Rendición de cuentas
Javier Sicilia en su gira por Estados Unidos.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Algunos gringólogos –unos de ellos, nos contaron, piden, cuando llegan a Estados Unidos, agua Evian para lavarse el cabello; tal vez por eso empiezan a entender poco– vieron la Caravana por la Paz en territorio estadunidense con escepticismo. La verdad es que fue un éxito. Por vez primera, unos ciudadanos mexicanos, víctimas de la guerra contra las drogas, y otros ciudadanos que, a diferencia de esos gringólogos, la comprenden como un horror y un gran fracaso que necesita un camino de paz, decidieron, en condiciones límite, ejercer la diplomacia ciudadana.
Frente a lo que los gobiernos, arrodillados ante los capitales de la muerte, han dejado de hacer –construir la paz y la justicia a nivel binacional–, ese puñado de ciudadanos viajaron más de 10 mil kilómetros –desde el oeste de Estados Unidos, hacia el este, hasta llegar a Washington– y dialogaron en su camino con todos: ciudadanos estadunidenses, comunidades latinas y afroamericanas, concejales, congresistas; el embajador de México, Arturo Sarukhán; la secretaria para Democracia y Asuntos Globales de la Secretaría de Estado, María Otero, y, telefónicamente, con la directora adjunta para Asuntos Hispanos de la Casa Blanca, Julie Chávez, la nieta del gran César Chávez................sigue
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