fe de erratas

3 ene 2012

“Lo único que hacíamos era humillar a inocentes todos los días, todo el tiempo”

“Lo único que hacíamos era humillar a inocentes todos los días, todo el tiempo”

Un centenar de militares israelíes confiesan en un libro de la ONG Breaking The Silence los abusos de las IDF contra los palestinos

Su objetivo no es ensuciar la imagen de las Fuerzas Armadas, sino "forzar a la sociedad israelí a hacer frente a una realidad creada desde dentro".

Los soldados relatan como "rutinarias" las invasiones de tierras, la violencia en los check-points, el maltrato a niños o sumisión a las órdenes de los colonos

Un grupo de soldados israelíes se retratan sonrientes ante el cadáver de un palestino / Breaking The Silence
Un grupo de soldados israelíes se retratan sonrientes ante el cadáver de un palestino / Breaking The Silence
La asociación israelí Breaking The Silence (Rompiendo el silencio) acaba de editar un libro en el que recoge un centenar de testimonios de militares de las IDF, desde soldados rasos a mandos intermedios, en los que relatan los abusos que reciben los ciudadanos palestinos en Gaza y Cisjordania. La ocupación de los Territorios: testimonios de soldados israelíes 2000-2010, es un repaso a las miserias cotidianas del que se honra de ser “el Ejército más moral del mundo“, narradas por sus protagonistas, soldados comunes y corrientes que cuentan lo que vieron, lo que oyeron y lo que hicieron en sus servicios. La obra se publica al cumplirse diez años de la Segunda Intifada y que se suma a monográficos anteriores (mujeres y ejército, Plomo Fundido, Hebrón…), con los que esta asociación denuncia, desde 2004, el cáncer que corroe a sus Fuerzas Armadas. Lo hace con conocimiento de causa, porque quienes la crearon trabajaron en las IDF, y ahora denuncian sus males “porque queremos transformarlas“, como relata Yehuda Shaul, uno de sus fundadores, cuyo único deseo desde pequeño fue ser soldado de Israel. Hoy es un hombre vilipendiado por parte de sus conciudadanos, por poner el dedo en la llaga, por quitarse la mordaza y animar a otros a hacerlo.
Shaul, ya de uniforme, tomó conciencia de que formaba parte “de una gran maquinaria, un gran sistema de ocupación, con unidades no sólo en el Ejército: en la Policía, la Policía Militar, los Tribunales Militares, el Gobierno, los políticos, los colonos…”. Por eso decidió crear la asociación, “y descubrir la brecha que existe entre la realidad que los soldados encuentran en los Territorios Palestinos y el silencio que hallan luego en su casa. Hay que forzar a la sociedad israelí a que haga frente a esta realidad dolorosa, creada desde dentro, porque conocer la verdad del abuso contra los árabes nos hará rectificar”, señala con una fe profunda. La palabra “abusos” engloba demasiadas realidades dolorosas, como las llama Shaul: “terror sistemático”, palizas, tiroteos, detenciones arbitrarias incluso con civiles, “humillación” en controles y redadas, expulsión de hogares y campos de labranza, “farsas” en tribunales militares, represión “violenta” de cualquier forma de protesta, “irracionalidad premeditada” en el régimen de expedición de permisos para trabajo, asistencia médica o educación, “supresión” de las leyes israelíes por los deseos de los líderes colonos… “Esta vez no hemos publicado las grandes violaciones de derechos humanos, sino el mal cotidiano, ramificado, que llega a todas partes, que aplican hasta los soldados más jóvenes porque repugna las primeras veces, pero luego se convierte en rutina… esa droga devastarora de la costumbre”, puntualiza el director de Breaking The Silence.
Fotografías de los soldados que han prestado su testimonio, en una exposición en Tel Aviv. / Breaking The Silence
Fotografías de los soldados que han prestado su testimonio, en una exposición en Tel Aviv. / Breaking The Silence
La promoción del libro está contando con la ayuda entusiasta de Davil Shulman, profesor de Estudios Humanísticos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, uno de los mayores defensores de los derechos humanos en Israel y de la causa palestina. Casi colérico, se revuelve cuando se le pregunta por los ciudadanos que defienden estas prácticas abusivas para mantener la seguridad del país. “Siempre se asegura que Israel actúa con criterios defensivos, es la idea generalizada, que controlamos los Territorios a nuestra manera exclusivamente para proteger a los ciudadanos, pero eso es incompatible con la información suministrada en este libro por los miembros de las IDF… ¡Dejémonos de cinismo! En este país el servicio militar es obligatorio y, quien lo haya hecho en los últimos años, sabe que se están perdiendo las formas. La seguridad no es excusa para la violación“, sostiene. Shulman denuncia tanto la “incitación” del Gobierno de Benjamin Netanyahu a mantener las “malas prácticas” como la “ceguera profunda y deliberada” de gran parte de los israelíes. “No es una ceguera sobre la existencia de los palestinos, por supuesto, porque están ahí, sino sobre la humanidad de estas personas, sobre su igualdad natural para con nosotros los judíos.
  Es más grave aún. Es una ceguera que se traduce en apatía, abatimiento, superficialidad, silencio o pasividad en la gente común, la gente decente. Eso lleva incluso al racismo y al nacionalismo protofascista. Por eso reconocer estos hechos es demoralizante pero necesario, sano. Ya no podemos justificar los medios con el fin, ya no estamos en la etapa de terrorismo cruento. Se supone que vamos a negociar la paz… hay que hablar”, concluye el profesor. Es lo que han hecho este centenar de soldados, sumados a los más de 600 compañeros que ya han dejado testimonio de sus experiencias en el Ejército de Israel en la base de datos de Breaking The Silence. Lo que viene a continuación es un breve resumen de los relatos de siete de ellos. Son anónimos, pero la asociación tiene los datos de todos los testigos, por si un día las denuncian prosperan en los tribunales. Todos están dispuestos a dar la cara, con nombres y apellidos, para repetir su historia.........leer nota completa
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