Carlos Salinas de Gortari y el síndrome de Santa Anna
Carlos Salinas, expresidente de México.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
Conocido por su proclividad a irrumpir en el escenario público para denostar a sus enemigos, esta vez Carlos Salinas escogió entre sus blancos al historiador Lorenzo Meyer, a quien califica en su libro ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana, como “uno de los intelectuales vinculados al neopopulismo” en México. Entrevistado al respecto, Meyer asegura que, al igual que Antonio López de Santa Anna, el exmandatario no quiere admitir que su régimen fue un fracaso. “Lo que Salinas no sabe es que la obsesión por el poder termina en la locura”…
“Carlos Salinas de Gortari ha llevado al extremo el síndrome de Antonio López de Santa Anna”, el militar que ocupó la Presidencia de la República 11 veces a lo largo del siglo XIX, que perdió más de la mitad del territorio nacional ante Estados Unidos y que fue derrotado por la Revolución de Ayutla de 1857, afirma el historiador Lorenzo Meyer.
Lo singular en el caso de Santa Anna es que “a pesar de que fracasó de manera rotunda y escandalosa, no se quiso ir nunca de la política”, sostiene Meyer, doctor en relaciones internacionales e investigador y profesor en El Colegio de México.
Autor de una decena de libros sobre historia nacional, abunda: “Cuando la Revolución de Ayutla decididamente lo marginó, Santa Anna insistió. A veces andaba en el exilio, al igual que Salinas, pero volvió. Cuando le ofreció sus servicios al Imperio de Maximiliano, éste lo echó a un lado. Finalmente Santa Anna se volvió loco”.
Meyer es señalado por Salinas de Gortari en su reciente libro
¿Qué hacer? La alternativa ciudadana como uno “de los intelectuales vinculados al neopopulismo” en México.
Entrevistado al respecto Meyer evita hablar sobre los juicios que el exmandatario hace de su obra, en particular sobre un texto suyo publicado en marzo de 2006 en el cual “hace una defensa abierta del neopopulismo”. Prefiere analizar, dice al reportero, la insistencia de Salinas en defender su legado y en atacar a sus críticos.
El de Salinas no es el debate de las ideas, es un debate por el poder. Si no, para qué está detrás o al lado de Peña Nieto”, advierte. (Extracto del reportaje que se publica esta semana en la edición 1826 de la revista Proceso, ya en circulación)
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