La reforma laboral que traen entre manos Javier Lozano, “Secretario” del Trabajo, y los grandes consorcios empresariales no es otra cosa que mandar al cesto de la basura los derechos laborales conquistados, con sangre, por los trabajadores a lo largo de nuestra historia reciente.
Ellos llaman medidas de “flexibilidad laboral” a la gran oportunidad que tendrán empresarios deshonestos y corruptos de no prolongar relaciones de trabajo, para que sus explotados no adquieran antigüedad y menos aún puedan convocar a huelga cuando los abusos de sus patrones excedan lo humanamente soportable. ¿Qué tal?
La mentira que tratan de vender es que, eliminando derechos a los trabajadores, se podrá elevar la productividad y el acceso de los jóvenes, las mujeres y las personas con discapacidad al mercado de trabajo.
Nadie tendrá una plaza segura, éstas se irán rotando entre los desempleados para que tengan un salario, de hambre, por unos meses y luego se vayan a sus casas a descansar para cederle su lugar a otro desempleado, que también ocupará la plaza por unos cuantos meses.
Con ello evitarán que los trabajadores se organicen dentro de un sindicato que les permita convenir con la empresa mejores condiciones laborales y salarios más justos.
Desde luego que estos arreglos-reforma se están haciendo entre el “Secretario” del Trabajo y los grandes empresarios, para evitar que metan sus narices los representantes de los trabajadores y el espurio, total él ya va de salida.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), grandes colaboradores del fraude electoral de 2006, planean junto con Javier Lozano eliminar la “rigidez” de la legislación vigente, en pocas palabras cambiar el marco regulatorio del artículo 123 Constitucional, con el pretexto de “elevar” la competitividad del mercado laboral.
Para acabar con las “huelgas eternas”, el gobierno planea también que se permita a los patrones contar con un árbitro, debido a que la mayoría de los 190 mil casos en curso en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje no son conflictos entre capital y trabajo, ¡QÚE VA!, sino demandas de seguridad social no satisfechas.
El “Secretario” se burla de los trabajadores al asegurar que prácticamente ha concluido el proceso de consulta de la iniciativa y que hay acercamientos con las organizaciones obreras “MÁS SERIAS, RESPONSABLES Y SENSATAS”, que han ayudado a mantener la paz laboral, como la CTM o la CROC. Más bien las que han colaborado a la imposición de mandatarios no elegidos por el pueblo.
Nos vemos el próximo domingo 21 de marzo a las 10:00 de la mañana en el Hemiciclo a Juárez con Andrés Manuel López Obrador.
Vamos a detener esta “reforma laboral” que perjudicaría aún más a los trabajadores de México.
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