El secreto del Renaut 
Lydia Cacho 
Periódico  El Universal
Se dice que casi 2 millones de personas registraron sus teléfonos celulares a nombre de Carlos Slim y de Felipe Calderón.
Se dice que casi 2 millones de personas registraron sus teléfonos celulares a nombre de Carlos Slim y de Felipe Calderón.
Durante semanas  circularon por internet, en las preparatorias y universidades los datos  de la CURP del hombre más rico del mundo (y dueño entre otras empresas  de Telcel) y del presidente de México. Las autoridades de SEGOB y  COFETEL aseguran que fue una broma irresponsable, pero nada más lejos de  la verdad. Lo que subyace en este acto de rebelión creativa es pura  desconfianza y preocupación de los usuarios porque su información sea  usada inadecuadamente. 
Cuando las autoridades crearon el Renaut se estableció que esta sería una medida que obligaba a los concesionarios a llevar a cabo un registro y control de sus usuarios, donde además del número se indicara la modalidad de la contratación, el nombre completo, el domicilio y nacionalidad, los datos contenidos en la identificación oficial del usuario, comprobante de domicilio y huella dactilar, y en caso de personas morales la razón social, cédula fiscal, copia del documento que acreditaba la capacidad para contratar.
Cuando las autoridades crearon el Renaut se estableció que esta sería una medida que obligaba a los concesionarios a llevar a cabo un registro y control de sus usuarios, donde además del número se indicara la modalidad de la contratación, el nombre completo, el domicilio y nacionalidad, los datos contenidos en la identificación oficial del usuario, comprobante de domicilio y huella dactilar, y en caso de personas morales la razón social, cédula fiscal, copia del documento que acreditaba la capacidad para contratar.
Pero a las telefónicas les da  exactamente igual quién compre y cómo se use (son una empresa no una  autoridad) lo que le interesa es vender aparatos y tiempo aire. Por su  parte los delincuentes que durante años han comprado móviles para  extorsionar, amenazar y contactar a sus compradores de drogas, han usado  desechables o aparatos de alta tecnología satelital de tipo militar. 
Se registraron ya 58.2 millones de líneas, 70 por ciento del total comercializadas. No hay certeza de cuántas se registraron con sus verdaderos propietarios. El sistema simplificado de registro con nombre y CURP dejó abierta la posibilidad de que prácticamente cualquiera mintiera.
El 45% de presidiarios del país tienen acceso a celulares que no fueron, ni serán, registrados a sus nombres. Miles de personas han dicho, y con razón, que este registro carece de sentido, hecho de forma improvisada y bajo un discurso anti crimen como si viviéramos en un país en que la sociedad confía en que las autoridades harán buen uso y resguardo de la información personal.
Es un hecho que desde sectas cristianas hasta vendedores y políticos envían mensajes y llaman a los celulares porque obtuvieron las bases de datos ilícitamente. Casos de filtración inquietan a quienes han aprendido las lecciones de la corrupción de burócratas capaces de vender listados para fines políticos y criminales.
Se registraron ya 58.2 millones de líneas, 70 por ciento del total comercializadas. No hay certeza de cuántas se registraron con sus verdaderos propietarios. El sistema simplificado de registro con nombre y CURP dejó abierta la posibilidad de que prácticamente cualquiera mintiera.
El 45% de presidiarios del país tienen acceso a celulares que no fueron, ni serán, registrados a sus nombres. Miles de personas han dicho, y con razón, que este registro carece de sentido, hecho de forma improvisada y bajo un discurso anti crimen como si viviéramos en un país en que la sociedad confía en que las autoridades harán buen uso y resguardo de la información personal.
Es un hecho que desde sectas cristianas hasta vendedores y políticos envían mensajes y llaman a los celulares porque obtuvieron las bases de datos ilícitamente. Casos de filtración inquietan a quienes han aprendido las lecciones de la corrupción de burócratas capaces de vender listados para fines políticos y criminales.
Lo cierto es que las  telefónicas debieron vender inicialmente las líneas y aparatos con  rigurosos controles, pero éste es el país de los monopolios en que  algunos empresarios dictan sus propias reglas y durante décadas el  Estado no se ha atrevido a confrontarles. 
Ahora las telefónicas están  amparadas para seguir vendiendo y quienes cumplieron hicieron un  ejercicio de honestidad casi inútil. Un censo más con poca credibilidad y  muchas lecciones por aprender nos deja el Renaut. 
http://www.eluniversal.com.mx/columnas/83429.html
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