llevaría al Estado, a la sociedad y al gobierno, a un largo período de cancelación de los derechos, las libertades y la paz. 
 Por eso la caravana, que ha sido una victoria civil, transita ya de un movimiento de minorías a uno de mayorías.
Si los gobernantes de todos los niveles no escuchan y atienden las demandas, entonces las minorías decididas van a lograr ganarse a las mayorías y con sólo un millón de mexicanos dispuestos a reimplantar la vigencia de la Constitución, por medio del ejercicio de la democracia directa, asidos al inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”, que bastará para imponer la paz social. Tal es el mensaje de la caravana.

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