fe de erratas

30 jul 2012

Salidas al modelo neoliberal

Excelsior

Salidas al modelo neoliberal

El presidente francés François Hollande ha dejado de actuar bajo la lógica neoliberal que concentra la riqueza, justo como pasa en México.

Adolfo Orive
México y su política económica impulsada desde el Estado a lo largo de cinco sexenios ha ganado a pulso su título de “niño modelo del neoliberalismo”. Con medidas encaminadas a beneficiar la entrada de capitales sin poner el acento en desarrollar el mercado interno, la productividad y el empleo, no existen condiciones endógenas de crecimiento.

 El argumento esgrimido por los responsables de dichas medidas es que el mundo pasa por una crisis generalizada y que, para nuestra tranquilidad, incluso tenemos tasas de desempleo menores a las de países como Estados Unidos y España, olvidando que en dichas naciones no existe un mecanismo inventado por miles de compatriotas: la informalidad.

Tal pareciera, para quienes esperan que la solución a tal catástrofe económica venga de fuera o vía “reformas estructurales”, no existe opción al neoliberalismo, que hemos entrado a una espiral ineludible la cual nos lleva a más y más depredación de la clase trabajadora, los micro y pequeños empresarios y la clase media en general.

 La precaria situación de millones de mexicanos tiene una alternativa, pero no está en profundizar un modelo que a los ojos y planteamiento de economistas reconocidos a nivel mundial está caduco, es obsoleto y no ofrece alternativas más que para el “uno por ciento”.

En anteriores entregas, he intentado mostrar y explicar las implicaciones que tendrá para el mundo occidental la elección de François Hollandeal frente del gobierno francés. Esta semana el mandatario ha vuelto a ocupar la atención de la prensa internacional respecto a su desempeño apenas a 72 días de tomar posesión. Revisemos algunas acciones.

Eliminó los beneficios fiscales para quienes concentran porcentajes importantes de la riqueza. Esto le permitirá recaudar dos mil 300 millones de euros. Aunado a ello, incrementó en 45% los impuestos a quienes registran ingresos superiores a los 150 mil euros e incluso propuso ya un incremento de 75% a quienes ingresen más de un millón de euros al año; implementó una tasa de 3% para penalizar a las empresas que especulen sin invertir, también ha incrementado del 0.1% a 0.2% el impuesto a las transacciones financieras. 

Además, tiene planeado crear un banco público de inversión.
Durante su campaña prometió que ninguna empresa cerraría en tanto existieran trabajadores dispuestos a rescatarla. Mediante una ley el empleador tiene que agotar todas las posibilidades para no despedir a su planta laboral. El ejemplo lo encontramos durante la última semana en la cual intenta evitar el despido masivo de ocho mil obreros de la firma automotriz Peugeot-Citroën.

Desde el día uno, redujo gastos innecesarios en labores cotidianas del gobierno, por ejemplo, la compra de autos. Con medidas estratégicas y hechos contundentes busca dignificar una labor que durante años ha sido sinónimo de enriquecimiento a costa del sacrificio de millones.

Ha dejado de actuar bajo la lógica neoliberal que concentra la riqueza, justo como pasa en México, y el “desarrollo económico” no va encaminado a incrementar el ingreso real de los trabajadores. La visión y forma de trabajar impuesta en nuestro país perpetua las condiciones de miseria, potencia el desarrollo de algunos elegidos en el medio de la miseria del resto.

Es preocupante que en el centro de la discusión nacional no se encuentre el desarrollo de un modelo económico propio. Subrayo preocupante porque desde que supeditamos nuestra economía a la estadunidense, los sectores de menores ingresos no pueden crecer y cada vez son más. A los considerados líderes de opinión, por complicidad o falta de información, parece no importarles que un número cada vez mayor de ciudadanos pueda tener claro qué implica la política económica actual y mucho menos plantean la necesidad de un cambio en la sociedad como un todo y proveniente de todas partes.

Hay salidas al neoliberalismo si –tomando únicamente como referencia gobiernos como el francés— se coloca al Estado una vez más como eje rector en el curso del desarrollo, si nos enfocamos en el crecimiento interno y dejamos el fundamentalismo de mercado que orienta todas las decisiones económicas: inflación, tipo de cambio y déficit fiscal.

Esperanzador y aleccionador resultó que el pueblo francés identificara en la opción de corte social la posibilidad de modificar su realidad y ejercer el poder que provee la democracia liberal sustentada en un sistema competitivo de partidos para reorientar la construcción de la nación que quiere la mayoría, no la que se impone y se delibera en unas cuantas oficinas.

En el futuro inmediato es deseable que pensemos en condiciones endógenas de crecimiento, en adecuarnos a los tiempos actuales. Retomo las palabras del doctor Rolando Cordera
“Si la globalización va a continuar, lo que el país debe proponerse es nacionalizar la globalización; generar capacidades nacionales humanas e intelectuales y, desde luego, de fábricas, de infraestructura, que nos permitan aprovechar las ganancias de estar en el mundo”. La salida se construye, jamás llegará por sí misma.
2012-07-29 00:00:00

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